Un triángulo amoroso termina en crimen: encuentran el cadáver de un hombre en una fosa séptica dos años después
Los Mossos detienen a la expareja de la víctima y su novio por este crimen en el Baix Penedès
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BarcelonaEra un triángulo amoroso. Ella, que no llegaba a la cincuentena, llevaba dos años dejando a ese hombre porque la maltrataba. De hecho, le había llegado a denunciar. Desde entonces, explicaba que sólo le veía en contadas ocasiones, siempre mal. Se le encontraba durmiendo en coches y con la cartera vacía, y sentía empatía porque no tenía una vida fácil. Esto la llevaba a dejarle duchar en casa, a cuidarle. Pero ya está: la relación terminaba ahí, porque ella decía que estaba bien con una nueva pareja. Era su jefe en un restaurante de un polígono de Sant Jaume dels Domenys. ¿Cuándo fue la última vez que lo vio? La mujer dijo que llevaba una semana aproximadamente.
El desaparecido era la expareja de esta mujer, a la que había denunciado dos años antes por maltratarla. Era un hombre de 50 años que se hizo fundido sin dejar rastro en julio de 2024 en el Baix Penedès. Fueron sus familiares quienes presentaron la denuncia por desaparición. La primera parte de la investigación la asumieron los Mossos d'Esquadra de El Vendrell. Pero los indicios no apuntaban hacia una desaparición voluntaria, y el caso ocurrió en manos de la Unidad Central de Personas Desaparecidas de la DIC, los especialistas en posibles homicidios con ocultación de cadáver.
Esta semana, dos años después, los investigadores de la policía han detenido a esta mujer y también a su pareja –el que regentaba el restaurante, de 69 años– por el asesinato del hombre que había desaparecido. Los Mossos reunieron pruebas suficientes contra los implicados antes incluso de descubrir el cadáver del hombre, una dinámica habitual en esta unidad especializada: deben encontrar pruebas aunque no se haya localizado el cuerpo y, en este sentido, han conseguido varias condenas sin que la víctima haya aparecido nunca. Tras los arrestos, la policía localizó el cuerpo oculto en una fosa séptica subterránea en la casa donde vivía, en Sant Jaume dels Domenys. La policía ha tenido que utilizar una perforadora y abrirse paso por un pasillo subterráneo que conducía a la fosa.
El giro de guión
¿Pero cómo ha llegado la policía hasta aquí? Según fuentes consultadas por el ARA, los expertos de la Unidad Central de Personas Desaparecidas volvieron a hablar con el entorno de la víctima. Y su expareja fue uno de los testigos escogidos. Fue en ese momento que explicó que le veía poco y que sólo le ayudaba a veces porque estaba mal. Añadió, también, que no le veía desde una semana antes de su desaparición. Sin embargo, los investigadores pudieron comprobar que esto no era del todo cierto.
Según fuentes de la Unidad, la relación amorosa entre los dos no había terminado. Se seguían viendo, aunque en ese momento su pareja era el hombre que regentaba el restaurante, que tenía un historial complicado: había pasado por la cárcel porque en los 80 protagonizó atracos a mano armada en un banco. Incluso un trabajador de la entidad resultó herido por arma de fuego. Según la investigación de los Mossos, de este triángulo amoroso surgió el móvil del crimen.
Las ubicaciones
Los investigadores han podido contrastar que la mujer vio a la víctima el mismo día de su desaparición –el día en que el móvil del desaparecido se apagó y nunca más se puso en marcha–, y no una semana antes como ella declaró. De hecho, también pudieron situar a su pareja en el mismo sitio y en el mismo momento. ¿Cuál es ese escenario? El restaurante que él regentaba y dónde ella trabajaba.
Éste se considera el momento en el que, presuntamente, ambos pusieron fin a la vida de la víctima. Luego, habrían transportado el cadáver hasta su casa y lo habrían ocultado en la fosa séptica. Los Mossos los consideran coautores del crimen y todavía no está del todo clara el arma homicida por el estado del cadáver, si bien han encontrado un arma de fuego en el domicilio de los detenidos.
La mujer y el hombre todavía estaban juntos cuando los Mossos los detuvieron esta semana, justo cuando salían de su casa. Este jueves pasaron a disposición judicial, y el hombre, con la voluntad de exonerar a la mujer, dijo dónde estaba el cadáver. Los Mossos sabían que estaba en esa zona después de una investigación larga y compleja que ha permitido resolver el crimen, pero no exactamente dónde. Para localizar el cuerpo se formó un equipo integrado por los investigadores de la DIC, la Policía Científica, la Brigada Móvil y la Unidad de Subsuelo. Este tipo de intervención comporta riesgos importantes, especialmente por la posible falta de oxígeno y la presencia de gases tóxicos, por lo que fue ejecutada por especialistas equipados y entrenados para trabajar en espacios confinados con atmósfera peligrosa.