La nueva máquina invisible de los Mossos contra los conductores que no descansan
La policía catalana ha adquirido una herramienta para extraer la información de los tacógrafos a distancia
La Roca del VallésTodo es silencioso y disimulado. Una furgoneta de los Mossos d?Esquadra pasa junto a un camión y todo se sabe al momento. No debe frenar, ni ponerse en paralelo mucho rato, simplemente debe avanzarlo. El detector, una antena ubicada dentro de la furgoneta que no levanta sospecha alguna, hace todo el trabajo. Conecta con el tacógrafo del camión (la caja negra que controla las velocidades, las horas de descanso, las revisiones que ha hecho, las últimas infracciones que ha cometido, cuando ha ido demasiado rápido...) y obtiene toda la información en pocos segundos. De repente, la tableta del agente de los Mossos se abre y despliega una especie de formulario. Dice a la velocidad que iba el camión, cuánto rato hace que el conductor está al volante (en el día de hoy, pero también en la última semana y en el último mes), pero también si alguien ha modificado la máquina, si el conductor ha hecho una infracción (y cuándo) y muchas cosas más. Incluso si ha cambiado la hora. El camionero o el conductor de autocar ni se da cuenta. Cuando el agente acaba de leerlo, el vehículo ya cuesta ver por el retrovisor y la información se superpone: llegan los datos de una nueva matrícula que en ese momento están avanzando.
Antes todo esto debía hacerse manualmente, a ojo, había que ir parando camión por camión y "el olfato policial", explican los agentes de Tráfico, era lo que contaba. Desde hace unos meses, los Mossos han adquirido nueve antenas de esta tipología, con un coste de 15.000 euros por detector, que les facilitan mucho su trabajo. Y la capacidad de detección es mucho mayor. Vale tanto para camiones como para autobuses que traigan tacógrafos digitales. Ahora son ya la mayoría, pero a partir de este enero todos estarán obligados a tenerlo.
Tal y como ha podido comprobar el ARA durante una mañana con el Grupo de Transportes de los Mossos de la Región Metropolitana Norte, el proceso es tan fácil como avanzar camiones y revisar a distancia sus tacógrafos. Tan fácil y al mismo tiempo tan difícil, porque no todo es blanco o negro y el detector "es una herramienta más". Es decir, que si hay algo sospechoso, siempre es necesario detener el camión y revisar el tacógrafo manualmente, una máquina que imprime una especie de lista de la compra eterna con muchos códigos y números que no son fáciles de entender. Luego sí, que se puede multar. La AP-7 es un ir y venir interminable de camiones y la antena nunca para de trabajar.
La tableta que lleva el agente se enciende cuando avanza el camión de Albert, que transporta gasóleo. Todo está en orden (los descansos, revisiones, horas al volante...) menos la velocidad. Va a 90 kilómetros la hora y camiones como el suyo no pueden pasar de 80. Los Mossos se ponen delante suyo y, cuando están junto al antiguo peaje de La Roca, se levanta del techo un cartel luminoso pidiendo que les siga. Lo detienen en el antiguo peaje y él enseguida lo admite: "Era bajada, sí". Su actitud es simpática, agradable, hasta el punto de que podría llegar a parecer que intenta hacer la pelota a los agentes para evitar una multa. Su tacógrafo imprime la lista de la compra y los Mossos revisan todos sus picos de velocidad. El agente es respetuoso: sabe que la cabina de los camiones es un sitio "sagrado" para los camioneros y sólo pone un pie, lo justo para aguantarse. Albert explica que son las empresas que les "presionan" para ir más rápido de la cuenta, o para no respetar los descansos. Por último, los Mossos no le multan.
Multas
Los camioneros pueden conducir tres días durante nueve horas y dos días durante diez horas. A la semana, no pueden ser más de 56 horas y cada 15 días no pueden superar las 90 (con algunas excepciones cuando, por ejemplo, están cerca de la empresa o de su casa). Por la antena van pasando banderas. Sobre todo, la española, pero también la alemana, la búlgara, la rumana, y una italiana. Uno de ellos marca algún problema en las baterías del tacógrafo y piden que se detenga en un área de servicio. El hombre transporta hierros hasta Castellón. Conduce descalzo (que no está prohibido, tampoco en los turismos) y tiene una pequeña virgen colgada. Aquí es donde llega la dificultad: los Mossos descifran la eterna lista que sale del tacógrafo y descubren que el problema con las baterías se debe a una revisión que le hicieron en un taller. Pero ha cometido una infracción que conlleva una multa de 800 euros: al tener un tacógrafo de los antiguos, todavía debe poner manualmente que ha atravesado una frontera. Viendo que hace relativamente poco que le ha cruzado, los agentes le dejan continuar. Aunque no multen, comentan que están haciendo un trabajo de prevención: "Saben que aquí les paramos", comentan.
Las multas son elevadas y aunque van dirigidas a las empresas, los conductores explican que a menudo las acaban pagando ellos. Por ejemplo, manipular el tacógrafo son seis puntos de carné y 1.000 euros de multa. Uno de los casos que más recuerdan a los agentes es de un turco que había conducido durante 15 horas seguidas. Hoy no hay infracciones de esta tipología: durante unas tres horas por la tableta han pasado una cincuentena de camiones y todos cumplían el tiempo de descanso. Sólo un conductor de Jaén que llevaba fruta había pasado por media hora. Sin embargo, al pararlo, los agentes han visto que estaba compensando la jornada laboral del día anterior y no estaba cometiendo ninguna infracción.
En estático
Para estos agentes de los Mossos utilizar los tacógrafos se ha convertido en su día a día. También se dedican exclusivamente a ello cuando sobre todo pasan camiones que transportan frutas. "confidentes". A veces, son los primeros que dicen que una empresa concreta no respeta las normas si ellos tienen tantos quebraderos de cabeza para cumplirlas. de los peajes, este grupo de los Mossos solía situarse en estos puntos y podía ir seleccionando camiones de forma ordenada. Hasta que no ha llegado esta herramienta, todo ha sido algo más caótico. pero los agentes de los Mossos aseguran que la policía española sólo puede manejar la antena en estático. Ellos, en cambio, lo hacen en movimiento porque la suya es "más" cara". Probaron unas cuantas y eligieron la de una marca polaca que ya se pasa el día funcionando por las carreteras catalanas.