Sucesos

Reconstrucción: así fue el naufragio en el que murieron dos franceses en el Port de la Selva

A unos 30 kilómetros de la costa, el velero se descontroló por una quiebra del motor

BarcelonaEra un día que tocaba realizar trabajos rutinarios y no navegar por placer. Tocaba limpiar el Firol, un velero de 13 metros de eslora y, para ello, era necesario sacarlo del agua y eso no lo hacen en cualquier puerto. El propietario del barco, un hombre francés de 77 años, pidió a un amigo suyo, un hombre de 73 años, también francés, que le acompañara a realizar este encargo. Era un trayecto fácil que ya habían realizado muchas veces antes. Sobre todo, el propietario, que era un patrón experimentado y, de hecho, era armador. Debían salir de Grussan, en la región de Occitania. Ellos eran de Narbona y tenían amarrado al Firol en este pequeño puerto de unos 5.000 habitantes a 15 kilómetros de la ciudad. El destino era el puerto de Adge, donde podrían limpiar el barco. Son unos 50 kilómetros por el suelo y algo más de una hora y cuarto navegando hacia el norte. La mañana del viernes 24 de noviembre salieron de Grussan y llegaron sin problema a Adge. Con el velero limpio, volvieron a zarpar para volver a Grussan, pero los enganchó un fuerte temporal de viento que violentó el mar y puso fin a sus vidas.

(FALTA INFOGRAFÍA)

Según fuentes consultadas por el ARA, por la noche ya enviaron una comunicación por radio a los controladores del puerto de Grussan: no podían volver a tierra de ninguna manera e intentarían seguir bordeando la costa francesa en dirección a la Costa Brava a ver si encontraban un puerto en el que era más fácil amarrar. También informaron de que uno de los tripulantes se encontraba mal y tenía vómitos. Pero el temporal no les dio ninguna rendija para intentar llegar a buen puerto. Siguieron navegando en dirección al sur prácticamente cinco horas más. Según los datos recopilados por la Guardia Civil, en alta mar el viento soplaba con rachas de entre 70 y 90 km/h. Cuando ya habían pasado la frontera catalana y estaban a la altura de Portbou, el Firol navegaba a una velocidad de 5,5 nudos, a algo más de 10 km/h. Fue en ese punto que los dos hombres de avanzada edad, en medio del temporal de viento, perdieron el control del velero.

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Gracias a un aplicativo de navegación, la Guardia Civil ha podido reconstruir los últimos compases del Firol, un recorrido al que ha tenido acceso este diario. En alta mar, a prácticamente 30 kilómetros de la costa de Portbou, el velero dejó de navegar en línea recta y giró en dirección a la costa, precipitándose cada vez más rápido contra la tierra. Fue en este punto que los investigadores de la Guardia Civil creen que el motor del barco dejó de funcionar, por lo que los tripulantes perdieron su control. Si antes de desviarse hacia la costa el Firol navegaba a 5,5 nudos, cuando cambió de dirección pasó a casi 8 nudos. La línea del aplicativo de navegación pasa de estar naranja a verde, plasmando el cambio de velocidad. Cada vez iba más deprisa.

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De verde a rojo

Hay un punto, cuando el barco ya está junto al Cabo de Bol, en el término municipal de Port de la Selva, que el color pasa a ser rojo. El velero ya no se mueve; ya ha chocado contra las piedras. El impacto fue de madrugada. A unos 30 metros de la costa, según pudieron reconstruir los submarinistas de la Guardia Civil, los tripulantes tiraron el ancla, pero no pudieron frenar el velero. El ancla, de hecho, se partió por la mitad. Los equipos de rescate hallaron los cuerpos de los dos hombres de nacionalidad francesa flotando en el mar.

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Según fuentes de la investigación, todo apunta a que se lanzaron al mar antes de que el velero chocara contra las rocas para intentar salvarse. Lo hicieron sin los chalecos, que continuaban en el velero cuando llegaron los equipos de emergencia, ni utilizaron un buque salvavidas que llevaba la embarcación. Las autopsias acabaron confirmando que los dos hombres franceses, de 77 y 73 años, murieron ahogados. El velero no se quedó sin gasolina (todavía los había en los depósitos) y que el motor dejara de funcionar en el peor momento es la principal hipótesis de los investigadores de la Guardia Civil, que ya han entregado las diligencias en los juzgados de Figueres. Ahora, el Firol, según el aplicativo de navegación, todavía se encuentra en las proximidades del Cabo de Bol. Sólo quedan los restos de un trágico naufragio.