Las dos hermanas de Terrassa, asesinadas "por honor" en una visita "trampa" a Pakistán

Terrassa / BarcelonaAbdul explica que la policía se presentó dos veces al inmueble y le enseñó la foto de las dos chicas. “Claro que las conozco. Me las he cruzado un montón a veces en la escalera”, contestó. Con todo, hacía días que no las veía y ni siquiera oía ruido en el piso donde vivían, como si no hubiera nadie. Abdul es el vecino de Arooj y Anisa Abbas, las jóvenes de 24 y 21 años asesinadas en Pakistán porque querían divorciarse de los primos con quienes habían sido forzadas a casarse hace un año. Las chicas vivían con sus padres y sus tres hermanos en la calle Historiador Cardús de Terrassa, en un bloque humilde de cuatro plantas sin ascensor y con una larga escalera empinada. En los buzones no aparece el nombre de la familia y este martes, si llamabas a la puerta de la casa, no abría nadie.

“El padre vino a vivir aquí con su hija y su hijo mayores hará unos cinco años”, calcula el vecino, que no sabe precisar cuándo llegó el resto de la familia, pero no hacía mucho, unos dos años. Los dos hijos mayores trabajaban en tiendas de la zona. El menor, de unos 12 años, todavía va a la escuela. Las dos chicas, en cambio, ni estudiaban ni trabajaban, según el vecino. “Se pasaban el día en casa. Solo la mayor iba de vez en cuando a la tienda con su padre”, asegura.

La tienda de la que habla es uno de aquellos pequeños supermercados abarrotados de productos donde se puede encontrar casi de todo. El padre de las chicas, Ghulam Abbas, trabajaba ahí desde hace unos siete años. Este martes, sin embargo, no ha ido a trabajar. Incluso el propietario del comercio, Ulfad Raja, se ha ido de la tienda a primera hora de la tarde cansado de preguntas indiscretas, porque lo que ha pasado es demasiado gordo.

Los autores confesos

Las dos chicas fueron asesinadas “por honor” durante una visita “trampa” a Pakistán, y los autores confesos del asesinato son uno de sus propios hermanos y un tío materno, según han confirmado a Efe fuentes policiales. Hay cuatro personas más detenidas, todas del entorno familiar de las chicas, entre ellas los suegros. Las jóvenes habían viajado a Pakistán con la madre mientras el padre se había quedado en Catalunya.

"El tío materno Muhammed Hanif y el hermano Shehryar han confesado que las asesinaron porque querían casarse con otras personas en España", ha explicado uno de los policías que se encarga de la investigación, Akhtar Hussain. Los llamados "crímenes de honor" son un tipo de violencia machista que se produce normalmente cuando la familia considera que una mujer ha causado una deshonra. En este caso, la supuesta deshonra de las dos jóvenes sería quererse divorciar.

La policía paquistaní detuvo a seis personas vinculadas al doble crimen el domingo, y ayer buscaba todavía a un séptimo individuo que también estaría implicado. Según el diario pakistaní Dawn, los suegros sospecharon que las chicas habían retrasado intencionadamente el trámite de los visados de sus maridos para que no pudieran viajar a España con ellas. De hecho, la negativa de las jóvenes al hecho de que sus maridos las acompañaran a Terrassa habría motivado el asesinato. Hoy por hoy, sin embargo, se desconoce con qué pretexto la familia llevó a las dos chicas a Pakistán.

De hecho, los Mossos d'Esquadra investigan el entorno a las hermanas en Catalunya y han citado a declarar a algunos de sus familiares, como por ejemplo el padre, para saber su grado de colaboración en el viaje y averiguar si estaba enterado de lo que el resto de la familia pretendía hacer. En este sentido, los Mossos están trabajando en colaboración con la Fiscalía para descubrir posibles indicios penales y determinar si las dos chicas fueron obligadas a volar a Pakistán.

Un matrimonio forzado

El cónsul de Pakistán en Barcelona, Mirza Salman Baig, explica al ARA que el padre de las chicas vive en Catalunya desde los años 80 y que el resto de la familia se trasladó más tarde. Por la información que le consta al cónsul, cuando las dos víctimas viajaron a Pakistán ya se habían hecho los dos matrimonios forzados –que se pueden formalizar telemáticamente, por teléfono–. Ahora ha trascendido que las chicas también habían manifestado la negativa a dejar Terrassa y tampoco querían agruparse aquí con los hombres con los que se habían tenido que casar. A pesar de todo, oficialmente al cónsul no le habían llegado ninguno de los dos matrimonios forzados.

Salman Baig apunta que el doble asesinato se ha cometido en Gujrat, en la provincia de Panjab, de donde proviene la mayoría de la población pakistaní que vive en Catalunya i el área del país donde se producen más crímenes de este tipo. La policía tiene desplegado un programa especial para dedicarse a los matrimonios forzados. El cónsul recuerda que fue la policía de Pakistán la que actuó, sin que la familia lo hubiera pedido. Salman Baig lamenta los dos asesinatos que han conmovido a la sociedad.

La ciudad de Terrassa ha mostrado el rechazo al asesinato con un minuto de silencio ante el Ayuntamiento. Han asistido el alcalde, Jordi Ballart; la consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge; miembros del consistorio y trabajadores municipales, entre otras personas. Las chicas vivían en el barrio de Sant Pere Nord, donde trabaja su padre. La Generalitat ha enviado un comunicado condenando el doble crimen y dice que trabaja para aclarar "qué ha pasado con las dos jóvenes".

“Los matrimonios concertados son habituales en el Pakistán. El amor crece cuando uno se casa y convive”, explica Huma Jamshed Bashir, presidenta de la Asociación Cultural Educativa y Social Operativa de Mujeres Pakistaníes, que asegura que incluso las chicas que han nacido en Catalunya pero pertenecen a familias paquistaníes son obligadas a viajar al país de origen de sus padres para casarse con un hombre con quien nunca han tenido ninguna relación. Por eso ella es partidaria de limitar estos reagrupamientos familiares. Es decir, impedir que los maridos puedan venir a España.

La psicóloga especializada en violencias machistas Alba Alfageme también confirma que los matrimonios forzados son una realidad en Catalunya. “Parece que nos quedan muy lejos, pero los tenemos aquí al lado. Que no se vean no quiere decir que no existan”, destaca. Y no solo pasa con chicas de origen pakistaní, sino también de otros países. De hecho, en Catalunya hay un protocolo de matrimonios forzados. Ahora lo que falta es sensibilizar sobre el tema, continúa explicando Alfageme. "Es importante que estas jóvenes tengan el referente de otras chicas que hayan dicho no y hayan salido adelante", destaca.

Pero esto no es tan fácil. Verónica Santos, que es directora del Institut Miquel Tarradell, situado en el barrio del Raval de Barcelona y que cuenta con un alto porcentaje de alumnos de familias pakistaníes, explica que los matrimonios forzados normalmente tienen lugar cuando las jóvenes ya han dejado el centro educativo. Por eso ella es partidaria de que las chicas continúen estudiando y vayan a la universidad. Según dice, este es el mejor antídoto para que tengan herramientas para oponerse a la voluntad de la familia.