Llega el mes de las lágrimas de San Lorenzo, la gran lluvia de estrellas del año
El máximo en la lluvia de estrellas será el día 12 sobre las 22 h
GinebraEntre todas las lluvias de meteoros que hay a lo largo del año, los Perseidos, más comúnmente conocidos como Lágrimas de San Lorenzo, son los más populares. Por un lado, porque ocurren en un momento del año en el que apetece estar al aire libre por la noche para observarlo. Por otro, porque es la lluvia de meteoros con la mayor frecuencia, que puede alcanzar los 200 objetos cada hora con velocidades superiores a los 50 kilómetros por segundo.
Este año, el máximo se alcanzará el día 12 de agosto sobre las 22 h, hora catalana, aunque las noches del 11 y del 13 también serán bastante propicias para su observación. Este año la Luna acabará de pasar por su fase más luminosa y podría dificultar parcialmente ver a los meteoros más débiles.
El punto radiante desde el que parecen provenir estos objetos se encuentra entre las constelaciones de Perseo y Casiopea. El origen de esta lluvia se encuentra en los restos que el cometa 109P/Swift-Tuttle deja atrás en su órbita al Sol cada 133 años. Estas partículas, que pueden tener tamaños similares a la de un grano de arena, entran en la atmósfera terrestre, donde la fricción a altísimas velocidades hace que se evaporen dejando la traza en el cielo tan característica.
Quienes dispongan de cámaras con las que se pueda controlar la velocidad de obturación (muchos de los móviles actuales son capaces de hacerlo) pueden configurarla para tomar una imagen de larga exposición con el dispositivo montado en un soporte fijo, como un trípode, apuntado hacia el radiante. De esta forma se pueden llegar a obtener imágenes espectaculares de varios meteoros a la vez.
Unas lágrimas de sufrimiento
Como otros muchos acontecimientos y objetos astronómicos, los Perseidos están estrechamente ligados a la tradición cultural, mitológica y religiosa. En el siglo III d. C., el Imperio Romano gobernaba prácticamente toda Europa bajo la mano implacable contra los cristianos del emperador Valeriano. El papa Sixto II, al verse perseguido, encargó a Lorenzo, uno de sus hombres más cercanos y diácono de la ciudad de Roma, la tarea de distribuir todos los bienes de la Iglesia entre los pobres.
En el año 258, Valeriano mató al pontífice y encarceló a Llorenç por torturarlo para que revelara el lugar de los tesoros. Al cabo de tres días, Lorenzo se dirigió al emperador acompañado de un gran número de personas sin techo y alegó que aquél era el tesoro de la Iglesia. Valeriano decidió ejecutarlo el 10 de agosto de ese año de la forma más cruel: explica la leyenda que, Llorenç fue aferrado a una parrilla con brasas incandescentes. Sus únicas palabras fueron Asumo este, incuito, versa te manduca (Esta parte ya está hecha, dame la vuelta y come) al tiempo que soltaba unas lágrimas y en el cielo se podían ver a una multitud de estrellas cruzando el firmamento.
Un paseo planetario veraniego
Una gran cantidad de planetas vuelven a ser visibles en el cielo nocturno, aunque habrá que madrugar para verlos. Mercurio alcanzará su máxima elongación respecto al Sol, por lo que será el mejor momento para observarlo justo antes de la salida del Sol por la mañana durante la segunda mitad del mes. Venus también se podrá ver de madrugada hasta poco después de que se haga de día. Júpiter le acompañará muy cerca pasando el día 12 de agosto. Saturno podrá verse durante la segunda parte de la noche a una gran altura respecto al horizonte. Por su parte, Urano y Neptuno podrán observarse también de madrugada en condiciones de muy poca contaminación lumínica y con la ayuda de un telescopio o prismáticos.