El tráfico de personas, explica Rosa Cendón, es la captación, traslado y recepción de alguien mediante secuestro, amenazas, violencia o abuso de una situación de vulnerabilidad para explotarlo sexualmente, laboralmente o para obligarle a delinquir oa pedir limosna. "Las Naciones Unidas lo definen como una forma de esclavitud moderna", recuerda, y añade que para traficar con alguien no hay que atravesar ninguna frontera, también hay tráfico interno dentro de los países. Es un problema real, insiste, en que en Catalunya pasa desapercibido.
Antony Blinken premia a una catalana experta en la lucha contra el tráfico de personas
El secretario de Estado de EEUU ha reconocido la trayectoria de Rosa Cendón, técnica de Igualdad de la Generalitat, en un acto en Washington DC
BarcelonaCuando la trabajadora y pedagoga social Rosa Cendón trabajaba hace 23 años en el centro de menores más pequeño de Catalunya nunca imaginó que acabaría recibiendo un premio de la mano del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que reconoce la trayectoria de los "héroes contra el tráfico de personas". Pero esto ha ocurrido este lunes por la tarde, en un acto en la sede central del departamento de Estado, en Washington. Las autoridades estadounidenses la han homenajeado, con otras nueve personas de otros lugares del mundo, por estar "a la vanguardia de la lucha contra el tráfico de personas en Catalunya", por el trabajo silencioso que hace más de dos décadas que hace.
Cendón actúa ahora en contra del tráfico de personas, la mutilación genital y los matrimonios forzados como técnica del departamento de Igualdad de la Generalitat. Pero la mayor parte de su carrera la ha desarrollado en la ONG SICARcat, dedicada a ayudar a mujeres víctimas del tráfico de personas y explotadas sexualmente y que depende de la congregación de monjas de las Adoratrices. En 2001, a raíz de un aviso de la Policía Nacional, vieron que había algunas entidades dedicadas a ayudar sanitariamente a las mujeres sometidas a situaciones de prostitución pero que no había alternativas para las víctimas de explotación sexual que conseguían escapar n o que querían intentarlo. Y se pusieron.
"Empezamos ofreciéndoles alojamiento y apoyo para cubrir las necesidades básicas, pero cuando conocimos más el fenómeno nos quedó claro que era una violación de los derechos humanos y que éste debía ser el enfoque", explica. Desde entonces la legislación ha ido evolucionando, pero lamenta que todavía está fragmentada, no protege lo suficiente a las víctimas y muy pocas administraciones toman partido: la mayoría dejan un trabajo que deberían asumir en manos de las entidades.
Amenazas y asesinatos
A medida que avanzaban también empezaron a tener que tomar precauciones. "Estos grupos criminales también tienen otros negocios ilícitos", recuerda Cendón. "Hemos tenido víctimas a las que les han quemado la casa de la familia en el país de origen, e incluso dos asesinatos a personas de su entorno", explica. Ella asumió el papel más público de SICARcat en Catalunya para que el resto del equipo pudiera trabajar con discreción. También tomaron medidas como no hacer públicos los espacios de acogida y vigilar mucho lo que publicaban en las redes sociales.
Es difícil saber cuántas personas son forzadas a prostituirse. Cendón recuerda que el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado calcula que en España "son unas 14.000". Pero esa cifra, explica, sale sobre todo de las actuaciones policiales y no se contrasta con los datos de las entidades. Desde 2011 los Mossos d'Esquadra han registrado 189 hechos penales vinculados al tráfico de personas y han detenido a 220 implicados.
Uno de los problemas con los que se han encontrado es que la explotación sexual se ha ido invisibilizando cada vez más. En parte, dice Cendón, por decisiones de las administraciones que pretendían combatirla, como la ordenanza del civismo de Barcelona o la prohibición de ejercer la prostitución en las carreteras catalanas. "Solo desplazaron el problema", lamenta. La eclosión de internet, sobre todo a raíz de la pandemia, ha acentuado este proceso.
Cendón se alegra ahora de poder trabajar desde la Generalitat. "Es una oportunidad para construir y consolidar estructuras". Y tiene objetivos a largo plazo que, si tuviera la posibilidad, quisiera hacer realidad. "Me gustaría montar una agencia de lucha contra el tráfico de seres humanos desde la Generalitat, con la implicación de distintos departamentos", explica.