Una tarde en la caza de multirreincidentes por el centro de Barcelona
El ARA acompaña un dispositivo Kanpai con 700 de policías activados y hasta 75 detenidos
BarcelonaA menudo, nada es lo que parece. Cuando los agentes de los Mossos d'Esquadra ven a tres personas entrando en tiendas e intentando vender primero un teléfono y después unas joyas, les siguen. El móvil es un iPhone Pro Max 16, pero que ellos vienen bastante más barato, por unos 300 euros. Y las joyas dicen que son de oro, pero las cadenas quieren colocarlas a 25 euros. Cuando, finalmente, los detienen, ven que una de ellas tiene dos "rojos". Por la emisora resuena varias veces este color: es el código interno para decir que alguien tiene una orden de detención pendiente. Nada es lo que parece porque los vendedores resultan ser fugitivos, el iPhone es falso –los agentes han ido hasta la tienda Apple a corroborarlo– y el oro no era oro –también han acudido a una tienda especializada en comprobarlo.
"No podemos dejar vivir a la persona que delinque". Ésta es la arenga que han escuchado estos agentes antes de salir de la comisaría, en palabras del intendente de los Mossos Rafa Tello. Todo empieza en Sant Andreu, sobre las dos de la tarde, con una sala llena de policías. Hay Mossos, Guardia Urbana, policía portuaria, Policía Nacional e incluso trabajadores del metro. La mayoría van de uniforme, pero otros se camuflan por parecer turistas. Uno lleva una camiseta del Barça que duele de ojos porque es falsa y otro opta por una más bonita, estilo vintage, de la época del Dream Team. "Hoy vamos detrás de la receptación", explica Tello a los presentes. Es decir, van por los locales que compran el material robado en la calle. Es el octavo dispositivo Kanpai que se hace, el plan pensado para acabar con la multirreincidencia. "Que la gente nos vea", insiste Tello.
El dispositivo, que se prolongó toda la noche, se cerró con 75 detenidos. Un nuevo dispositivo Kanpai de los Mossos d'Esquadra para combatir la multirreincidencia ha terminado este sábado por la mañana con 75 detenidos, hasta 217 denuncias administrativas y varios vehículos recuperados. Se identificó a más de 700 personas.
De repente, casi de la nada, 700 policías salen a la calle: por Barcelona, por L'Hospitalet, por el aeropuerto, por Esplugues... Es una especie de aviso al delincuente, que están ahí, y más a las puertas de la Mercè. Están, pero el chico que se sienta junto a una turista y empieza a mover la mano para intentar sacarle la cámara a la plaza del Àngel, en Ciutat Vella, no los ve. Justo cuando iba a sacarle, aparecen los agentes de paisano y le detienen. Tampoco les ve otro hombre que está intentando vender por el distrito de Sant Martí un móvil: los agentes enseñan la placa y comprueban que ese móvil había sido robado. No ha habido tanta suerte, sin embargo, con los locales.
Este viernes por la tarde, la policía ha entrado en varios negocios de Barcelona y el ARA ha podido acompañar al dispositivo. En Sant Antoni han revisado administrativamente una joyera que sospechan que lleva tiempo comprando objetos robados. Pero todo el papeleo estaba en orden. Sin embargo, la sospecha sigue: la mayoría de clientes que habían vendido las joyas eran personas con antecedentes. Tampoco ha salido nada de una entrada en una tienda de teléfonos junto a la Mina, donde también sospechan que van a parar teléfonos robados.
Ésta es, de hecho, una segunda fase de la operación Kanpai. Los agentes siguen identificando potenciales sospechosos por la calle, que suscitan a menudo comentarios de los identificados y de conocidos suyos advirtiendo que nunca hacen nada, pero siempre les paran. Sin embargo, la segunda fase es atacar a los locales que reciben estos objetos robados. Este verano los Mossos ya le dedicaron muchos esfuerzos y recuperaron cientos de móviles sustraídos. Ahora el Kanpai también se enfoca hacia ahí.