Contaminación

"El Mediterráneo que conocían a nuestros abuelos se está yendo"

Celia Marrasé y Miquel Canals reflexionan sobre el calentamiento global y la biodiversidad marina en el ciclo IEC-ARA

ARA
y ARA

Barcelona"El Mediterráneo que conocían a nuestros padres y nuestros abuelos se está yendo". Así ha reflexionado el geólogo marino Miquel Canals sobre el proceso de tropicalización del mar Mediterráneo. A juicio de la bióloga marina Celia Marrasé, pese a los efectos del calentamiento global y el impacto de la contaminación, "la naturaleza siempre saldrá adelante". "Si hace más calor, unas especies se marcharán y vendrán otras, se adaptarán... Pero deberíamos pensar que el hombre está dentro del ecosistema, y ​​eso es mejor pensarlo con tiempo. Está más en peligro l 'especie humana que la vida en el planeta', añadió Marrasé.

Los dos expertos han coincidido este martes en el debate ¿Estamos a tiempo de salvar el Mediterráneo?, que ha moderado la periodista del ARA Sònia Sánchez y que forma parte del ciclo que organizan el Institut d'Estudis Catalans y el ARA. En la conversación, Canals y Marrasé han expuesto datos que demuestran el calentamiento del Mediterráneo –con un pico de 2,4 grados en verano del año pasado– y la relación de ese aumento de temperatura con la concentración de CO₂ . "Lo que hace falta, aparte de ir hacia las energías renovables, es concienciarnos de que debemos reducir consumo de energía", ha instado Marrasé.

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En cuanto al efecto de este calentamiento en la biodiversidad marina, Canals ha expuesto que el aumento de la temperatura del agua modifica la distribución de las especies y también causa episodios de mortalidad en masa. "Esto está asociado a la tropicalización del Mediterráneo, llegan especies que antes no entraban porque el agua no estaba en su margen de tolerancia", ha explicado el geólogo marino, que ha añadido que muchas de estas especies entran por el canal de Suez, pero también llegan por el estrecho de Gibraltar. Mientras, las especies autóctonas quedan "en una especie de callejón sin salida, una trampa sin salida" y también hay un proceso de "desborealización": "las especies que vienen del trópico se están imponiendo y las que son de afinidad boreal se van rarificando hasta que desaparecen", ha explicado Canals. En este punto, Marrasé ha apuntado: "Estas migraciones se producen en los seres vivos y también en los hombres. Parte de las migraciones que tenemos de sur a norte es gente que huye de la sequía. Si seguimos así, es posible que los nuestros descendientes estén migrante por lo mismo".

Frenar el calentamiento

La bióloga marina considera que la clave para frenar el calentamiento del Mediterráneo es rebajar sus emisiones a partir de reducir el gasto energético. "No se trata del plástico o el papel, todo lo que sea desechable debería evitarse", ha dicho al animar a reutilizar para evitar generar desechos y emisiones. También se refirió a la sobrepesca, que cree que debería "racionalizarse".

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En cambio, ante la posibilidad de prohibir la pesca de arrastre, Canals abogó por la "libertad para todos" y defendió el "componente social y de tradición" de la pesca en el Mediterráneo. Sin embargo, ha añadido que "en el Mediterráneo y otros lugares del mundo ya se han traspasado umbrales de explotación del stock pesquero", y ha dicho que no es partidario de prohibir este tipo de pesca, pero sí de restringirla en algunas áreas para proteger la biodiversidad.

El impacto de las desaladoras

Durante el debate también se ha planteado los residuos que generan las plantas desaladoras, las salmueras. "La mayoría de plantas lo que hacen es verterlo en el mar con la idea de que, como el mar es grande y las corrientes se lo llevan todo, se irá disolviendo y no tendrá ningún impacto. Esto está por ver", ha advertido a Canals, que ha añadido que no es su área de especialización, pero ha mostrado dudas de que estos vertidos sean verdaderamente inocuos. Al respecto, Marrasé ha valorado que es necesario ponderar la necesidad de acceso al agua potable con los residuos que pueden suponer las desaladoras. Para ella, la clave es que "gastamos más agua de la que podríamos gastar, como ocurre con la energía", y ha llamado a reducir su consumo.