Incendios

"Nos han dicho que nuestra casa está calcinada"

Congoja y angustia de los vecinos desalojados por la amenaza de las llamas

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Romina, Judith y Miriam afectadas por el incendio en la Urbanización River park

El Pont de Vilomara"No sabemos cómo está nuestra casa". Es la frase más repetida entre los vecinos de las urbanizaciones River Park y Marqués del Paradís de Pont de Vilomara, dos de las zonas más afectadas por el incendio forestal que quema en el Bages desde este domingo. La sala polivalente del pueblo se ha convertido en las últimas horas en el punto de encuentro de vecinos y servicios de emergencias, que intentan ayudar a las 200 personas que han tenido que desalojar. Desde primera hora de la mañana es un hormigueo: personal de Protección Civil y de la Cruz Roja atiende uno por uno a los ciudadanos que preguntan si podrán volver a su casa o si se sabe si el incendio les ha dejado sin pertenencias, mientras también les garantiza comida y bebida para pasar las horas de espera y desazón.

"Estamos pendientes de si nos dejan subir a casa, para mirar cómo está. Pero de momento nada, nos tenemos que esperar", expone resignado Alfonso, uno de los vecinos de River Park. Proveniente de Barberà del Vallès, ayer estaba con toda su familia en el jardín cuando vieron una columna de humo. "Estábamos echando una cerveza bajo la morera y vimos fuego en la parte de atrás, en Rocafort. Las llamas estaban muy cerca nuestro", dice. Segundos después, cogieron cuatro cosas y corrieron hacia el coche. "Intentamos llegar a Rocafort, pero no pudimos y nos fuimos hacia Barberà", ha añadido el vecino, que ha venido a la sala polivalente de Pont de Vilomara para conocer las últimas novedades y saber si podía ir a ver su casa.

Esta mañana ha habido una reunión de los servicios de emergencias con los afectados, y algunos han salido muy enfadados. "Dicen que los Bomberos tardaron mucho en llegar, pero no es verdad, nosotros llamamos a la una del mediodía y al cabo de un cuarto de hora ya estaban apagando el fuego", recalcan tres hermanas, Romina, Judit y Miriam, que estaban fuera del pabellón. Sus padres, Kiko y Loli, viven en River Park, justo al lado de donde se ha calcinado la montaña. Ayer estaban todos en la piscina disfrutando de un domingo de verano cualquiera cuando su vida dio un tumbo. "Estábamos en la piscina cuando mi hijo Pablo, de diez años, dio la alarma: vino gritando que había fuego", rememora una de ellas. Y, efectivamente, en el cerro de delante de casa había una gran columna de llamas y humo. "Llamamos al 112, y vinieron enseguida media docena de helicópteros y muchos camiones". Al principio los Mossos les dijeron que se quedaran dentro de casa confinados, pero un bombero que pasó poco después les recomendó que se marcharan inmediatamente. "Nos dijo que estábamos demasiado cerca, que era muy peligroso", relata todavía con el corazón hecho un puño. Las noticias que tienen, de momento, no son muy optimistas: "Nuestra casa está en primera línea, nos han dicho que ha quedado toda calcinada", lamentan.

Las llamas vistas desde el patio de casa de Romina, Judith y Miriam.

No tuvieron tiempo de coger prácticamente nada, solo a los tres perros, y salieron corriendo hacia Terrassa, donde viven. La familia también se queja de que en la urbanización hay muchos propietarios que no limpian su parcela, lo cual creen que ayudó a propagar más deprisa las llamas. "A nuestro lado hay una parcela abandonada, muy sucia, cuando nuestra parte estaba bien limpia , que quitamos todas las hierbas hace unas semanas. Si todo el mundo mantuviera su propiedad, seguro que el fuego no se habría esparcido tan deprisa", dicen.

"Se han quemado nuestros bosques"

Fuera del pabellón, también se han reunido ciudadanos para intentar ayudar a los vecinos más perjudicados, y muchos especulaban sobre las causas del incendio. Un grupo de jóvenes de entre 20 y 30 años, Andrea, Anna, Mar, Fran y Núria están muy enfadados y dolidos. Por un lado, tienen miedo de que el fuego haya sido intencionado. "Hace años hubo un pirómano en Sant Vicenç de Castellet, el pueblo de aquí al lado, y este hombre hace poco salió de la prisión. Hace unos días ya hubo un incendio a Sant Vicenç, y ahora este. Creemos que podría estar provocado", dicen.

Pero más allá del origen, los chicos sobre todo están también preocupados por cómo quedará la naturaleza: "S’han quemado nuestros bosques. Piensa que son nuestro jardín, nuestra zona de juego. Desde pequeños que jugamos entre estos árboles, que vamos de acampada, a andar… Todos somos monitores, y sentimos que se ha quemado nuestra casa", lamentaban los jóvenes que también se quejaban de la "nula gestión forestal". "Está todo muy sucio, no limpian nada, y también hay muchos árboles y plantas que no son autóctonos. Es una lástima cómo tenemos los bosques, no sé cómo nos sorprendemos de que después haya incendios tan grandes como este", concluyen los jóvenes.

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