"Nos miramos, dejamos el miedo de lado y nos coordinamos para salvarle la vida"
Dos estudiantes de enfermería de la UB hicieron una reanimación cardiopulmonar a un hombre que se había desplomado en medio de la calle
BarcelonaNadie sabe qué habría pasado si Dani Polanco y Elbis Torrelles no hubieran pasado por la Estació del Nord de Barcelona justo cuando un hombre se acababa de desplomar al suelo. Pero estaban en el lugar indicado en el momento preciso y los dos estudiantes de segundo curso de enfermería de la Universitat de Barcelona reaccionaron "con seguridad y sin temblar": le hicieron una reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras esperaban a los servicios de emergencia, una actuación clave para salvarle la vida. "El hombre sobrevivió. Conseguimos reanimarle", explican al ARA por teléfono los dos amigos. Ahora esperan que el hombre esté bien y que se pueda recuperar pronto, a pesar de que apenas saben nada de él: tiene entre 55 y 65 años, vestía con bermudas o bañador, llevaba un sombrero de paja de Canet de Mar y es probable que sea extranjero. Fue trasladado al Hospital de Sant Pau el 7 de julio.
Los hechos pasaron hacia las ocho y media del anochecer, cuando como tantos otros días Elbis y Dani salieron del gimnasio y fueron andando desde la plaza de las Glòries hasta plaza de España. Cuando pasaban por la Estació del Nord vieron a una persona estirada en el suelo. "Creíamos que era un borracho que quizás se había caído. Tenía la cara muy roja y ensangrentada", recuerdan. El vigilante de la estación, que ya llamaba al Servicio de Emergencias Médicas (SEM), les explicó que se acababa de desplomar. Sin dudarlo, los dos jóvenes decidieron actuar: "Nos arrodillamos para tomarle el pulso, que era muy débil. La respiración estaba en apnea y la cara empezaba a estar azul".
Elbis y Dani explican con todo tipo de detalles y argot sanitario las fases por las que fue pasando el hombre con diez minutos, que es lo que duró su intervención. "Nos llamó mucho la atención que la respiración era muy errática, como cuando tienes un infarto: de golpe cogía aire y hacía como una especie de relincho como un caballo", recuerdan. Fue entonces cuando decidieron que tenían que "haer algo". "En aquel momento nos miramos, dejamos el miedo de lado y nos coordinamos", asegura Elbis. El primer paso fue girarle y ponerle boca arriba.
"Nunca lo habíamos puesto en práctica, ni siquiera con un muñeco"
Los futuros enfermeros no habían hecho nunca una RCP: "Habíamos visto la teoría, pero nunca lo habíamos puesto en práctica, ni siquiera con un muñeco". Después de un curso y medio dando clases a distancia debido a la pandemia, los estudiantes habían hecho una optativa de emergencias médicas online, así que solo habían visto vídeos de cómo se tiene que hacer una RCP. Pero fue suficiente: "No habíamos hecho nunca una pero sabíamos qué hacíamos y actuamos con seguridad".
Mientras tanto, los dos jóvenes habían pedido guantes y un DEA (un desfibrilador externo automático) al vigilante de seguridad. Un señor que también estaba en el lugar de los hechos acercó un móvil a los dos chicos y al otro lado del teléfono había una enfermera del SEM, que fue guiándoles. "Decidimos abrirle la vía aérea haciéndole una tracción mandibular, es decir, estirarle la mandíbula hacia arriba. Necesitábamos intubarlo", aseguran, y descartaron la posibilidad de hacerle un boca a boca por "seguridad", porque tenía la cara llena de sangre y porque no sabían tampoco si tenía covid-19 u otras enfermedades. De golpe aparecieron unos policías, que ayudaron a Elbis y Dani a hacer la reanimación. Cuando le colocaron una canula para intubarle –Dani y Elbis no saben de dónde salió–, el hombre empezó a recuperar el color de la cara. Y empezaron las descargas con el desfibrilador.
La ambulancia llegó cuando hacía unos diez minutos que actuaban. Los equipos del SEM consiguieron estabilizar al hombre en el lugar de los hechos y después lo llevaron al hospital. Fue entonces cuando Elbis y Dani respiraron tranquilos: "Cuando hacíamos la intervención estábamos muy concentrados. Teníamos muy claro qué teníamos que hacer y lo hicimos sin dudar ni temblar. Después nos bajó toda la adrenalina y vinieron los nervios, y nos quedó la incertidumbre de saber cómo estaría el señor".
Los dos policías, agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, tomaron los datos de los dos chicos. El cuerpo se puso en contacto con la Universitat de Barcelona, que les mandó una carta agradeciéndoles la intervención crucial para salvar la vida del hombre.
Lo que ha pasado ha reforzado todavía más la vocación de los dos chicos para ser enfermeros en un futuro y quién sabe si dedicarse a las emergencias médicas. Dicen, eso sí, que es muy importante que la educación en primeros auxilios se haga también en la ESO y en otros estudios superiores. "Si la población está entrenada, podremos responder y mejorar el pronóstico de emergencias con riesgo vital", dicen. Según calculó la Cruz Roja, solo el 30% de los catalanes tienen nociones de primeros auxilios, la mayoría porque han hecho un curso específico o porque son profesionales del mundo de la salud. El resto, el 70%, no sabría de qué manera reaccionar en un accidente, más allá de avisar al SEM, un servicio que recibe 6.500 llamadas al día de media. Por suerte, el hombre con una parada cardiorespiratoria se encontró, el 7 de julio, con dos chicos que supieron reaccionar para salvarle la vida.