Laura Fa: "Me encantaría hacer un vino con Ana Rosa Quintana"
Periodista
Como representante del amor y las parejas, en una primera cita que se quiere tomar vino, ¿es preferible pedir una botella o una copa?
— Una copa, prudencia. Pienso que hay que ser prudente y pedir una copa porque usted no puede saber si se alargará mucho la cosa. ¡Pero yo hace tantos años que no tengo una cita! Llevo 30 años con la misma persona, pero si tuviera que recomendar algo, diría una copa.
¿Y cómo te gustaría que fuese esta copa?
— Vino blanco, seguro, y siempre intento que sea catalán. Porque con los años no sé qué me ocurre que el negro me cuesta. Además, si ya es verano o empieza a hacer calor, el blanco me apetece más. Sobre los rosados, sé que últimamente se han puesto de moda los rosados, pero todavía estoy acostumbrándome. Sigo teniendo la idea del rosado de antes, de color rojizo y unas burbujas grandiosas, eso no me gusta. Pero sí es cierto que un día que cené con Silvia Soler y me hizo probar Ullones, que es casi de color blanco, me encantó, ¡qué diferente! Si todos fueran así podría entrar en el mundo de los rosados.
¿Tienes algún espacio dedicado a guardar el vino en casa?
— Pues sí, tengo una galería pequeña, donde tengo la lavadora y secadora, y en un rincón tengo una neverita para el vino para mantenerlos a buena temperatura. Al final, si viene gente a cenar a casa o vas a casa de alguien siempre debes tener vino, ¿no? También podríamos tener cava, pero no nos gusta demasiado.
¿Y el vermut?
— ¡No sabía que el vermut también es vino! Pues el vermut me gusta mucho y siempre tenemos una botella en casa. De hecho, aprovecho cuando voy a los vermuts de Llucià Ferrer para comprar dos botellas de vermut Cinzano. No hay muchas casas que hagan vermut casero, con el vermut me ocurre algo similar a la ratafía, que no la voy a comprar expresamente, sino que aprovecho ocasiones como mercados de pueblos u ocasiones especiales para comprarlas. Para mí es importante tenerlas porque hacemos mucha vida de camping y como compartimos tiempo con los colegas charlando al aire libre es una ocasión buena para hacer un vermut o una copa de vino.
Un camping bastante sofisticado y gourmet.
— Sí, salimos con una caravana con los amigos y vamos de camping. Allí hacemos sartenes, sardinadas, haces zancadas o carnes a la brasa, y yo soy la encargada de llevar el vermut o vino. Es cuando me apetece más tomar una copa, porque en el día a día no se dan estas ocasiones y tampoco pico en las comidas habituales de entre semana. El pasado sábado hicimos una sardinada y yo traje para compartir entre todos una botella mágnum de la Terra Alta, que era muy buena.
En tu caso, las cenas y comidas de trabajo también son habituales. ¿Recuerdas alguna ocasión en la que el vino tuviera un papel especial?
— Recuerdo cuando escribía el libro Los pecados del chona con Marta Pontnou que cuando acabábamos de escribir un capítulo lo celebrábamos con una copa de vino. Hay gente que va a la Cerdanya oa la Garrotxa a inspirarse, pero nosotros quedábamos después de trabajar en un centro comercial, como la Maquinista o en las Glòries y allí tomamos algo. Ahora debemos escribir la segunda parte.
Por último, ¿con quién te gustaría tomar una copa de vino que aún no has tenido la oportunidad?
— Me encantaría hacer un vino con Ana Rosa Quintana. No sé si ella quisiera hacerlo conmigo, porque, aunque hemos compartido cadena, creo que ahora estamos en otra escena distinta a la de hace un tiempo. Tengo mucha gente cercana con la que hablo de cómo está el panorama televisivo en España. Pero lo haría con ella, que no tengo acceso a ella y que es tan contrapuesta a mí, porque yo soy indepe y ella es evidente que no. Estoy segura de que sería una copa de vino supercuriosa y que nos acabaríamos entendiendo. Aunque parece que tenga que haber conflicto, con una copa de vino y con buena voluntad te acabas entendiendo con cualquiera, ¿no?