BarcelonaEpisodios de sequía, veranos tórridos, temperaturas que fulminan récords históricos y poca lluvia son fenómenos cada vez más comunes en nuestro país y que el cambio climático ha acentuado, haciéndolos muy presentes en nuestro día a día. Ahora incluso a la hora de diseñar un jardín hay que tener en cuenta esta nueva realidad climática, porque las plantas que no se adapten lo tendrán difícil para sobrevivir.
Igual que la moda, la alimentación o el interiorismo, los jardines siguen las tendencias del momento, marcadas por la crisis climática y el elevado grado de conciencia de la población respecto al uso excesivo de recursos naturales como el agua. Es por eso que las formas sostenibles de entender la jardinería son una práctica cada vez más extensa y, a la larga, serán la única alternativa. En consecuencia, muchos profesionales han adoptado la filosofía de la xerojardinería, una corriente surgida en los años 80 a raíz de las graves sequías de California y Colorado, que derivaron en la necesidad de tener jardines con un consumo de agua escaso.
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La xerojardineria –del griego xeros, que significa seco–, aboga por un uso racional del agua usando especies adaptadas al medio y las condiciones climáticas. Para conseguirlo, entran en juego factores como el diseño de espacios, la preparación del suelo o la selección de especies con necesidades hídricas similares. En Catalunya se usan plantas de clima mediterráneo, provenientes tanto de la cuenca del Mediterráneo como de otros lugares del mundo con este clima, como Suráfrica, el oeste de Australia o California. Albert Sala, del vivero Sala Graupera de Sant Andreu de Llavaneres (Maresme), apunta que uno de los aspectos más importantes a la hora de crear un jardín con estas características es dar a las plantas unos riegos profundos y espaciados en el tiempo, sobre todo durante los primeros seis meses. "Eso hace que las raíces se eduquen y crezcan hacia abajo, en verticalidad. Cuando la planta se ha desarrollado unos 15 cm bajo tierra, empieza a ganar resistencia y autonomía y no habrá que regarla en un periodo largo", afirma el jardinero. Siguiendo esta técnica, las plantas llegan a tener hasta cinco meses de autonomía y en este periodo de tiempo aguantan sin riego. Según explica Graupera, en su vivero cuentan con un jardín autónomo de más de 230 especies mediterráneas que solo riegan cada 20 días durante los meses de verano porque el resto del año con el agua de la lluvia es suficiente.
Estos jardines autosuficientes acostumbran a llevar la etiqueta de jardines sin riego, lo cual hace pensar que no hay que regarlos. Lo cierto es que, desde el punto de vista de la horticultura, esta sería una realidad plausible, puesto que con una buena planificación del suelo y el buen desarrollo de las raíces, las plantas pueden llegar a ser autónomas durante unos meses. Aun así, lo que es difícil es romper con la idea cultural de jardín como espacio bonito, fresco, verde y lleno de colores. El ingeniero agrónomo y paisajista Jorge Muñiz comenta que, si bien las plantas pueden ser autónomas y sobrevivir algunos meses sin riego, que estén bonitas y seduzcan en estas condiciones es difícil, sobre todo durante el verano, que es cuando hay menos precipitaciones. Por lo tanto, el aspecto de estos jardines puede chocar con la imagen que tenemos como espacios para buscar frescura y sombra y, sobre todo, con la idea de que, si un jardín no es bonito, no es un jardín. Es por eso que muchos profesionales se decantan por usar los términos jardín seco, jardín con bajas necesidades hídricas o, simplemente, hablar de jardinería sostenible.
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El viverista francés Olivier Filippi es un grande divulgador del concepto y en el libro La Méditerranée dans votre jardin [El Mediterráneo en tu jardín]clasifica las plantas por unos códigos de sequía que van del 1 al 6 y que indican los meses que una planta puede sobrevivir sin riego. Así pues, las plantas con un código de sequía 1 son las menos resistentes y no aguantan más de un mes en seco y las plantas con un código 6 son extremadamente resistentes a la falta de agua porque acostumbran a ser originarias de ambientes subdesérticos.
