El tramadol, uno de los medicamentos más recetados de Cataluña, no es tan eficaz como se pensaba contra el dolor crónico
Investigadores daneses concluyen en un estudio que el efecto del analgésico está por debajo de lo que se considera clínicamente eficaz por los riesgos asociados
BarcelonaEl tramadol es un potente analgésico que se prescribe para el tratamiento del dolor agudo y crónico moderado o intenso, y su uso ha aumentado mucho en los últimos años. De hecho, en Cataluña, este opioide considerado débil es uno de los veinte medicamentos más consumidos. Los expertos creen que uno de los motivos que existen detrás de este incremento es la baja percepción de riesgo entre la ciudadanía, que generalmente cree que tiene menos efectos secundarios y es más seguro y menos adictivo que otros opioides. Para salir de dudas, un equipo de investigadores de Dinamarca ha revisado la literatura científica publicada hasta ahora para acotar su eficacia y ha concluido que no lo es demasiado para aliviar el dolor crónico. De hecho, sostienen que los riesgos superan los beneficios en pacientes que padecen fibromialgia o artrosis, incrementando el riesgo de sufrir efectos adversos graves, como por ejemplo desarrollar una enfermedad cardiovascular.
"El tramadol puede tener un efecto ligero en la reducción del dolor crónico, pero probablemente aumenta el riesgo tanto de eventos adversos graves como de leves", avisan los autores del estudio, que publica este martes la revista científica BMJ Evidence Based Medicine. Para llegar a esta conclusión, los investigadores revisaron un total de 19 ensayos clínicos que contaron con la participación de más de 6.500 personas, entre las que se incluyeron pacientes con fibromialgia, artrosis, dolor neuropático y dolor lumbar crónico. Hasta ahora ningún estudio había proporcionado una evaluación completa de la eficacia y seguridad del tramadol en distintos tipos de dolor crónico, y los resultados de la revisión son contundentes: alivia el dolor, sí, pero el efecto es pequeño y está por debajo de lo que se consideraría clínicamente eficaz.
"Alto riesgo de sesgo"
Respecto a los posibles efectos adversos, los autores aseguran que el principal riesgo para estos pacientes es la posibilidad de padecer una enfermedad cardíaca, como dolor torácico, enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca congestiva. También han asociado su uso con efectos adversos leves como náuseas, mareo, estreñimiento y somnolencia.
Aún así, los investigadores avisan de que estos resultados presentan un "alto riesgo de sesgo", ya que el período de seguimiento de los pacientes ha sido corto, por lo que hay que interpretarlos con cautela. Uno de los aspectos del estudio a poner más en cuestión es que el uso de tramadol también se relaciona con un mayor riesgo de algunos tipos de cáncer, algo que los investigadores ya han advertido de que es "cuestionable" y que se necesitan más estudios para confirmarlo.
En la misma línea se ha expresado Alicia Alonso, coordinadora del Grupo de Trabajo de Opioides de la Sociedad Española del Dolor y editora asociada de la Revista de la Sociedad Española del Dolor (RESED), que insiste en que no existe ningún estudio que concluya que el tramadol cause cáncer. "Los ensayos incluidos en el análisis tuvieron un seguimiento máximo de 12 semanas, lo que limita la capacidad de establecer causalidad. Es un período demasiado corto para que se desarrollen neoplasias inducidas por fármacos. Las neoplasias podrían haber sido preexistentes, coincidentes o influenciadas por otros factores no controlados en los estudios", argumenta la experta en declaraciones.