Un sinhogar se enfrenta a seis años de prisión por un contenedor que no quemó durante las protestas postsentencia
El hombre ya estuvo cinco meses en prisión preventiva
BarcelonaEl 18 de octubre de 2019 a media mañana Charles, un hombre sin hogar que hacía tiempo que vivía en las calles de Barcelona, rebuscaba entre la basura de un contenedor de la calle Pelai. Con medio cuerpo en el interior, difícilmente se dio cuenta de que a unos centenares de metros de distancia miles de personas participaban en las Marxes per la Llibertat, una columna de las cuales llegaría poco después a la plaza Universitat. Probablemente ni sabía que cuatro días antes habían condenado a los líderes del Procés, que aquella era la cuarta jornada de protestas por la sentencia del Tribunal Supremo y que había una huelga general convocada. Pero con la previsión de nuevos disturbios como los que hacía días que se habían producido, y en medio de un dispositivo de seguridad contundente, la presencia de una persona cerca de un contenedor no pasó inadvertida por los agentes y una pareja de la Guardia Urbana de Barcelona lo arrestó.
Según el atestado policial, Charles intentaba quemar el contenedor. Ambos agentes aseguran que dentro del contenedor había papel higiénico quemándose y que el arrestado llevaba un mechero y un bote con líquido inflamable, que resultó ser “blanqueador dental”, explica su abogado, David Aranda, de Arrels Advocats. Charles, que es de origen americano y tiene 32 años, pasó cinco meses en prisión preventiva y este martes lo han juzgado. La Fiscalía lo acusa de quemar el contenedor y de desórdenes públicos, y pide seis años de prisión y una multa de 7.200 euros. El escrito de acusación concreta que cuatro de estos años de condena los tendría que pasar entre rejas y los otros dos los podría sustituir por la expulsión a los Estados Unidos.
El relato de los agentes y de Charles solo difiere en un punto, el por qué el hombre estaba con medio cuerpo dentro del contenedor. Charles asegura que buscaba comida y objetos para reutilizar y revender, la Guardia Urbana en cambio, cree que tenía intención de quemar el contenedor, a pesar de que los policías que lo arrestaron admiten que no llegaron a generarse llamas.
El abogado de Charles asegura que las fotografías del contenedor demuestran que no sufrió ningún daño y que en el momento de la detención en la zona no había disturbios. “Es una petición de condena totalmente desproporcionada”, ha dicho Aranda antes de entrar en juicio. El letrado también ha recordado que no se puede responsabilizar a su cliente de un delito de daños graves por haber estropeado mobiliario público porque los contenedores no entran dentro de esta categoría de bienes.
Exceptuando el caso del madrileño Dani Gallardo, solo hay dos detenidos más por las protestes postsentencia que pasarán tanto tiempo entre rejas como Charles. Se trata de dos chicos gerundenses acusados de tirar piedras a la policía, Ibrahim y Charaf, que estuvieron ocho meses en prisión preventiva antes de ser juzgados y finalmente absueltos. El juicio de Charles ha tardado mucho más. Se tenía que hacer en febrero de 2020, pero finalmente se suspendió porque su abogado presentó un recurso pidiendo que se volviera a abrir la investigación, cosa que aceptó la Audiencia de Barcelona.
El caso de Charles no es el único que llegará a los tribunales esta semana. El jueves otro juzgado penal juzga a un chico detenido durante el desalojo de la acampada de estudiantes de la plaza Universitat que se convocó también en protesta contra la sentencia del Procés. La Fiscalía pide cuatro años de prisión por atentado a la autoridad y por haber lesionado presuntamente a un guardia urbano de Barcelona.