Xenofobia

Tirar excrementos y salfumán en el patio de los vecinos: el acoso a una familia marroquí

La Fiscalía pide dos años de prisión para un hombre por su conducta "insoportable" en un bloque con pisos sociales

BarcelonaDurante más de un año y medio el día a día de un matrimonio marroquí con una hija discapacitada se convirtió en una auténtica pesadilla por culpa de la conducta del vecino del piso de arriba. Casi diariamente tenían que soportar los golpes y ruidos que el hombre hacía para molestarlos, y a todas horas les tiraba en el patio desde excrementos hasta salfumán, pasando por cristales, lejía, orina y restos de comida. Tampoco faltaban los insultos y las vejaciones: "Eres un moro de mierda, vete a tu país, tú y tu familia". Todo ello por el odio que este hombre sentía hacia esta familia por su lugar de origen, según la Fiscalía, que pide para él dos años de prisión y que el juez emita una orden de alejamiento durante tres años.

Víctimas y verdugo vivían en un bloque donde hay pisos sociales del Ayuntamiento de Barcelona que acogen a personas en situación de vulnerabilidad. Las trabajadoras sociales de origen extranjero que visitaban el inmueble tampoco se escapaban de los insultos del acusado. "Sudaca de mierda", tuvo que oír una de ellas cuando recriminaba al hombre que hubiera derramado salfumán en la terraza de la familia marroquí.

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El fiscal delegado del Servicio de Delitos de Odio, Miguel Ángel Aguilar, califica de "insoportable" la situación de acoso "prácticamente diario, mes tras mes" que sufrió la familia, compuesta por un hombre de 77 años; su mujer, enferma de cáncer, y la hija de ambos, que tiene un importante grado de discapacitado intelectual. En su escrito, el fiscal explica que el hombre también amenazó a la familia con "objetos contundentes" en más de una ocasión y colgó en la finca carteles difamándolos y tratándolos de "maltratadores".

Hasta quince denuncias

La familia denunció al hombre ante la Guardia Urbana hasta en quince ocasiones entre abril de 2019 y noviembre de 2020. Entre algunas de las llamadas de aviso hay tan solo unos días de diferencia. "La frecuencia y la intensidad de todos estos hechos han perturbado no solo la tranquilidad de la familia afectada sino que ha alterado el sueño y el descanso a todos sus miembros, que se han visto obligados a solicitar al Ayuntamiento de Barcelona un cambio de domicilio, puesto que esta situación era absolutamente insostenible para su vida diaria", explica el fiscal.

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Aguilar atribuye al hombre tres delitos de acoso (uno por cada uno de los miembros de la familia) con el agravante de discriminación. Además de la condena de prisión y la orden de alejamiento, también pide al juez que obligue al hombre a indemnizar a la familia con 6.000 euros y al Ayuntamiento con la cantidad que sumen los daños al inmueble.