El Vaticano hace autocrítica por los abusos en la Iglesia y defiende indemnizar a las víctimas
La Comisión Pontificia para la Protección de Menores reconoce "falta de transparencia" hasta ahora
RomaEl Vaticano entona el mea culpa y reconoce la carencia de transparencia y el enorme sufrimiento causado a las víctimas de abusos sexuales dentro de la Iglesia católica. Es lo que se desprende del primer informe anual elaborado por la Comisión Pontificia para la Protección de Menores difundido este martes, en el que los expertos designados por el papa Francisco para analizar la gestión de la lacra de la pederastia piden acelerar los procesos de destitución y apuntan la necesidad de “estudiar políticas de indemnización” a las víctimas.
En el informe, el organismo creado por iniciativa del pontífice en el 2014 para hacer frente a la crisis de los abusos, reclama más transparencia en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el departamento del Vaticano que precisamente gestiona las acusaciones de abusos sexuales, y exige acelerar los procesos y dimisiones de los responsables.
En este sentido, la Comisión Pontificia para la Protección de Menores denuncia que el secretismo y la lenta tramitación de las denuncias suponen un nuevo trauma para las víctimas, y reprochan que el dicasterio vaticano encargado de investigar las denuncias rechace hacer públicas las estadísticas sobre su propia jurisprudencia "fomentando la desconfianza entre los fieles, especialmente la comunidad de víctimas y supervivientes".
El documento también recomienda aclarar las competencias de cada dicasterio de la Cúria Romana para “garantizar una gestión eficiente, rápida y rigurosa” de cada posible caso de abuso que llegue a la Santa Sede. En este sentido, los miembros del organismo vaticano sugieren poner en marcha "procesos simplificados, cuando estén justificados" para acelerar "la dimisión o la destitución" de un integrante de la Iglesia responsable de cometer abusos.
Falta de estructuras de denuncia
A pesar de los avances en esta materia durante el pontificado de Francisco, el informe reconoce que todavía existe una "preocupante falta" de estructuras de denuncia y de acompañamiento de las víctimas, a la vez que constata con preocupación cómo algunas autoridades eclesiásticas están " al inicio del ejercicio de asunción de responsabilidades”.
El presidente de la Comisión, el cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley, ha reconocido que durante mucho tiempo la Iglesia católica "no ha defendido" a las víctimas y supervivientes de los abusos y ha considerado que este primer informe sobre la gestión de los abusos, que a partir de ahora se espera que tenga una periodicidad anual, deja atrás un “periodo oscuro” en el que la Iglesia miró hacia otro lado.
"Respetamos el testimonio valiente de las víctimas, reconocemos que está cansado de palabras vacías, pero su sufrimiento nos demuestra que como Iglesia fallamos en su protección", admitió durante la presentación del informe. “Nos hemos resistido a comprenderos y todo lo que hagamos nunca será suficiente para reparar el mal que ha sufrido, pero esperamos que este informe y los que vendrán puedan asegurar que estos acontecimientos terribles no se repitan”, añadió el cardenal norte -americano.
El informe de cincuenta páginas es fruto de dos años de trabajo y estudio de diversas congregaciones religiosas y una veintena de iglesias locales durante las visitas ad limina realizadas en el 2023 en el Vaticano por los obispos que deben viajar cada cinco años a Roma para informar al Papa y la curia del estado actual de las respectivas conferencias episcopales.
Desde su creación hace diez años, la Comisión ha sufrido algunas crisis después de que algunos de sus miembros abandonaran sus cargos dando un portazo y denunciando “resistencias” al Vaticano y falta de transparencia interna.