Sequía

La disminución de presión de los grifos reduce un 7% el consumo doméstico

Aigües de Barcelona afirma que las canalizaciones están preparadas para reducir la fuerza del agua

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Un grifo manando agua en una imagen de archivo.

BarcelonaCon el horizonte de las restricciones de agua en diciembre, hace semanas que Aigües de Barcelona, la distribuidora del área metropolitana de Barcelona, está haciendo pruebas para comprobar si bajando la presión se puede conseguir la reducción de consumo doméstico y evitar así la medida más traumática de las restricciones. De las pruebas realizadas en todos los municipios se extrae que es una medida eficiente porque, por un lado, el ahorro de agua es del 7,6% y, por otro, las viviendas situadas en las plantas superiores tan solo lo notan cuando existe una punta de consumo.

La compañía ha explicado este martes que cuando la Generalitat declare el estado de emergencia por sequía en Catalunya, probablemente a mediados de diciembre, ya estará todo listo para bajar la presión. Según el responsable de proyectos de la dirección de operaciones de Aigües de Barcelona, Josep Lluís Armenter, la reducción de la presión en la red "no ha tenido ninguna incidencia en el suministro de agua". Pero más allá de la presión, la compañía también ha extraído agua del Rec Comtal para que sea tratada en la potabilizadora del Besòs, ha puesto en marcha la potabilizadora de la Llagosta y ha recuperado pozos anteriormente no operativos, como medidas para incrementar el volumen de agua dentro del sistema más allá de la de los ríos y pantanos. Este es uno de los mandatos de la Generalitat para poder ganar tiempo en estos meses de sequía que se prevén que todavía quedan hasta que llegue un episodio de lluvias intensas, a principios del próximo año.

Aumento de la regeneración de agua

En este plan de buscar agua de otras fuentes, Aigües de Barcelona también ha aumentado la producción del agua regenerada, es decir, la residual depurada que recibe un tratamiento adicional que se destina a usos industriales, municipales y agrícolas para mantener mejor los caudales de los ríos y las reservas de agua. Desde hace un año, la planta envía 1.500 litros de agua por segundo río arriba. Después, esta agua puede ser captada por una potabilizadora y convertirla de nuevo en potable. Esto es lo que se hace, de hecho, en Sant Joan Despí.

En este punto, la empresa apuesta por incrementar la inversión en la planta regeneradora de agua que se instalará en la depuradora del Besòs, y que permitiría "no depender de las lluvias" y garantizar la resiliencia hídrica de 5 millones de ciudadanos. La directora de Ecofactorías de Aguas de Barcelona, Àngels Vidal, ha explicado que la regeneración es tres veces más económica que la desalinización y que reduce la huella de carbono a la mitad.

El área metropolitana de Barcelona consume 190 hectómetros cúbicos de agua al año. Aigües de Barcelona considera que con una inversión de 1.500 millones de euros proveniente del fondo europeo Next Generation podría alcanzarse el objetivo de producir 180 hectómetros cúbicos al año provenientes de agua regenerada, desalinizada y nuevos recursos hídricos. Según Vidal, esto permitiría poner una "solución sostenible al déficit hídrico" del área metropolitana.

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