Biología

¿Por qué tienen la menopausia los cetáceos?

Un nuevo estudio sostiene que dejar de ser fértiles reportó una ventaja evolutiva a las hembras de cetáceo y que con los seres humanos podría haber ocurrido lo mismo

Carl Zimmer
y Carl Zimmer

En los seres humanos, la menopausia es un fenómeno de sobra conocido. Sin embargo, en el resto de especies es extraordinariamente poco frecuente. El año pasado, un equipo de científicos reveló que las hembras de una sola población de chimpancés viven mucho tiempo una vez terminada su etapa fértil. Sin embargo, aparte de los chimpancés y los seres humanos, los investigadores sólo han encontrado pruebas claras de la existencia de la menopausia en cinco especies, todas del orden de los cetáceos.

El debate científico sobre las causas del surgimiento de la menopausia viene de lejos. Podría haber reportado una ventaja evolutiva a las hembras o haber sido un efecto secundario de algún otro elemento beneficioso en su vida.

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En un nuevo estudio de la biología de cinco especies de cetáceos, los investigadores argumentan que la menopausia confirió a los animales una ventaja evolutiva. A modo de ejemplo, podría haber evitado que las hembras de mayor edad quedaran embarazadas al tiempo que sus hijas, lo que habría impedido que estallaran conflictos por los recursos, perjudiciales para la descendencia de ambas.

Samuel Ellis, biólogo de la Universidad de Exeter y director del estudio, que se ha publicado en la revista Nature, afirma que la menopausia podría haber surgido en los cetáceos por los mismos motivos que en los seres humanos. "Puede que, tratándose de una estrategia tan poco común, sólo haya una manera de llegar", argumenta Ellis.

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Vivir 40 años más

En la gran mayoría de especias, las hembras ovulan a lo largo de toda la vida. Es un patrón que tiene sentido desde el punto de vista de la selección natural. Cuanto más descendientes pueda criar satisfactoriamente a una hembra en su vida, más copias de sus genes se transmiten a las generaciones futuras. Incluso las hembras de las especies más longevas siguen este patrón: las elefantes siguen siendo fértiles pasada los sesenta.

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Hay cinco especies de cetáceos (orcas, falsas orcas, belugas, cabezas de olla negras de aleta corta y narvales) que no siguen el patrón anterior. Las orcas hembra, por ejemplo, suelen tener descendencia sólo hasta los 40 años, pero pueden llegar a vivir más de 90.

Las orcas son relativamente fáciles de estudiar: suelen nadar cerca del litoral y pasan mucho de tiempo en la superficie. Sin embargo, las otras especies que tienen la menopausia viven en zonas alejadas de la costa y pasan mucho tiempo zambullidas en el mar. “Hay muchas que son terriblemente crípticas –comenta Ellis–. El océano es muy extenso”.

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En vez de perseguir a los cetáceos, Ellis y su equipo intentaron destilar información a partir de datos ya recogidos por los biólogos marinos. A veces, hay grupos de cetáceos que se agolpan en la costa en embarranques multitudinarios, por ejemplo. Cuando los biólogos marinos examinan los cuerpos de los animales, realizan estimaciones sobre su edad y practican autopsias en las hembras para determinar si están gestando o si todavía ovulan.

Ellis y su equipo recopilaron datos sobre las cinco especies de cetáceos menopáusicos, junto con 27 especies emparentadas que no tienen la menopausia, como los delfines y los cachalotes. Mediante ecuaciones estadísticas, el equipo de investigadores estimó la esperanza de vida de los cetáceos, su número de descendientes y el tiempo que son fértiles.

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En las especies que no tenían la menopausia, las hembras seguían un mismo patrón: los cetáceos de mayores dimensiones tendían a ser más longevos.

En las cinco especies menopáusicas, por el contrario, surgió otro patrón: las hembras eran fértiles el tiempo que se estimaría para un cetáceo de su tamaño. Sin embargo, después vivían de media 40 años más allá de la esperanza de vida que les atribuían las estimaciones.

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Este descubrimiento indica que la menopausia no surgió gracias a mutaciones que acortaban la etapa fértil de los cetáceos, sino que, al parecer, la selección natural favoreció mutaciones que sumaban años de vida a las hembras una vez habían dejado de reproducir -se.

Evitar la competencia

¿Qué ventaja evolutiva podrían haber reportado estos nuevos comportamientos reproductivos? Una posibilidad es que las hembras de edad más avanzada no infantaran al tiempo que lo hacían sus hijas. De esta forma, se evitaba que surgieran conflictos entre unas y otras. A largo plazo, plantean los investigadores, el hecho de evitar estos conflictos habría permitido a las hembras menopáusicas transmitir un mayor número de sus genes a la descendencia.

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En lugar de entrar en conflicto con sus hijas, las hembras de mayor edad pueden dedicarse a ayudar. En estudios anteriores sobre las orcas, los investigadores habían descubierto que las hembras de edad más avanzada dirigen al grupo en los viajes de larga distancia. En trabajos sobre los seres humanos, también se ha constatado que las abuelas pueden proporcionar alimentos suplementarios a sus nietos, lo que incrementa la probabilidad de que sobrevivan.

El hecho de que sólo se conozcan cinco especies de cetáceos que hayan desarrollado la menopausia indica que esta ventaja sólo se puede obtener si se dan ciertas circunstancias. Ellis especula que la especie debe tener una cierta vida social en la que las hembras vivan en grupo un tiempo prolongado y tengan estrechos vínculos con los miembros más jóvenes del grupo.

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Rebecca Sear, una demógrafa de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres que no ha participado en la investigación, afirma que Ellis y su equipo han hecho un uso ingenioso de los datos que han podido encontrar. "La cantidad de cosas que sabemos sobre la demografía de los cetáceos me parece impresionante, teniendo en cuenta que viven en el medio marino", comenta.

Sear considera que la hipótesis del equipo es plausible, pero también señala que los investigadores han podido analizar un número relativamente reducido de cetáceos. “Me da la impresión de que debemos ser muy cautos con este tipo de trabajos —añade—. Es sumamente interesante e informativo, pero en ningún caso aporta pruebas concluyentes sobre los motivos que condujeron al surgimiento de la menopausia”.