Fumar también provoca dolor en las rodillas

BarcelonaEnfermedades como la artrosis o la artritis empeoran de forma clara entre los fumadores. Lo mismo ocurre con la recuperación de una intervención quirúrgica, que es más lenta y dificultosa, o con la osteoporosis, que progresa más si se consumen una cantidad significativa de cigarrillos. Aunque la evidencia de esta relación se estableció hace ya más de una década, las causas siguen siendo inciertas, como se ha puesto de manifiesto en el reciente Congreso Internacional de Pacientes con Artrosis celebrado en Barcelona. Al parecer, algunos componentes de la combustión del tabaco, como el alquitrán o el benceno, podrían tener mucha más vinculación con el dolor que la nicotina, sustancia asociada a la adicción y a la dependencia.

Tradicionalmente, el consumo de tabaco se ha asociado a enfermedades cardiorrespiratorias, cardiovasculares y oncológicas, sobre todo cáncer de pulmón. La relación causa y efecto para todas ellas ha sido comprobada en multitud de investigaciones científicas que no han podido ser rebatidas por ninguna institución de prestigio, si bien algún lobi ha presionado en este sentido. A las mencionadas enfermedades deben sumarse las de origen musculoesquelético, principalmente artrosis y artritis y también la osteoporosis.

Según un estudio sueco publicado en 2010 en la revista Annals of the Rheumatic Diseases, el tabaco podría ser el desencadenante de más de un tercio de los casos de la forma más grave y común de artritis reumatoide (AR). La AR es una enfermedad autoinmunitaria que provoca inflamación y rigidez articular, dolor y fatiga. Suele manifestarse entre los cuarenta y los sesenta años y en sus fases avanzadas puede provocar un alto grado de discapacidad. Aunque existen tratamientos, todavía no se ha encontrado un cuidado definitivo. Investigaciones previas revelaron que el consumo de tabaco acentúa los factores genéticos de riesgo y aumenta las probabilidades de desarrollar AR. Está demostrado que el consumo de tabaco provoca enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte prematura entre los enfermos de AR. En la artrosis, en cambio, se da un proceso paulatino de desgaste del cartílago articular (el tejido que recubre el hueso en la zona de la articulación).

Alternativas a la nicotina

Pese a la falta de conocimiento que todavía se arrastra, existen suficientes evidencias para cambiar la orientación de algunos programas públicos de deshabituación del tabaco, admite el presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR) y jefe de la unidad del dolor del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, Luis Miguel Torres. Cita, por ejemplo, las iniciativas impulsadas por el ministerio de Sanidad o por la OMS sobre las alternativas al cigarrillo tradicional. “Ambos organismos desaconsejan el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores –lamenta–. La mejor opción es dejar de fumar, pero no todo el mundo puede o se siente capaz de hacerlo”, añade. Para estos casos de "gran dependencia" recomienda recurrir a alternativas que, pese a contener nicotina, eliminan gran parte de las "sustancias tóxicas" que se producen durante la combustión del tabaco.

La nicotina provoca que la pared de los vasos sanguíneos se vayan haciendo cada vez más estrechos y que la cantidad de oxígeno y nutrientes se reduzca, lo que afecta a la calidad del cartílago. Sin embargo, Torres entiende que el resto de productos de combustión presentan un riesgo superior por sus afectaciones circulatorias, cardíacas y cancerígenas. "El humo del tabaco contiene al menos 4.000 sustancias y al menos un 10% son tóxicas". Muchas de ellas son consideradas carcinogénicas, razona. Y en otras enfermedades como la osteoporosis o dentales, el riesgo de fractura o afectaciones graves se incrementa por encima del 30%. Por este motivo, defiende el uso de sistemas alternativos de consumo, aunque sea temporalmente, que eviten la combustión.