Infraestructuras

Un paso más para culminar la L9: comienzan las obras para conectar el tramo Besòs y el tramo Llobregat

Los trabajos cerrarán el pozo de La Sagrera y el barrio recuperará espacios perdidos en el 2027

BarcelonaLas obras de las líneas L9 y L10 del metro entran en una nueva fase. El Govern ha anunciado este jueves la licitación de la conexión entre el tramo norte de cada una de las líneas, lo que hoy funciona hasta La Sagrera, con el tramo central que todavía está en construcción y que debe permitir, una vez terminado, que los trenes puedan atravesar Barcelona de punta a punta pasando por Lesseps. Las obras que empezarán incluyen también una transformación urbanística importante en el barrio de la Sagrera, ya que se tapará el pozo de la L9 y la L10 y se podrán recuperar espacios perdidos desde 2004 para los vecinos.

En cuanto a plazos, se espera que las vías estén conectadas y el pozo tapado en 2027. Justamente era la fecha en la que se esperaba que el tramo central ya estuviera en funcionamiento y, por tanto, todo el recorrido de la que sería la línea más larga de Europa (uniendo el Besòs y el Llobregat) fuera una realidad. Pero de momento siguen los trabajos de la tuneladora en este tramo (falta un 20% de túnel por acabar) y el departamento no se moja para asegurar el calendario.

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Actualmente, la L9 y la L10 suman 23 millones de viajes anuales sumados el tramo norte y el sur que están en funcionamiento, pero cuando pueda completarse la circunvalación en la ciudad de estas líneas que rompen el sistema radial se espera un incremento de más del 80% y alcanzar los 113 millones de viajes anuales.

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"Es una gran noticia que vemos la luz al final del túnel y empezamos a cerrar el círculo de las infraestructuras que deben afectar a la capital catalana y también a toda la región metropolitana", ha dicho la consellera de Territorio, Ester Capella, de visita en el pozo de La Sagrera para valorar esta nueva fase de las obras. La consellera ha reivindicado que las líneas supondrán un punto de inflexión para un territorio más extenso que la propia Área Metropolitana.

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La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, también ha celebrado la consecución de "un punto estratégico en un proyecto estratégico". De acuerdo con la tendencia que siguen el metro y el transporte público -que batió récords de validaciones en el último octubre-, auguró que las nuevas líneas "cambiarán radicalmente el sentido de la conectividad de los barrios de montaña" y que "dan coherencia en el metro de Barcelona". Actualmente, las únicas líneas que realizan unos trayectos similares son los buses H4 y H6, tensados por la gran cantidad de pasajeros que transportan. Estas vías ya están construidas, pero son las utilizadas hoy por los trenes de la L9 y L10, hasta que no tengan su conexión. La construcción de las vías y de una losa intermedia será el objetivo de los primeros 30 meses de obras.

Por otro lado, la conexión de la L9 y la L10 por las vías adecuadas permitirá que la L4 llegue hasta La Sagrera conectándola con La Pau. La obra de conexión licitada costará ahora 20,3 millones de euros. En total, poner en marcha las líneas y culminar el tramo final implicará más de 900 millones de euros, según la previsión del departamento de 2022. Desde sus inicios, el proyecto acumula quince años de retraso y un sobrecoste de casi 6.000 millones de euros, según la Sindicatura de Cuentas.

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"Recoser las fracturas"

Aparte de la red ferroviaria de Barcelona, el cierre del pozo de la L9 y la L10 de La Sagrera será fundamental para el barrio. Según ha explicado el director general de infraestructuras de Movilidad, David Prat, las obras contemplan la construcción de una losa intermedia entre las vías y el exterior. Por encima de esta, irá una cubierta, y encima "se devolverá el espacio a la ciudad". Los trabajos, según Capella, ayudarán a "recocer las fracturas", pero serán la última fase de las obras.

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El uso público de la zona recuperada sobre la cubierta pasa por recuperar el campo de fútbol del Camp del Ferro, según ha dicho la teniente de alcalde Bonet. Mientras el polideportivo municipal quedó de pie sobre el pozo que ahora se pretende tapar, hace prácticamente 20 años que perdió el campo de fútbol que ahora el Ayuntamiento de Barcelona se propone recuperar.