El análisis de Antoni Bassas: 'Sobre cínicos, hipócritas y patriotas'
Junts ha decidido que dejará a Sánchez como un trapo sucio, para remarcar que nada tiene que ver con él, salvo haberlo hecho presidente, pero que eso fue un día y que no compromete a nada. Diciéndole a la cara que es un cínico y un hipócrita, Junts ha querido que quedara claro, por enésima vez, que su ruptura con el PSOE no tiene marcha atrás. Es arriesgado, teniendo en cuenta que, llegadas nuevas elecciones, pesará mucho en el ánimo de los votantes si las elecciones van de democracia o fascismo, por mucho que el PSOE sea, en tantas cosas, sobre todo en relación a Catalunya, tan partido de estado como el PP
Ya ha terminado el juicio contra el fiscal general del Estado. Ahora ya sólo queda esperar la sentencia, que dicen que sabremos antes de fin de año. La última sesión acabó en lo más alto, con la UCO de la Guardia Civil acusando al fiscal de ser el filtrador y él negándolo. A juzgar por lo visto y oído, la acusación no ha logrado probar que Álvaro García Ortiz fuera el filtrador. Más bien la defensa ha aportado testigos que demuestran que la noticia del pacto de la pareja de Ayuso con Hacienda corría ya antes de que el famoso correo estuviera en poder del fiscal general.
Después de visto y oído lo más importante de las sesiones queda la convicción de que estamos ante un juicio político por parte de un tribunal que tiene muchas ganas de condenar al fiscal general por razones políticas. Es una convicción basada en hechos recientes del pasado, como fue el juicio del Proceso o la negativa a aplicar la ley de amnistía por parte del Tribunal Supremo. Nos hartamos de decirlo hace años, durante el juicio a los presos políticos: si se lo han hecho a ellos, se lo pueden hacer a ustedes. Pues ahí lo tienen.
Hablando de la amnistía, hoy debe pronunciarse el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Lo que diga el abogado general no es vinculante pero orientará seguro lo que acabe decidiendo el tribunal europeo antes de fin.
Y nos ha quedado el sabor del debate de ayer en el Congreso de los Diputados. Un regusto amargo, por dos motivos: porque Sánchez sigue pretendiendo gobernar sin aprobar ni un solo presupuesto y porque la actuación de ambos partidos independentistas no podía ser más agria. Sientan lo que le dijo Míriam Nogueras a Pedro Sánchez: "Usted no ha cumplido, usted no tiene palabra, y parece que a usted sólo le interesa el poder. Su intervención de hoy, no ha hecho otra cosa que darnos aún más la razón. Es un cínico, y un hipócrita".
Junts ha decidido que dejará a Sánchez como un trapo sucio, para remarcar que nada tiene que ver con él, salvo haberlo hecho presidente, pero que eso fue un día y que no compromete a nada. Diciéndole a la cara que es un cínico y un hipócrita, Junts ha querido que quedara claro, por enésima vez, que su ruptura con el PSOE no tiene marcha atrás. Es arriesgado, dado que, llegadas nuevas elecciones, pesará mucho en el ánimo de los votantes si las elecciones van de democracia o fascismo, por mucho que el PSOE sea, en tantas cosas, sobre todo en relación a Catalunya, tan partido de estado como el PP.
Y después está Rufián, "Lo único que les puedo decir es que aquellos y aquellas que dudan de que Junts se quiere cargar eso desconocen que para Junts, Catalunya no es su patria, es su negocio, y lo están perdiendo. Y que, tal vez, con esa gente no comparten bandera, pero comparten intereses y dueños. Amos, sobre todo. Porque todo el mundo sabe de Madrid que los líderes por digitales de ultraderecha, prometiendo que harán Feijóo presidente del gobierno a cambio de lo que sea. Yo sí que pido que dejen de hacer daño en mi país, a mi gente.
Rufián no sale de su bloque de izquierdas, y por fin puede soltar todo el resentimiento antiguo contra Junts.
Pero por encima de Nogueras, Rufián y Sánchez está la gente. Un gobierno del PP y de Vox, valga la redundancia, es una pesadilla. Pero que el PSOE pretenda gobernar sin aprobar ni un solo presupuesto es una tomadura de pelo. Sánchez se limitó a decir que va a resistir, pero eso no es gobernar. Esto no sé si es cínico o hipócrita. Lo que seguro que no es es políticamente decente.
Buenos días.