“No queremos que nos feliciten, pero tampoco que nos menosprecien”
El desprestigio, la falta de recursos y de planificación y los cambios no consensuados, entre las quejas de los docentes del IES Ermessenda de Girona
Girona“Pones la televisión y siguen con la misma cantilena, que hacemos huelga por los cambios al calendario. Pero no es por eso, es porque los diferentes Gobiernos aplican cambios en la educación y ni siquiera nos preguntan nuestra opinión. Quieren apostar por un modelo europeo, pero no ponen los recursos necesarios para aplicarlo, y después somos nosotros los que tenemos que trabajar bajo mucha presión y un estrés constante”. Son las reflexiones y críticas de un grupo de docentes del Institut Ermessenda de Girona que esta mañana a primera hora se estaban repartiendo los alumnos entre los profesores que no han participado en la huelga convocada. “Casi todo el claustro quería hacer huelga, pero nos lo hemos repartido para poder cumplir los servicios mínimos con creces. Más de la mitad de la plantilla hace huelga hoy y otros harán mañana o miércoles”, indica la directora del centro, Maite Casas. La responsable está en la sala de profesores con otros compañeros: Núria Costa-Pau, de catalán; Marta Roca, de castellano; Helena Carallera, de inglés; Ruben Domínguez, que es educador, y Júlia Sirera, psicopedagoga. Entre todos desgranan los diferentes motivos que los han traído a dar un golpe sobre la mesa y secundar los cinco días de protestas.
“Sufrimos mucho desprestigio desde hace años, somos como una pelota que nos van pasando de un lado a otro. Cuando llega un nuevo Govern, hace cambios sin preguntar, y a veces cambian cosas que funcionan y que acaban perjudicando la educación de los alumnos. No queremos que nos feliciten, pero tampoco que nos menosprecien”, recalca la directora. El malestar de los docentes responde a varios motivos, pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el borrador del nuevo currículum escolar que presentó la conselleria de Educación, cuatro meses antes de finalizar el curso.
“Hay una falta de planificación, quieren que la escuela sea cada vez más inclusiva, que hagamos más materias, que tengamos más alumnos en el aula, que atendamos más diversidades; pero no ponen más recursos. Y es lo que complica más nuestro trabajo, la falta de personal y de recursos”, lamentan. Uno de los nuevos cambios introducidos y que más reprochan es el que establece que a partir de ahora los estudiantes no suspenderán, sino que se dirá que están “en proceso de logro”. “Esto es mentira. Si un alumno deja un examen en blanco, es porque no sabe nada y no ha trabajado lo suficiente. No podemos tener entre algodones cada vez más a los alumnos, porque cuanto menos les exijamos, menos harán”, subrayan los docentes.
"Lo deciden todo desde despachos de Barcelona"
Hace cinco años que el Institut Ermessenda trabaja en barracones y dividido en dos sedes: la mitad de los cuatro cursos de ESO estudian en Can Prunell y el resto en Cartanyà, a la espera del nuevo edificio que habilitarán en la antigua fábrica Simon, en la carretera de Barcelona. En total, son una sexagésima de docentes y unos 550 estudiantes, de los cuales 150 han ido hoy a clase. Por eso más de la mitad de las aulas estaban a oscuras y con las sillas sobre las mesas y el resto las habían llenado juntando a alumnos de diferentes grupos. “Explicamos a las familias los motivos de la huelga y muchas nos escribieron a última hora diciendo que no vendrían. La mayoría lo han entendido, porque ven que nos faltan recursos y que no damos abasto”, dicen los profesores, que creen que los padres y madres también tendrían que participar en la protesta. “Si nosotros nos movilizamos es porque nos preocupa la educación y el futuro de sus hijos”, dejan claro.
En el tono de sus palabras se nota el desprecio y el cansancio acumulado. “El anterior conseller, Bargalló, nos faltó al respeto constantemente. Ahora Cambray recoge este malestar, que se junta con toda la gestión la pandemia y los cambios que ha querido introducir a golpe de decreto. Somos un colectivo con muchos expertos en diferentes metodologías, y no entendemos que no nos pregunten nada y que lo decidan todo desde unos despachos de Barcelona”, explican.
Pero lo que peor les sabe son los prejuicios y comentarios de la gente que dice que hacen huelga porque no quieren trabajar más. “Con el covid hemos hecho más horas que nunca: contestando correos a las doce de la noche, dando clases en el aula y después por videoconferencia, gestionando los confinamientos o viniendo en sábado o domingo para hacer las PCR. Todo el mundo se piensa que nuestra jornada solo dura el horario lectivo, pero las clases se tienen que preparar, también trabajamos las tardes y los fines de semana”, resalta la directora, justo antes de irse.
En Girona se ha convocado una manifestación que ha reunido a más de 4.000 personas, y posteriormente todos los directores de los institutos públicos de las comarcas gerundenses –entre los cuales, Casas– han entregado un escrito a los servicios territoriales de Educación. En el documento esgrimen 13 puntos que les preocupan de los cambios “impuestos” por el departamento y finalizan con una súplica a la conselleria: “Estamos en un punto de desconexión que no habíamos vivido nunca antes y reclamamos que se nos escuche".