El análisis de Antoni Bassas: 'Ni Cercanías ni Agencia Tributaria si no fichan a los mejores gestores'
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La batalla entre PSOE y PP por tener el Boletín Oficial del Estado, la batalla por el poder, se está jugando en terrenos inéditos hasta ahora. Ayer pasó algo que nunca había ocurrido en España:
El fiscal general del Estado irá juicio. Veremos al fiscal general sentado en el banquillo, acusado de haber filtrado datos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, concretamente un correo donde la pareja de la presidenta admitía haber cometido un delito fiscal.
De que el fiscal general fuera el autor de la filtración no existe ninguna prueba sólida. Hasta una veintena de personas pudieron hacerlo. Más bien, hay testigos que recibieron el correo que dicen que no fue el fiscal general quien lo filtró. De los 3 jueces del Tribunal Supremo que han tomado la decisión de enviar al fiscal a juicio, hay uno que ha emitido un voto particular diciendo que no hay pruebas, lo ha dicho con estas palabras: "No resulta posible atribuirle la filtración de forma mínimamente justificada". Obviamente, Sánchez defiende al fiscal, Feijóo pide su dimisión y la gente asistiremos a la increíble escena de un fiscal general acusado por un subordinado suyo.
Ya se ve que este asunto es político, que la política en España se desarrolla en forma de asedio al poder y que el fiscal general, si fuera ajedrez, sería como matar a la reina.
Mientras, este titular nuestro de hoy no puede explicarlo mejor:
Isla y Sánchez se van de vacaciones sin resolver la financiación singular. Ayer el Govern y Esquerra pactaron una adaptación de la Agencia Tributaria de Catalunya de modo que la Agencia tenga autonomía sobre su personal y una gobernanza más eficaz.
Y, desde China, Isla ha insistido en que seguro que habrá financiación singular. Esto el mismo día que quedó aprobada la empresa pública Cercanías Catalunya.
Sin embargo, tanto si hablamos de la Agencia Tributaria como de Cercanías, y en general de cualquier servicio de la Generalitat, tener las competencias sólo es un primer paso. El segundo, y más importante, es poner el mejor talento en ejercerlas. Y esto incluye fichar a las personas más competentes yendo al mercado a competir por los mejores. Una administración excelente pide excelencia, gente currante, comprometida, visionaria y capaz. De cargos de confianza colocados por los partidos, que devuelven al partido una parte del sueldo público que cobran, ya hemos tenido suficiente.
Buenos días.