Jordi Basté: "No me gustan mucho los restaurantes pijos"
El ARA invita a comer a personas conocidas para hablar de gastronomía y les pide que elijan ellos el restaurante. Hoy es el turno del periodista de 'El Món a RAC1'
Jordi Basté me cita en la Bodega Sepúlveda. La elección no me sorprende, porque allí la he visto más de una vez. Y todavía lo reconfirmo cuando veo la familiaridad con la que habla con las propietarias y con los padres de ellas, que están sentados dentro. Damos vueltas sobre quién le descubrió el restaurante, y llega a la conclusión de que fue Pep Guardiola, que de las muchas virtudes que tiene se ve que también debemos sumarle la de sibarita.
Por lo que me cuenta, llego a la conclusión de que el periodista de RAC1 es una persona con suerte. En primer lugar, porque es amigo de Quim Monzó y éste le ha descubierto un montón de restaurantes: Can Vilaró, Bar Lalans, Donizetti, el Rincón de Agüir, el restaurante ruso Ekaterina, el japonés Kiku-Chan... O "el mejor chino que hay Barcelona", me dice. Que cuando entró estaba la madre y la abuela estirando pasta. He-cheng, se llama. Allí probó la lengua de pato. "El problema es que ves que es una lengua bífida, pero es muy bueno". Tomamos nota de la recomendación.
Hoy, claro, toca comer otras cosas. Navega por el mar conocido de la carta de la Bodega Sepúlveda y elige. "Es como comer en casa", afirma. Comeremos costillas de cabrito, camarón salteado, berberechos y albóndigas con setas y calamar. Para beber, "su" vino. Pregunto cuál es, y me aclaran que siempre bebe vinos tintos de corte clásico no especialmente caros.
Aparte de dónde estamos, dice que va mucho al Fermí Puig y también a los restaurantes que hay cerca de la radio. Le gusta descubrir sitios curiosos y asegura que ha comido "cosas muy extrañas". "No me gustan mucho los restaurantes pijos", asegura. Su debilidad son los restaurantes familiares, "de cordón umbilical", dice. Pone de ejemplos el Gelida, Can Joan o Can Josep.
"¡Qué soy de Horta!"
Llegan las gambas y no me las deja pelar con cubiertos. "¡Con las manos! ¡Con las manos! –exclama–. ¡Qué soy de Horta!"
La segunda gran suerte de Jordi Basté es haber podido reformarse la cocina a su gusto. Apenas han terminado las obras y me muestra fotos con el brillo a los ojos de quien te enseña la primera imagen de la criatura recién nacida. "La cocina es lo que más me importa de un piso". Tenía dos requisitos muy claros. Primero: "Las cocinas eran un lugar donde estaba la mujer cerrada cocinando, que debía encender la radio para tener vida. En el siglo XXI las cocinas deben ser abiertas". Segundo: "Estoy obsesionado con los fogones. Yo debo cocinar con fuego siempre. Quiero ver el fuego y tener el control".
Tiene una inmensa colección de libros de recetas, en especial los del británico Jamie Oliver, del que afirma que los tiene todos. Y no son pocos. De allí extrajo una receta que le licenció como cocinero. Un plato de pasta con pollo y brócoli que su madre creía que lo había comprado hecho de lo bueno que era. Lejos quedaba el Jordi Basté que hizo una tortilla de patatas calamitosa porque nadie le había dicho que las patatas antes deben freírse. Para él cocinar es terapéutico y comienza días antes decidiendo qué va a hacer. Tiene tantas recetas que "es como Netflix", dice, que al final no sabes qué elegir de tanta oferta.
No queda nada en los platos, y llega la hora del postre. Pero no es de dulce. Normalmente elige una manzanilla para terminar la fiesta. Un día hizo un post recomendando la manzanilla de la Bodega Sepúlveda, i a la semana siguiente todo el mundo iba a pedir manzanillas. Hace tres cafés al día, pero a partir de las 9 de la mañana ya no puede tomar más. Antes de hacer los horarios de El Món a RAC1, le gustaba mucho el mundo... de la noche. "Me gustan los sitios tronados y antiguos, los canallas. Echo mucho de menos la noche. Me gusta más que el día. Pero ya tenemos una edad que no puedo hacer excesos", confiesa. Ahora, preparaos porque si se da el caso lo remata citando el pasodoble El beso: "Yo soy como lo de «La española cuando besa es que besa de verdad». Yo cuando salgo, salgo de verdad".
Precio de la comida: 99,60 euros