¿Por qué hay menores quemando contenedores por las calles de Mataró?
Algunos chicos dicen que lo hacen por indignación con la vivienda y las identificaciones policiales y otros, para entretenerse
MataróDe entrada, la imagen repentina. Un grupo de jóvenes –algunos niños– están en la calle charlando. Tienen desde trece hasta dieciocho años, y se vacilan, bromean y se clavan alguna nuca amistosamente. Al otro lado de la acera, existen dos furgonetas de orden público de los Mossos d'Esquadra. Forman parte del dispositivo de refuerzo desplegado en el barrio de Cerdanyola de Mataró por los disturbios de los últimos días. Los hubo miércoles y jueves de la semana pasada, pero también este lunes y este martes. Algunos de estos jóvenes aseguran que son ellos los que han quemado algún contenedor y los que han arrojado algún huevo a la policía. Incluso, uno de catorce años afirma que este martes por la noche acabó detenido. ¿Por qué lo hacen?
Los mayores, dentro de la juventud, denuncian una falta de oportunidades en uno de los barrios más pobres del Maresme. Ponen el foco en la vivienda y cuentan historias de padres de amigos que están ocupando, o que han tenido que irse del barrio porque les subieron el precio del alquiler. También denuncian "identificaciones masivas" de la policía "por la cara". La mayoría han nacido en Cataluña, pero son hijos de familias de inmigrantes. "Están abusando de nosotros", afirma un chico de catorce años. Esa indignación se ha traducido en cuatro noches de incidentes puntuales.
Ahora bien, aunque la indignación existe, también hay una motivación, admitida por los propios jóvenes, que también pesa: la diversión. "Son jóvenes ya veces no saben qué hacer", dice uno de los mayores con tono aleccionador, y afirma poco después de que él no quema contenedores. "Pongo alcohol dentro y ya se enciende", responde poco después uno de los más pequeños buscando cierta aprobación dentro del grupo.
El escenario en el barrio de Cerdanyola es complejo. El pasado miércoles, la detención de un hombre de origen extranjero cuando intentaba ocupar un piso encendió una chispa que, hasta el momento, ha chamuscado veinte contenedores, tres vehículos y se ha saldado con nueve detenciones, una situación similar a la vivida hace un mes en Salt. Cinco de los arrestados son menores de edad y este martes, durante la última noche de altercados –en los que se quemaron tres contenedores–, la policía iba a detener a otro chico que acabó siendo entregado a los padres porque era menor de catorce años y, por tanto, inimputable.
Este desempleo inicial provocó una movilización del Sindicato de la Vivienda de Mataró. Uno de sus portavoces, Manay Pérez, denuncia que muchos pisos del barrio están "en manos de bancos y fondo buitre". El problema de la vivienda lo confirman varios vecinos, como una trabajadora de un horno que admite que si no estuviera en uno de protección oficial no sabría qué hacer.
Crítica en la extrema derecha
Desde el sindicato desvinculan los disturbios de su campaña y fuentes de los Mossos también confirman que los jóvenes que arden contenedores no son activistas para la vivienda. fuera, no tiene ni idea de lo que ocurre aquí", afirma un joven. Otros se dejan llevar más por la inercia. Se ha referido este miércoles el intendente de la jefatura de los Mossos, Toni Rodríguez. sindicato también denuncian que el aumento de la presencia policial ha sido una "provocación". "Es surrealista, recuerda el toque de queda", afirma uno de sus portavoces. Rodríguez, concretamente, ha dicho que hay una "corteza de problemas sistémicos"
El barrio
Cerdanyola es un barrio de Mataró obrero, con una inmigración presente en las calles y en el tejido social, con muchos negocios regentados por personas migrantes. Como siempre, esto genera opiniones de todo tipo. Hay grandes, como Catalina, de 76 años, que dice que le da miedo salir a la calle y que el barrio ha empeorado. Hay trabajadores de mediana edad que critican a los migrantes jóvenes que no trabajan. Y hay migrantes veteranos, como Mohammed, que lleva en el barrio desde hace cuarenta años, que defiende que la convivencia funciona. Lo confirma una vecina con la que hablaba en ese momento. Sí admite, sin embargo, que a menudo oye comentarios como: "Los marroquíes siempre tienen la culpa". Lo que está ocurriendo ahora admiten que nunca lo habían visto.
A su vez, la consejera de Interior, Núria Parlon, ha defendido que los Mossos d'Esquadra están trabajando "para pacificar" la situación y recuperar "el orden público" en el barrio de Cerdanyola de Mataró. Parlon ha dicho que las detenciones de cuatro menores "son las adecuadas". Cuando se haya "normalizado" la situación en la calle, la consellera ha dicho que será necesario "un análisis pausado" sobre "qué hay detrás y cuál es el foco" que produce estas actitudes "inadecuadas".