Cuando la realidad supera las series de médicos: un paciente se casa en el Hospital de la Vall d'Hebron

La planta de neumología se vuelca en la organización de una boda improvisada con solo 24 horas de margen

Joana Garreta Passola
y Joana Garreta Passola

BarcelonaLas tramas románticas son uno de los puntos clave de las series de médicos. Hasta el punto que, a veces, de tan azucaradas resultan incluso inverosímiles. Pero el tópico que dice que la realidad supera la ficción a veces se cumple, como en la escena que se ha vivido esta mañana en la planta de neumología del Hospital de la Vall d'Hebron. "No hemos hecho nada diferente", asegura con modestia la enfermera supervisora del sistema respiratorio en la unidad de neumología, Mar Sevillano. Los cuidados a los pacientes, insiste, trascienden los puramente médicos y por eso lo que ha pasado esta mañana en su planta no tendría que sorprender: se ha casado uno de sus pacientes, Francisco. Y lo han preparado todo deprisa y corriendo. En menos de 24 horas la unidad de Mar ha preparado todos los detalles de la ceremonia.

Ayer a las cinco de la tarde Francisco y su pareja informaron que la jueza había autorizado que se hiciera la ceremonia al día siguiente, y que tanto la pareja como los testigos pudieran acceder a la unidad. Y como siempre que hay una celebración en marcha, toda la unidad se volcó para preparar "algo especial", dice Sevillano. Y ha funcionado: los asistentes a la boda, como todo el mundo que había en la planta, se han emocionado. "Han sido muy felices", asegura la enfermera.

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"Todos ha colaborado", insiste Sevillano; incluso los estudiantes de técnicos de enfermería, que apenas habían llegado a la planta hacía cuatro días, se han involucrado de pleno en la organización. Ha sido una fiesta improvisada del todo: ayer una de las compañeras dijo que se encargaba del pastel y el ramo de flores, y el resto lo han ido trabajando juntos hasta la hora de la ceremonia. Aprovechando que la sala de espera está desierta por la pandemia, el equipo la ha decorado y es donde han celebrado el acontecimiento. Una boda en toda regla: sillas forradas, serpentinas y confeti hecho con trozos de bata, un velo para la novia, lazos, la mesa decorada... En la cocina también se han implicado y han preparado un menú especial para los novios.

No solo se han implicado en la preparación, sino que han asistido al evento. Una médico residente ha leído la carta de San Pablo a los corintios, han puesto música con un ordenador y han "acompañado a la pareja en este momento tan emotivo", explica Sevillano. La ceremonia civil la ha oficiado una jueza por videollamada.

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Este tipo de fiestas son momentos especiales que también "cargan de energía" a los trabajadores, dice Sevillano, que dice que solo se trata de "humanizar" a las personas. Para ella es una parte más de la asistencia sanitaria que no se tiene que olvidar nunca. "Es importante que el paciente no se sienta solo", afirma, y que hay que acompañarlos. Según ella, esto ha sido todavía más importante en este tiempo de pandemia, cuando las visitas han sido muy limitadas y muchos pacientes se han sentido muy solos.