Un ordenador para cambiar la vida de Safae

Un estudiante de máster ha recaudado dinero para comprar dispositivos y dárselos a alumnos sin recursos

Safae quiere ser "ingeniera de aviones" y también "crear materiales, estructuras, máquinas". Sin embargo, no tiene ordenador en casa. Ha estado haciendo los deberes de la escuela desde el móvil, y a veces no los ha podido acabar porque le era demasiado difícil escribir "con las teclas tan pequeñas". La suya es una de las 55.000 familias en Catalunya que no tienen conectividad a internet o no disponen de bastante dispositivos o datos, según detectó el departamento de Educación a raíz de la pandemia. Nacida en Marruecos hace catorce años, llegó a España hace un año y poco y, después de un tiempo en Castilla-La Mancha, vive desde hace siete meses en Olot con su madre y dos de sus hermanos. Está bien, dice. Habla un castellano casi perfecto, que aprovechó para reforzar durante el confinamiento mirando "muchas pelis de Disney y anime y series para aprender vocabulario". Ara tiene ganas de aprender el catalán, "pero es difícil". Habla deprisa y ríe cuando acaba de responder a cada pregunta. Estaba sentada en su clase de 3ro de la ESO cuando su profesora le dijo que "un chico muy simpático" le daría un ordenador. Su primer ordenador.

"Estaba muy sorprendida, contenta y nerviosa", admite Safae, consciente del cambio que supondrá para ella "poder acabar todos los deberes". El "chico muy simpático" se llama Gerard Giménez, graduado en ADE y ahora estudiante de un máster en estadística en la UPC. "Pensé que había tenido mucha suerte porque durante el confinamiento tenía un ordenador con el que aprendí a programar, y siempre he aprendido mucho mirando vídeos de YouTube o entradas en la Wikipedia", dice. Él solo quería que todos los niños y niñas tuvieran acceso al conocimiento infinito que da internet, pero sabía que hay muchos alumnos en Catalunya que no tienen suficientes recursos para hacerlo. Decidió que había que hacer algo. Y así nació Un ordinador per a tothom.

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Gerard conocía asociaciones sin ánimo de lucro que venden ordenadores por 75 euros y monitores por unos 50 y abrió una campaña de crowdfunding para recaudar dinero. "Con poco dinero podríamos tener un gran impacto", pensó. El objetivo era repartir unos diez ordenadores durante todo 2021. Pero en un mes y medio ya ha superado cualquier expectativa: "Ahora resulta que ya tengo veinte ordenadores en casa, preparados para repartir". Son aparatos no muy potentes, pero que permitirán que los chicos y chicas que los reciban puedan navegar por internet y hacer cualquier trabajo para la escuela.

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Después del de Safae, ahora solo falta decidir a qué escritorios van a parar los dispositivos que ha comprado Gerard. Y para eso se fía del criterio del personal de los centros educativos. "Creo que no hay nadie que conozca mejor la realidad de los chicos y chicas que sus profesores", argumenta. Con esta idea se puso en contacto con el director de la escuela donde él había estudiado y llamó a otros centros para saber si estarían interesados. "¡Se creían que les quería vender ordenadores a bajo precio!", explica. El centro preparó una lista con una decena de alumnos que no tenían ordenador en casa. "Cuando me explicaron el caso de Safae, que quería ser ingeniera de aviones y que le encantaban los números, pensé que uno tenía que ser para ella. Es una chica que tiene todas las posibilidades delante suyo, pero que se le limitan por el hecho de no tener tecnología en casa. Creo que es básico tener un ordenador para aprender matemáticas", dice Gerard. Ha querido priorizar que fueran chicas. "A veces todavía hay una cierta discriminación porque nos pensamos que las cosas tecnológicas tienen que gustar solo a los chicos. En ingeniería hay una falta brutal de mujeres, y además tienen pocos referentes". De los cuarenta alumnos del máster que estudia Gerard, solo siete u ocho son chicas.

Sin embargo, haber logrado ya su objetivo solo le anima a hacer crecer la iniciativa. "Mientras haya situaciones como la de Safae tendremos trabajo para hacer", dice Gerard, que no esconde que le gustaría que fuera la administración quien cubriera la inversión. Ahora está buscando empresas que quieran hacer un donativo de manera recurrente para continuar comprando ordenadores. Y continuar, así, allanando caminos empinados hacia el éxito educativo. Safae, un poco emocionada, lo explica así: "Lo que ha hecho Gerard significa mucho para mí, porque me ha dado una oportunidad para crear mi futuro".

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Solo han llegado el 5% de ordenadores prometidos por el departament

La iniciativa de Gerard se ha avanzado a la administración. El departamento de Educació prometió repartir antes de Navidades un ordenador para cada uno de los 300.000 alumnos de 3º y 4º de ESO, bachillerato y ciclos formativos, y también a los alumnos de 5º y 6º de primaria, 1º y 2º de ESO que no tengan en casa. Pero el reparto se despliega lentamente: el último dato disponible, de mediados de enero, indicaba que se habían entregado 15.510, el 5,17% del total. La 'conselleria' argumenta que el mercado no puede satisfacer la altísima demanda que hay por lo que las empresas no han cumplido los plazos de entrega de los contratos. El nuevo plazo que se han fijado en la 'conselleria' es para antes de que acabe el segundo trimestre, cuando ya hará un año del cierre de los centros y solo quedarán tres meses para que acabe el curso. Tampoco se han terminado de repartir los 72.300 ordenadores previstos para los docentes, de los que se ha entregado la mitad.