Salud

La inédita extracción de una aguja de dentista clavada en el cerebro de una niña de 4 años

La menor, operada en el San Juan de Dios en mayo del año pasado, no ha sufrido ninguna secuela

ARA
y ARA

BarcelonaHace un año los padres de Sara, de cuatro años, vieron con preocupación cómo durante una intervención sencilla al dentista para tratar una caries, la aguja de la anestesia le quedó clavada en la boca. En ese momento, en la consulta del dentista del Eixample de Barcelona donde estaban, varios profesionales intentaron quitárselo, pero cuanto más lo intentaban más se hundía. Viendo que no podían solucionarlo, uno de los dentistas decidió ponerse en contacto con el jefe de cirugía maxilofacial del Hospital San Juan de Dios, Josep Rubio. Éste fue el inicio de una operación sin precedentes que ha terminado con final feliz; una intervención que ha avanzado La Vanguardia y ha confirmado el Hospital San Juan de Dios.

Según ha explicado la familia de la menor, cuando el doctor Rubio recibió la llamada pidiendo consejo para abordar el caso de Sara estaba en un congreso en Tenerife y lo primero que hizo fue recomendar que llevaran a la niña al hospital, donde quedó ingresada. Tan pronto como el jefe de cirugía maxilofacial regresó, la niña fue sometida a una intervención para intentar sacarle la aguja de la mano del propio Rubio y del neurocirujano pediátrico José Hinojosa. Antes de empezar la operación, y teniendo en cuenta que la aguja de la anestesia es muy pequeña y delgada, los doctores quisieron realizar un TAC para asegurarse de que todavía estaba dentro de la boca de la menor. Ninguno de los profesionales habían visto nunca un caso así, tampoco sabían cuánto tiempo necesitarían para extraerla o si había riesgo de lesionar alguna arteria o algún nervio durante la operación.

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La prueba constató que el objeto se había colado por un pequeño orificio por el que pasan nervios y arterias y había quedado enganchado bajo el lóbulo temporal derecho del cerebro. Una vez confirmado el lugar exacto donde estaba la aguja, Rubio e Hinojosa decidieron intentar sacarla haciendo una incisión en la parte derecha del cabo de Sara, en un lugar donde el cabello podría esconder la cicatriz. Utilizando un quirófano híbrido, que permite realizar angiografías y angiotacos, y neuronavegación, los doctores localizaron la aguja en el lugar donde esperaban y consiguieron extraerla sin provocar ningún daño en el cerebro de la pequeña. "No es habitual aplaudir en el quirófano. Fue la manera de liberar la tensión acumulada en una operación compleja en la que hicimos algo que nunca habíamos hecho y de qué dependía el futuro de Sara", recuerda Hinojosa en declaraciones a La Vanguardia.

"No deje de llevar a los niños al dentista"

Después de la intervención, Sara estuvo una semana ingresada en San Juan de Dios y tuvo una buena evolución. Ahora, un año después, los cirujanos consideraron que no le ha quedado ninguna secuela, a excepción de la cicatriz. Ante el éxito sin precedentes de este caso tan excepcional, los profesionales lo presentaron en el Congreso de la Sociedad Española de Neurocirugía Científica del pasado febrero. Además, los doctores han escrito un artículo sobre los detalles de la intervención inédita y prevén publicarlo en una revista científica próximamente.

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"Queremos destacar que el caso de Sara no es motivo para dejar de llevar a los niños al dentista o para tener miedo a ponerles anestesia cuando es necesaria para evitar el dolor", insiste Hinojosa. La lección que puede extraerse, según el neurocirujano, es que "en los actos médicos a veces pasan imprevistos; lo importante es que estemos preparados para resolverlos".