La 'swiftmania' en Madrid choca con los vecinos: "Es como tener el concierto dentro de casa"

MadridMientras los fans de Taylor Swift enloquecen con los primeros acuerdos de Shake it off, una de las canciones más famosas de la artista estadounidense, una vecina rumia desde el balcón de su casa, justo enfrente del estadio Santiago Bernabéu. Un rato antes otro vecino había estado midiendo los decibelios con un dispositivo no profesional. Superaba los niveles permitidos en una zona residencial. El malestar por el ruido "absolutamente insoportable" de los macroconciertos por la "falta de insonorización" de la renovada sede del Real Madrid es uno de los principales temas de conversación en el barrio y ha puesto a los vecinos en pie de guerra contra el objetivo del presidente del club de fútbol, ​​Florentino Pérez, de convertir el equipamiento deportivo en "uno de los epicentros del mundo del entretenimiento y de las grandes giras musicales".

Los dos días de concierto del icono del pop, que ha movilizado a cerca de 130.000 personas, se han convertido en una prueba de fuego para los vecinos de esta zona acomodada y hasta hace poco "tranquila" del norte de Madrid. El viernes 26 de abril se celebró el primer concierto de la nueva etapa del Bernabéu, que ha estado más de cuatro años en obras. Desde entonces, la preocupación por el "calvario" en la que denuncian que se está convirtiendo vivir cerca del estadio ha ido en aumento. El sonido "atronador" del concierto del sábado 18 de mayo de Alejandro Sanz, Ana Mena y Hombres G, que reunió a 55.000 personas y se alargó hasta la una de la madrugada, acabó de encender todas las alarmas. Lo relata Carlos, que lleva 40 años residiendo frente al Bernabéu, en una conversación con el ARA rodeados de una marea de swifties pocas horas antes de que comience el primer espectáculo.

"Nos vibran los cristales", explica este vecino, que preside la comunidad de vecinos de un edificio de la calle de Concha Espina. Carlos dice tener asumido que les toca aceptar el ruido de los partidos de fútbol un par de días al mes, pero protesta por el hecho de que ahora se sume el calendario de conciertos previstos una vez remodelado el Bernabéu. La molestia que implica ser sede de estas giras es mayor, reflexiona, porque son cinco horas de ruido continuo a todo volumen, a las que hay que sumar las pruebas de sonido, y se alargan además varios días seguidos. El nuevo estadio tiene un techo retráctil que permite cerrarlo, pero el sonido "sale por los lados" e impacta en los edificios de alrededor, se queja.

En este último mes y pico ya ha hecho denuncias a la policía municipal, que se ha desplazado a realizar mediciones. Según confirmó ayer el Ayuntamiento de Madrid, pocas horas antes del primer show de Taylor Swift, todos los grandes conciertos realizados hasta ahora en el nuevo Bernabéu han superado los límites de ruido. El consistorio gobernado por el PP con mayoría absoluta sancionará a los promotores de estos espectáculos con multas que pueden llegar a 300.000 euros en los casos más graves. Durante el primer concierto de la gira The Eras Tour en la capital española, la policía municipal recibió 25 avisos por ruido y realizó 16 mediciones.

Desde la Asociación Perjudicados por el Bernabéu, creada por un millar de vecinos hace cerca de un año y medio para hacer frente común frente a los "impactos negativos" de la remodelación del Bernabéu, ven "insuficientes e insignificantes" estas multas "en un recinto que puede ganar tanto dinero". "Pagarla puede incluso llegar a compensar al infractor", reflexionan fuentes de la entidad a preguntas de este diario. Este colectivo se plantea llevar la cuestión a los tribunales, como ya ha hecho con éxito para paralizar parte de las obras del estadio, y alerta de los riesgos para la salud que genera el ruido, que les impide hacer vida normal. "Lo que para un fan de Taylor Swift es una bendición, para nosotros es una molestia", concluyen.

Varios cientos de fans sin entrada se reunieron en las puertas del Bernabéu este miércoles por la noche. En círculos, siguieron las más de tres horas de concierto y cantaron desde la calle los logros de su ídola. Según pudo comprobar el ARA, el sonido del espectáculo se podía oír perfectamente tanto en las calles de alrededor como desde el interior de portales, balcones y comedores de varios inmuebles situados frente al estadio. "Es como tener el concierto dentro de casa", resume Ana, madre de una alumna de primaria de una escuela de al lado, que también se ha visto afectada por los cortes de calle y las aglomeraciones. "Debemos poder descansar. Ahora llega el calor y hay que abrir las ventanas para dormir", remarca, ya preocupada por los cuatro días de conciertos que hará Karol G a mediados de julio. Ahora bien, se muestra poco esperanzada de poder detenerlos. "Al final aquí quien manda es el señor Florentino Pérez", lamenta.