Los Mossos alertan de estafas con voces creadas por inteligencia artificial

BarcelonaSe llama voice hacking –hackeo de la voz– y es una de las mil maneras que encuentran los estafadores para robar. Los Mossos d'Esquadra ya han recibido denuncias de personas que reciben llamadas de números conocidos que tienen en la agenda y que, con la voz de una hija o de la pareja les piden dinero. En realidad es una voz creada por inteligencia artificial que trata de simular las de las personas de confianza de las víctimas con el objetivo de que realicen una transferencia económica o den una información clave para vaciarle la cuenta. La alerta la ha dado este lunes la portavoz de los Mossos, Montserrat Escudé, durante la jornada organizada por el Movimiento para Detener el Maltrato a las Personas Mayores. No es que esta nueva técnica ponga al colectivo en la diana, pero sí que son un grupo especialmente vulnerable. La edad es uno de los factores que convierten a la gente mayor en uno de los objetivos de ladrones y ciberestafadores, pero hay otros que también suman, como la falta de red social y de apoyo emocional y la soledad no deseada.

En esta jornada, que coincide con el Día Internacional de la Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez, Escudé ha admitido que la falta de estadísticas oficiales sobre la violencia contra las personas mayores es un "síntoma de la negligencia, la violencia institucional", que no es capaz de poner a los niños, va al alza. En los últimos cinco años el número de víctimas de delitos mayores de 65 años ha crecido un 3%, hasta llegar a representar el 19%, pero las denuncias son todavía mínimas, la punta del iceberg.

Ante esta situación, la portavoz policial ha dado un consejo para intentar reducir los riesgos (útil para toda la población): "Desconfíe de la llamada del hijo que pide dinero –ha indicado–. Busque una palabra clave, haga una pregunta que sólo sepan contestar a los de casa". En otras palabras, "la mejor prevención es desconfiar", ha subrayado.

El factor de la soledad

Sin datos policiales, son los servicios sociales los que ofrecen una radiografía sobre el grado de violencia que padece la gente mayor. Hace una década que el Consejo Comarcal de Anoia abrió el EAVA, un servicio pionero en el abordaje integral a la vejez, que se ha repetido en el SEAV del Bages. Hasta estas unidades llegan los casos de malos tratos derivados esencialmente de las policías, servicios sociales básicos y sanitarios o residencias. La psicóloga geriátrica Glòria Fité ha explicado en esta jornada que los principales agresores son las cuidadoras profesionales y familiares, que se valen de la confianza y de la dependencia emocional de las personas mayores para tomarles la gestión del patrimonio en beneficio propio o robarles directamente. En el caso de la familia, mayoritariamente el maltrato lo ejercen hijos o nietos con un problema de adicciones.

En todos los agresores convive, por un lado, un sentimiento de vergüenza y, por otro, el intento de justificar o minimizar los abusos porque la alternativa es la soledad, según ha explicado la trabajadora social del SEAV Aida Morales, que ha incidido en que los malos tratos sólo. Por el contrario, se presentan como una suma de varios grados de maltrato físico y psicológico, de una negligencia en el cuidado y de abusos económicos.

Además de la prevención a la que hacía referencia Escudé, tanto Morales como Fité apuntaron que hay que afinar la "coordinación" entre los distintos agentes que detectan los malos tratos. Por lo que se refiere estrictamente a los abusos económicos, la psicóloga se ha quejado de que los bancos "no ayudan" a poner las cosas fáciles para un colectivo que está poco acostumbrado a utilizar contraseñas y servicios digitales: "Las retiradas de dinero por el cajero o la banca online generan dependencia de terceros y también los hacen más dependientes", ha indicado Fité. Esta dependencia produce a menudo los abusos de personas de confianza, que toman el control de los números de cuentas y los ahorros de toda una vida. a menudo pasa por alto. En este punto, Fité ha explicado cómo al inicio de las formaciones que hace a trabajadoras sociales tan sólo "una o dos" levantan la mano cuando se les pregunta si han detectado malos tratos.