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Mercè Trias, del Estudi de Jardineria, asegura que los códigos de sequía los son muy útiles cuando diseñan un jardín para agrupar las plantas con códigos similares y escoger las más adecuadas según las características de cada región. "Las plantas con un código de sequía entre el 3 y el 4 son perfectas para los jardines de la cuenca mediterránea, porque aguantan muy bien la sequía estival", expone. Con su socio Jordi Piera han diseñado el jardín del Hostal Empúries, situado en la playa del Portitxol, en l'Escala (Alt Empordà). La selección de plantas la hicieron siguiendo los códigos de sequía de Filippi, pero sobre todo teniendo en cuenta los factores que les limitaban el abanico de posibilidades, como la tramuntana, el frío del invierno o la salinidad ambiental. "En las zonas con sombra, que es donde las plantas necesitan algo menos de agua, hemos cultivado pitosporo enano (Pittosporum tobira), una planta de código 3 que solo necesita que reguemos dos o tres veces durante el verano", explica Trias, que añade que los volúmenes más importantes de plantas del jardín del hostal son los lentiscos (Pistacia lentiscus), unos arbustos que pueden aguantar temperaturas de hasta 10 grados bajo cero.
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Jardinería sostenible en casa
La jardinería sostenible se puede adaptar a todos los espacios, incluso a los balcones más pequeñitos. Si bien es cierto que las macetas tienen una capacidad reducida que no permite que las raíces se expandan verticalmente, sí que es posible tener plantas que permitan dejarlas sin riego durante un tiempo. "Es posible en el sentido de elegir las plantas en función de las condiciones en que vivirán y teniendo en cuenta el entorno, de forma que se adapten mejor", aclara Jorge Muñiz. Aun así, en estas condiciones las plantas no podrán pasar grandes periodos de tiempo sin riego. "Se pueden tener plantas resistentes a la sequedad que permitan marchar un fin de semana largo, pero no mucho más, puesto que la actuación de la planta queda muy limitada por los tiestos", puntualiza Albert Sala.
Para espacios reducidos como terrazas, galerías o balcones, Mercè Trias recomienda las suculentas como las Echeveria elegans, que requieren muy poca agua porque lo almacenan en las hojas, o los espliegos, pero afirma que lo más importante es "observar la naturaleza que nos rodea y mirar qué crece de manera natural, puesto que estas plantas estarán adaptadas a nuestro medio y, por lo tanto, serán las más viables". También es posible usar plantas de clima mediterráneo que vienen de Australia, de Chile, de California o de Suráfrica, como por ejemplo el arbusto conocido como Phylica ericoides, que florece de septiembre a febrero y es perfecto para hacer un parterre con un régimen de riego muy bajo. En la misma línea, Albert Sala también recomienda el romero australiano (Westringia fruticosa), típico en la jardinería pública porque es muy resistente a la sequedad, o el cenizo (Leucophyllum frutescens), una planta del desierto de floración rosada que aguanta temperaturas extremas y que, además, es capaz de prever las precipitaciones: florece unos días antes de que llueva.
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Olivier Filippi, Messi de la jardinería sostenible
Olivier Filippi es un viverista francés que ha viajado por las regiones de clima mediterráneo para estudiar la vegetación. Está especializado en las plantas mediterráneas adaptadas a condiciones adversas y sus viajes le han permitido reunir una colección que ha cultivado en el Pépinière Filippi –también conocido como Jardin Sec–, un vivero que hace más de 30 años que cuida con Clara, su mujer. En su Jardin Sec, situado en la región de Occitania, hay especies de plantas mediterráneas ideales para jardines con requerimientos hídricos bajos.
Filippi remarca la necesidad de diseñar e implantar jardines conscientes del lugar donde se encuentran y con un consumo racional de los recursos disponibles, puesto que afirma que, en un futuro, no serán tan abundantes como lo son ahora. Todo ello lo convierte en un pionero de la jardinería sostenible y en todo un referente para los profesionales del sector, que se reflejan en su trabajo. "Olivier Filippi es una persona muy importante, como el Messi de la jardinería sostenible, y un referente total en este ámbito", manifiesta Albert Sala.