Rosa Núria Aleixandre: “La mayoría de test de antígenos de covid-19 es una vergüenza que estén en el mercado”
Presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Girona
Desde el despacho de farmacia, desde los laboratorios donde se analizan las muestras de pruebas de covid o desde las farmacias de los hospitales, el colectivo de profesionales farmacéuticos han sido y continúan siendo uno de los puntales de la lucha contra la pandemia del coronavirus. Lo reivindica la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Girona, que lamenta el poco reconocimiento que ha recibido el colectivo. Analista clínica de larga trayectoria, Rosa Núria Aleixandre denuncia que el mercado está lleno de tests de antígenos para el covid que son un engaño y lamenta la pasividad de las autoridades sanitarias ante este hecho.
El colectivo farmacéutico ha jugado y juega un papel importante en la lucha contra la pandemia. ¿Se ha reconocido lo bastante?
En absoluto. Todo el mundo habla de pruebas, de tests, etc., pero los profesionales que se ocupan de ellos han sido los grandes olvidados. El 70% de los profesionales de los laboratorios son farmacéuticos, y han estado trabajando día y noche para analizar muestras. Su papel, pues, ha sido y es clave en esta pandemia. También han tenido un papel clave los microbiólogos, el 90% de los cuales son farmacéuticos. Y los farmacéuticos hospitalarios, pero nadie se acuerda.
¿Y los profesionales que están en los despachos de farmacia?
Su papel es imprescindible. Es el primer profesional sanitario que tiene el ciudadano a pie de calle. No nos damos cuenta de que está hasta que un día desaparece, como ha pasado en algún pueblecito pequeño, y entonces los alcaldes nos han pedido que mantengamos la farmacia. Estoy convencida de que en los momentos álgidos de la pandemia, si no llega a ser por los farmacéuticos, no solo se habrían colapsado los ambulatorios, sino que también se habría producido un auténtico descalabro. Cuando la gente llamaba a la atención primaria y la encontraban colapsada, por lo menos podían ir a la farmacia. Allí les recomendábamos que fueran enseguida a urgencias o les tranquilizábamos y les recomendábamos que se esperaran a ver cómo evolucionaba su estado. Este trabajo que hacemos de atención a nivel de calle, que podríamos decir sociosanitario, se puede hacer mejor y con mejores resultados cuando hay coordinación con la atención primaria o con el hospital.
¿Cree que no hay bastante coordinación?
La hay, por suerte. En estos momentos muchos pacientes ya no tienen que ir a menudo al ambulatorio a buscar recetas porque el seguimiento de las recetas de un tratamiento ya la hace el farmacéutico, que se conecta a la historia clínica. También hay coordinación con la farmacia hospitalaria, de forma que se evita que muchos pacientes tengan que ir al hospital a buscar medicamentos de uso hospitalario. Pero, por desgracia, la pandemia ha generado atrasos en la atención de muchas patologías que pueden ser tan mortales o más que el coronavirus, como el cáncer y las patologías cardíacas. Ha habido momentos en los que muchos pacientes han dejado de ir a los centros sanitarios a hacerse el control del Sintrom. El papel del farmacéutico era advertirles que quizás no morirían de covid, pero que corrían el riesgo de sufrir un problema de coagulación que les podría causar la muerte.
Los colegios farmacéuticos piden más responsabilidades para reforzar el sistema sanitario. ¿Se os ha escuchado?
En un momento de pandemia como el actual es complicado avanzar en este sentido, pero es cierto que estamos a punto de firmar un convenio con CatSalut para normativizar todas las actuaciones que hacemos desde las farmacias en favor de la salud pública, como por ejemplo participar en el cribaje de cáncer de colon o con la vacunación de la gripe en las farmacias, que iniciamos el año pasado como prueba piloto y que este año no hemos podido hacer por culpa del covid.
El resultado de esta prueba piloto lo valorasteis como muy positivo. ¿Se podría repetir la experiencia para vacunar contra el covid ?
Se puede plantear cuando empiecen las vacunaciones generalizadas contra el covid, y siempre que se reúnan las condiciones que se exigieron en la campaña contra la gripe: tiene que ser una farmacia voluntaria, que disponga del espacio necesario y donde los profesionales tengan formación específica. Y también que haya conexión con la historia clínica, porque todos estos datos no se pueden perder. Ahora el problema es como llegan las vacunas, cuáles y cómo se conservan.
El Colegio de Farmacéuticos se ha sumado a la prueba piloto Obrim Girona, que consiste en un pase digital covid free para eventos públicos. A partir de una apli de móvil basada en el blockchain se permite verificar que la persona que entra en el espectáculo está libre del virus y se preserva la confidencialidad de los datos, que no salen del móvil. ¿Cómo participarán las farmacias?
Creo que esta iniciativa es una gran oportunidad para el blockchain . Nuestra participación será a través de las farmacias que se sumen voluntariamente, y ahora estamos en fase de ver qué test utilizaremos. Tienen que tener las características necesarias de fiabilidad, de especificidad (que solo detecte covid, no otras cosas) y de sensibilidad, es decir, bastante sensibles para detectar pocas copias del virus del covid. Yo soy analista clínica, sumo 36 años de profesión y conozco muy bien todo esto. Y, como presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Girona, tengo la obligación de exigir que se utilicen tests con todas las garantías.
¿Hay tests que no disponen de estas garantías?
Hay tests de antígenos que es una vergüenza que estén en el mercado y no sé como las autoridades de salud lo permiten. Es totalmente inmoral. Algunos de los que se están vendiendo te dicen cosas que no te puedes ni llegar a imaginar, ¡barbaridades! Como por ejemplo que también pueden detectar la gripe. Aquí un producto sanitario o medicamento lo tiene que autorizar la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Estos test no han pasado ninguna autorización. La gran mayoría no solamente no están autorizados, sino que es una vergüenza que no venga alguien de Salud Pública y abra expediente.