Un mosso admite mala visibilidad cuando disparaban los proyectiles que vaciaron el ojo a una manifestante
La Fiscalía no se presenta en las declaraciones de uno de los tres agentes investigados por la lesión
BarcelonaEl sargento de los Mossos d'Esquadra que estaba al frente de uno de los operativos por las protestas en Barcelona en apoyo al rapero Pablo Hasél en febrero del año pasado ha reconocido ante el juez que las condiciones de visibilidad eran malas cuando los escopeteros que estaban a sus órdenes dispararon proyectiles de foam. Uno de los proyectiles impactó en la cara de una chica de 19 años, que perdió el ojo. A pesar de todo, este mando, que ha declarado como investigado ante el juez que lleva el caso, ha justificado el uso de los proyectiles, según han explicado fuentes judiciales.
Inicialmente el juez del caso imputó a dos escopeteros por su responsabilidad en las lesiones. Después la Audiencia de Barcelona le ordenó investigar también a este sargento, que era su máximo responsable a pie de calle. Según las fuentes judiciales consultadas, el mando ha avalado que sus subordinados dispararan los proyectiles de foam hacia los manifestantes para mantener la seguridad de la línea policial ante el lanzamiento de objetos y la quema de contenedores. Y ha admitido que en el momento en el que se autorizó que se usara esta arma las condiciones de visibilidad no eran buenas, por el humo que había en la zona.
El agente ha contestado a las preguntas de su defensa, pero no a las de las acusaciones particular y popular, porque se ha negado, ni en la Fiscalía, que no se ha presentado. El abogado que representa a la víctima, Xavier Muñoz Soriano, se ha quejado del papel pasivo del ministerio público, que rompe "con el principio acusatorio".
Cambios de protocolo insuficientes
Muñoz también se ha referido a las modificaciones introducidas en el protocolo de uso de los proyectiles de foam el 30 de marzo. El protocolo ya especificaba que solo se podía disparar por encima de la cintura para impedir el lanzamiento de objetos contra la policía. Ahora la nueva instrucción prohíbe que se pueda apuntar en la zona del cuello y de la cara en ningún caso. A pesar de celebrar los cambios, el abogado los considera "insuficientes". "Se ha demostrado que los proyectiles de foam no son un instrumento de precisión", ha subrayado el abogado, que considera que habría que modificar el protocolo para que los Mossos d'Esquadra "no puedan dispararlos por encima de la cintura en ninguna circunstancia".
De hecho, según las fuentes consultadas, el sargento que ha declarado como investigado este miércoles ha insistido en que este tipo de proyectil no es una arma de precisión, como se había apuntado desde el cuerpo cuando se empezaron a usar, después de que el Parlament prohibiera la utilización de las pelotas de goma a raíz del caso de Ester Quintana. El responsable de la Brigada Móvil, que declaró como testigo ante el juez del caso hace unas semanas, también descartó que se trate de un arma de precisión.