Salud

Consejos para protegerse de las enfermedades digestivas que más se disparan en verano

El verano es una de las épocas del año en las que nuestro aparato digestivo sufre más

Intoxicaciones alimentarias, reflujos molestos, estreñimiento, los norovirus, la famosa diarrea del viajero… El verano es una de las épocas del año en las que nuestro sistema digestivo sufre más. Para saber cómo evitar estos trastornos gastrointestinales y cómo debemos actuar si aparecen, hemos hablado con el médico Marc Lleixà, especialista en el aparato digestivo.

Uno de los problemas gastrointestinales más habituales del verano es la salmonelosis, que podemos contraer si comemos algún alimento que no ha sido bien refrigerado. Cuando se rompe la cadena del frío, las bacterias se reproducen. Esto puede ocurrir todo el año, pero "es más probable con el calor". Para prevenir la salmonelosis, hay que tener cuidado con los huevos y los lácteos: "Debemos evitar que preparados como la mayonesa u otros alimentos que lleven leche o huevo crudo (salsas, cremas, helados…) estén mucho tiempo fuera de la nevera".

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Durante el verano también se disparan los norovirus, un grupo de virus estomacales extremadamente contagiosos que causan vómitos y diarreas. Para evitar su propagación, debemos limpiar muy bien los alimentos y lavarnos a menudo las manos con agua y jabón. Si nos contagiamos, deberemos hacer dieta blanda e hidratarnos mucho. "Si tenemos diarreas y vómitos en verano, es importantísimo que nos hidratemos muy bien porque, con el calor, sudamos y perdemos aún más electrolitos", avisa Lleixà.

También habrá que hidratarse mucho si se contrae la llamada diarrea del viajero. La mayoría de patógenos que causan este trastorno se transmiten por vía fecal-oral a través de aguas o manos sucias. Por eso, "lo ideal es beber agua embotellada cuando viajamos –poniendo atención a los cubitos de hielo que se hacen con agua del grifo– y lavar con agua embotellada todos los alimentos que sospechamos que pueden haber limpiado con agua del grifo". Lleixà pide que si se tienen síntomas después de un viaje al extranjero se acuda a urgencias.

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Los casos de reflujo gastroesofágico son molestos y también suelen acentuarse en verano porque cambiamos de hábitos. "Debemos procurar comida con calma y cenar tres o cuatro horas antes de estirarnos", recomienda el especialista. ¿Y si nos sigue pasando? "Si se tiene reflujo de forma puntual en vacaciones, se puede optar por un antiácido tipo Almax".

Lleixà pide prestar atención a un último trastorno que también empeora en verano y que a menudo se sufre en silencio: el estreñimiento. Afecta a un gran grueso de la población y muchas veces se agrava cuando se está fuera de casa. "En estos casos, es necesario aumentar la ingesta de fibra y sobre todo hidratarse muy bien para no causar el efecto contrario", avisa el especialista, que también recomienda incorporar actividad física moderada todos los días: "El objetivo es mover las tripas". Si el caso es muy extremo, antes de irse de vacaciones, se puede hablar con el médico de cabecera.

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El consejo estrella

Hay una recomendación que es válida para todos los casos: no restar importancia a los síntomas: "Son temas que dan vergüenza y hay personas que tardan en acudir al médico porque infravaloran lo que les ocurre, pero lo cierto es que todos son trastornos que pueden llegar a ser muy incapacitantes y condicionar la vida de la gente", concluye Lleixà.