Discapacidad

Las madres cuidadoras reclaman cobrar el salario mínimo interprofesional

El colectivo quiere más reconocimiento por ley para poder tener acceso al paro ya la jubilación anticipada

BarcelonaEl anuncio del ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, de la reforma de la ley de dependencia ha movilizado a las madres e hijas cuidadoras de personas mayores dependientes, un colectivo que se siente "invisibilizado" incluso en una norma que trata de mejorar las carencias del sistema que se puso en marcha hace dos décadas. "Somos la mano de obra más barata de cualquier gobierno", afirman en un manifiesto firmado por diferentes asociaciones reunidas en la Plataforma Estatal de Cuidadores Principales en las que se reclama que la futura ley las reconozca como sujeto con derechos que van más allá de su figura. "Una cuidadora, pero son dos vidas", dicen.

En Catalunya hay 8.000 cuidadores principales sin ningún ingreso ni prestación y el 90% son mujeres. Muchas han tenido que dejar de trabajar o reducirse la jornada laboral para cubrir las necesidades del familiar con una gran discapacidad reconocida. Estas situaciones provocan “precariedad” e impactan en las cotizaciones y pensiones, denuncia Maria Herrero, del Sindicato de Madres en la Diversidad Funcional, un grupo que nació en las redes y en el WhatsApp para apoyarse mutuo y soluciones a los problemas que se encuentran.

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Actualmente la figura de la cuidadora está reconocida en un convenio especial. "Trabajamos gratis y sin garantías", subraya María Tavira. Ahora reclaman que pase a ser regulada en un convenio colectivo propio en el régimen general de la Seguridad Social. La voluntad es que su labor se equipare a un trabajo remunerado a tiempo completo en sueldo y cotizaciones conforme al salario mínimo interprofesional. "No es cuestión de limosnas, sino de derechos", reivindican. Y sostienen que lo que piden es una cantidad insignificante por todo el trabajo que realizan y ahorran a las arcas públicas en servicios y recursos.

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En Barcelona la reivindicación la lidera el Sindicato de Madres de Diversidad Funcional, con el apoyo de Cuidadores Familiares, la Marea Pensionista, Las Estrellas Silenciadas y la Plataforma de Atención Domiciliaria. Miembros de estas entidades se reunieron recientemente ante la Delegación del gobierno español en Cataluña para entregar el manifiesto en el que exigen este trato "digno" que hasta ahora se les ha negado porque nadie las tiene en cuenta. agenda llena de médicos y también deben ir buscando certificados y documentos para actualizar la discapacidad y dependencia de un hijo que no puede mejorar.

Entre las reclamaciones también exigen que las prestaciones de cuidado y discapacidad aumenten para revertir los recortes de 2012, y que sean compatibles con otras ayudas, como la de las matrículas de centros especiales o centros de día. En este sentido, afirman que atender a la discapacidad supone un fuerte gasto para las economías familiares, que reciben prestaciones de como máximo 455 euros a través de la ley de dependencia.

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Actualizar las prestaciones

Además, también entienden que su situación especial requiere de soluciones también especiales. Así, piden tener derecho a paro y que tras la muerte de una criatura puedan acogerse a la renta activa de inserción, como ocurre con víctimas de violencia machista o emigrados devueltos mayores de 45 años. "En estos momentos se necesita un tiempo de recuperación y ayuda para la recolocación laboral", afirma Herrero. En caso de que estas cuidadoras continúen en el mercado laboral quieren poder acogerse a la jubilación anticipada porque durante cada año de cuidados han sufrido un grave desgaste físico y emocional.

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Las caras del cuidado

Chus Martínez

Madre cuidadora, presidenta de Afecto Mariposa

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Hace ocho años que tomó una excedencia: los primeros tres para el cuidado de su hijo con necesidades especiales y desde entonces una ordinaria, por la que cotiza lo mínimo en la Seguridad Social. "No podía dejar solo a mi hijo", explica, y subraya que en su caso la situación familiar le permite esa dedicación, centrada en el chico, que tiene 26 años. "Tengo 58 años y empiezo a pensar qué pensión me va a quedar", dice, al tiempo que reclama más ayudas.

Marie Pierre Cairo

Madre cuidadora

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Dice que la discapacidad de un hijo incrementa las separaciones "en un 60%" y que "casi siempre es el hombre que se va" y deja a la madre al cargo de los cuidados en solitario, apunta desde la voz de la experiencia. Ella tuvo que renunciar a su carrera profesional y recibe la prestación de 455 euros mensuales de la dependencia y cinco horas semanales de atención domiciliaria para ayudar a duchar a su hijo. "Las cuidadoras no podemos ponernos enfermas porque no tenemos sustitutos y la administración sólo nos da ayuda emocional y una carrera de obstáculos y burocracia por tener que justificar la discapacidad y dependencia cada día", relata.

María Tavira

Madre cuidadora

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Tavira dice que "la inclusión no existe" porque los hijos con discapacidad "ni existen ni tienen derechos", y las madres cuidadoras están "invisibilizadas", aunque su dedicación y su trabajo "de 24/7" es "impagable ”. Afirma que los cuidados de un hijo con especial necesidad causan un “desgaste físico y emocional enorme”, aparte del económico. Así, hace referencia a unos datos de 2017 que estimaban el sobrecoste de la discapacidad en un 137%. "Las administraciones son conscientes de todo esto y, aun así, no hacen nada", lamenta, y advierte que la precarización de los cuidados también afecta a las cuidadoras profesionales con la "uberización del SAD, le ayuda a domicilio".