Salud

¿Acaba de llover? Ten cuidado en qué playa te bañas

Hablamos con Montserrat Sanmartí, médica del parque sanitario del Hospital Sant Joan de Déu, sobre las infecciones que se pueden contraer en el agua

Playa del Trabucador en Delta del Ebro
2 min

BarcelonaAlgunos prefieren bañarse en la piscina, otros en el mar, pero tanto si eres de agua dulce como de salada, ten en cuenta que corres un riesgo invisible a los ojos: las infecciones por patógenos que viven en el agua. En el caso de agua de mar, las banderas de las playas son un buen aliado para conocer también el estado de salubridad del agua. "A veces hay bandera roja y la gente ve que el agua está plana, transparente y sin medusas, y menosprecia el aviso. En estos casos es probable que sea por el estado del agua", asevera la médica del parque sanitario del Hospital Sant Joan de Déu Montserrat Sanmartí.

Uno de los elementos que puede incrementar el riesgo de contraer enfermedades para ingerir agua en mal estado es el vertido de productos nocivos en el mar, así como el que tiene lugar los días posteriores a lluvias intensas en desembocaduras de ríos. "Después de llover crece el caudal del río y eso hace que el agua arrastre componentes que acaban en el mar y que podrían estar en mal estado desde hace tiempo", señala Sanmartí, que pone énfasis en la necesidad de prestar especial atención a las playas de las desembocaduras.

Un paradigma bien distinto es el de las piscinas, donde el agua está más estancada –pese a la circulación y depuración que se espera que tengan–, y puede haber más concentración de personas. Por eso los riesgos también son diferentes. "Más allá de loE. coli, que también se encuentra en las playas, una infección no intestinal habitual en las piscinas es la otitis", señala Sanmartí, quien recalca que el cloro no es eficiente en la eliminación de todos los patógenos.

Por eso un caso muy alarmante es la irrupción de un reto defecarse en una piscina municipal. "Eso es fatal, y debería implicar tener unos días la piscina cerrada", asegura. Sin embargo, Sanmartí señala que es "relativamente común convivir con estos patógenos" en aguas confinadas como las piscinas. De hecho, apunta que existe un "infradiagnóstico" de las infecciones intestinales. "A menudo no relacionamos síntomas como la diarrea o los vómitos con la piscina o el mar porque desconocemos el riesgo de contagio en estos espacios", añade la médica. Por eso la médica de San Juan de Dios recuerda que cuando estamos en medio de un proceso gastrointestinal es aconsejable no acudir a la piscina o al mar hasta unos días después de haber pasado la infección.

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