Salud

"He dejado de sonreír": el drama de no poder pagarse el dentista

La pobreza bucodental se ceba entre personas en riesgo de vulnerabilidad social

Barcelona / Gerona"Es horroroso porque no puedo comer bien. En el lado izquierdo de la boca me faltan cinco dientes y en el derecho me faltan tres. He dejado de sonreír, porque si lo hago, se me ven los agujeros", explica Gemma Guerrero, una vecina del distrito de Ciutat Vella de Barcelona. Tiene 49 años, no trabaja y cuida a su hijo con los ingresos de la renta garantizada de ciudadanía (RGC). No se puede pagar a un dentista. En el 2017 sufrió una embolia pulmonar que superó gracias a una medicación muy agresiva que le estropeó las encías. Además, tiene periodontitis, una enfermedad crónica que afecta a las encías y huesos que le aguantan la dentadura, y ha ido perdiendo piezas con los años.

Ante esta situación, los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona la derivaron al servicio de odontología social, que atiende a la salud bucodental de personas en riesgo de exclusión social en la capital catalana. Son dos locales, ubicados en la calle Viladomat y en Torre Baró, con un total de cinco consultas. Fuentes municipales explican al ARA que hay "mucha gente en lista de espera" para acceder al servicio, que cuenta con 23 profesionales y que entre enero y octubre de 2024 recibió 15.772 visitas. Tratan las caries, hacen higienes y sustituciones de dientes completamente gratis para todas estas personas que no pueden pagarlo.

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Gemma calcula que habría tenido que pagar unos 5.000 euros para recibir todo el tratamiento que le han hecho hasta ahora; una cifra que no puede asumir. Aún le quedan unos meses para recuperar toda la dentadura, y por ahora todavía no puede comer alimentos muy duros, como carne roja, pan y nueces. Tampoco las aceitunas, palomitas y patatas de bolsa, porque se le cuelan por los agujeros, y sólo piensa en acabar el tratamiento para recuperar la normalidad. "Cuando tenga toda la dentadura iré a comer un buen entrecot y costillas de cordero a la brasa, que me gustan mucho", reconoce socarrona.

La coordinadora y odontóloga del proyecto, Sonia de Dios, destaca que han hecho más de 70.000 visitas desde su puesta en marcha en el 2018. Aun así, admite que no se llega a toda la población vulnerable de Barcelona y mucha gente que no se puede pagar de un más dentista se queda fuera. También realizan talleres de prevención, para enseñar a todas estas personas a cuidar su salud bucodental y, así, mantener en buenas condiciones la nueva dentadura después de su paso por la clínica social y que no tengan que volver. Desafortunadamente, siempre hay una bolsa de pacientes que deben atender varias veces.

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Tratamientos que la salud pública no cubre

Fuera de Barcelona también existen iniciativas como la agrupación Dentistas Solidarios de Girona, que desde 2011 atiende a pacientes en situación de pobreza que necesitan un tipo de atención bucodental que la salud pública no cubre. La entidad sin ánimo de lucro está formada por dentistas que trabajan en clínicas o centros sanitarios, pero que, periódicamente y de forma totalmente altruista, ofrecen sus servicios a quienes lo necesitan. En total, son 26 especialistas voluntarios, que a lo largo del año atienden a unos 110 pacientes, todos mayores de edad.

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"Allá donde no llega la salud pública, entonces entramos nosotros; lo ideal sería que todo quedara cubierto, pero no es así, y como mucha gente no se puede pagar a un dentista privado, hay que ayudar", defiende la doctora Cristina Cortés Bayod, presidenta de Dentistas Solidarios. Todos los pacientes que atienden llegan a su clínica derivados de los centros de atención primaria (CAP) ya la mayoría les faltan dientes o toda la dentadura, lo que les dificulta mucho encontrar trabajo y alimentarse correctamente.

El tratamiento principal que ofrecen es, por tanto, poner prótesis movibles. No realizan implantes ni operaciones; con las prótesis más sencillas pero efectivas, que se pueden quitar y poner, cubren ya las necesidades más básicas de todos los pacientes. "Que puedan comer y puedan sonreír son dos cosas vitales, para nutrirte y para la autoestima", explica la doctora, que añade: "Muchos nos dicen que les hemos cambiado la vida, con algo tan simple pero fundamental como son los dientes".

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Cuando los dientes no son una prioridad

De Dios lamenta que muchas de estas personas no se preocupan por la salud y la higiene bucales porque tienen otros problemas: viven en la calle o tienen graves adicciones, y sólo acuden al médico cuando la situación ya es muy crítica. Lo mismo sucede en Girona, según explica Bayod: "Son personas que dedican todo su tiempo a las necesidades para sobrevivir, no se cuidan de sí mismos, los dientes no son su prioridad, así que nos encontramos con bocas muy descuidadas y, cuando se las arreglas, les das un impulso para salir adelante".

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Dentistas Solidarios ha atendido a más de un centenar de personas este año, pero la demanda de su servicio es mucho más alta. Ahora tienen una larga lista de espera y no pueden coger a más pacientes en la cola hasta que puedan tratar a todos los pacientes inscritos. Por eso, hacen un llamamiento a los profesionales y piden más voluntarios: "Si la mitad de los dentistas de Girona vinieran sólo una vez al año dos o tres horas, acabaríamos con la lista de espera y podríamos tomar el doble de pacientes", concluye Cristina Cortés.