Comes como en casa y te lo dicen en japonés: 'Omakase'

BarcelonaEl restaurante Jara Sushi Omakase (c. Padua, 108) es el sueño de todos los comensales que quieren comer bien, al tiempo que están cansados ​​de decidir qué elegir leyendo los nombres de los platos de una carta escrita. Está claro que no hemos venido aquí a ponernos en contra de las cartas de papel (por favor, sí, de papel), sino de la idea de tener que escoger o formar un menú a partir de las propuestas escritas. En Omakase nos cocinan como en casa, se come lo que el cocinero decide, pero nos lo dicen en japonés, porque omakase significa que confías en el cocinero, que elige lo que comerá. Un apunte importante: podrá comentarle preferencias e intolerancias alimentarias; también presupuesto, pero a partir de ahí los dos hermanos, Jonathan (en la cocina) y Robby (en la sala), preparan un menú centrado en el sushi.

Sentados en alguna de las catorce sillas de la barra cuadrada o bien en algunas de las mesas que hay en el restaurante, le irán explicando lo que le van preparando. También le enseñarán los pescados a partir de los cuales preparan los platos delante de usted. Esencial el arroz, por supuesto, que compran al productor Albert Grassot, de Pals, y que lo cocinan de maravilla. Para continuar, los peces, siempre los que haya en el mercado, al día, porque son frescos. El atún, de la marca Arrom; el wasabi, del Montseny, o el propio whisky, japonés The Yamazaki, de 12 años, se lo irán mostrando a medida que lo utilizan.

Burbujas y sakes

En la carta de vinos y espumosos, encontrará propuestas de Corpinnat y también burbujas francesas. En vinos, referencias catalanas. Es el sello personal de Robby Jara, con una larga trayectoria en la sala, que ha buscado el asesoramiento del sumiller respetado Xavi Nolla. A aquellos que les gusta especialmente el sake, pida consejo a Robby, que ha colaborado con Sake in Motion, Hand Crafted Sake Chartir y Sake Iwa para elaborar una carta de sakes actual. Por último, el precio: el menú omakase, cuesta 85 euros, y si come a la carta, que también es posible, es el mismo precio. Y la última curiosidad: el restaurante acaba de cumplir un año y medio, y ha conseguido el respeto del sector. Fíjese especialmente en la sintonía de los dos hermanos: la maestría del jefe de sala, Robby, y del cocinero, Jonathan.