Medio Ambiente

El fondeo ilegal en Ibiza está destruyendo la posidonia

La falta de control y sanciones efectivas tiene un impacto ecológico sin precedentes en los ecosistemas marinos

La presión turística y los numerosos fondeos de embarcaciones ponen en peligro la pradera de posidonia.
Esther Cabezas
13/08/2023
3 min

IbizaLa asociación Salvem sa Badia ha dado la voz de alarma por la situación en la bahía de Portmany, en Ibiza, donde las praderas de posidonia están en un evidente peligro. En una situación paradójica, la presión turística y las actividades ilegales amenazan con acabar, precisamente, con su atractivo: las aguas cristalinas del mar balear, que no se explican sin la presencia de la posidonia.

Según informa la entidad, en las inmersiones de la segunda quincena de julio y de principios de agosto, se ha visto que la situación del fondo marino es dramática. Así lo corroboran los equipos de voluntarios que colaboran con Salvem sa Badia. Desde 2021 recorren las aguas de Portmany para informar y concienciar a las tripulaciones de los barcos que fondean sobre la pradera de cuál es la legislación y de la necesidad de su conservación, además de ofrecerles otros lugares donde pueden anclar las embarcaciones. Sin embargo, hay algunos que continúan con la falta de consideración y el número de barcos es tan elevado que no hay sitio para todos.

El principal problema es la existencia de las llamados muertes, estructuras de hormigón arrojadas al mar de manera ilegal para el fondeo de embarcaciones que no consiguen un amarre legal. Estos, unidos a las anclas de las embarcaciones, que con su movimiento siegan las praderas de posidonia, producen grandes calvas que provocan su progresiva desaparición. Estas estructuras las arrojan al mar personas que las alquilan para amarrar barcos que, mayoritariamente, se dedican al chárter náutico ilegal o a particulares que no disponen de un amarre legal, un colectivo muy numeroso debido a la masificación turística.

Los voluntarios de Salvem sa Badia, la mayoría jóvenes, conocen bien el problema. Cada día salen al mar acompañados de la bióloga de la entidad, Verónica Planas, para llevar a cabo la labor de información y concienciación. “Hoy mismo hemos encontrado 50 barcos fondeados en la bahía sobre posidonia, más los que están en muertes ilegales”, explica Planas. “Cuando explicamos el problema, los barcos extranjeros suelen moverse, pero hay patrones reincidentes que se niegan a hacerlo. Necesitamos autoridad, un guardia civil que venga con nosotros, que les toquen el bolsillo. Suelen ser empresas que repiten las mismas infracciones”.

Sin embargo, la bióloga asegura que el trabajo realizado en estos últimos años se nota, pero cuando las boyas legales se llenan no hay solución. "Es como si no tienes sitio para aparcar tu coche: lo haces sobre un jardín o en la acera [situaciones, por cierto, que ya se están produciendo en Ibiza]". Además, hay empresas de servicios que utilizan los muelles públicos para ejercer su actividad sin permiso de Costas”, añade.

Impunidad a pesar de la vigilancia

Dada la pésima situación de la bahía en los últimos años –esta zona pertenece a los municipios de Sant Antoni de Portmany y San José de Sa Talaia–, en los últimos años se han realizado acciones de limpieza por parte de diferentes entidades conservacionistas. En abril se llevó a cabo el proyecto Libera, puesto en marcha por Seo/BirdLife en colaboración con Ecoembes y Submon, en el que se extrajeron 12 toneladas de residuos, la mayoría de los cuales eran muertes. La entidad ecologista GEN-GOB, que desarrolla un programa que monitoriza la situación de las praderas de posidonia desde 2019, informaba que en 2021 se extrajeron 237 estructuras de fondeo con un peso de 111 toneladas de la bahía de Portmany.

Esta situación tiene lugar en toda la costa de Ibiza y en todo el archipiélago balear, pero, sobre todo, en las zonas de mayor presión turística. En un estudio del GEN-GOB, financiado por Eivissa Preservation, en marzo del 2022 se aseguraba que en Cala Vedella, enclave protegido por la Red Natura 2000 en Sant Josep, había desaparecido el 55% de la pradera.

La extinguida consejería de Medio Ambiente del Gobierno, que ahora distribuye sus competencias entre las de Mar y Ciclo del Agua y Medio Natural, disponía de la Red de Vigilancia de la Posidonia, que incluía la colaboración de Salvem sa Bahía para el control de las praderas. El Servicio de Vigilancia dispone de cuatro embarcaciones en Eivissa y, desde julio hasta ahora, se han contabilizado 8.000 embarcaciones. Un 3% se ha tenido que mover, ya que la cadena o el ancla tocaba las praderas protegidas.

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