El mejor cruasán del Estado es de la pastelería Prat Can Carriel de Roda de Ter
El pastelero Gil Prat gana el concurso al mejor cruasán de mantequilla, organizado por el Gremio de Pastelería de Barcelona
La pastelería Prat Can Carriel de Roda de Ter ha resultado ganador hoy del Concurso del Mejor Croissant de Mantequilla del Estado, organizado por el Gremio de Pastelería de Barcelona. La pastelería de Roda, que se inauguró en 1900, ha ganado el concurso por segunda vez, pero en esta ocasión el jurado estaba formado por los pastelerosAntonio Bachour; Antoni Bellart (presidente del Gremio) y Toni Vera (ganador de la edición 2022), la chef Martina Puigvert y el apasionado de la pastelería Paco Mir. Antonio Bachour; Antoni Bellart (presidente del Gremio) y Toni Vera (ganador de la edición 2022), la che Martina Puigvert y el actor Paco Mir. La primera edición en que resultó ganador fue el 2017.
Los cruasanes son ancestrales pero actualmente viven una revolución que explora los límites de forma y sabores. El debate ya no se detiene en si deben tener cuernos o no, ni tampoco si deben hacerse con mantequilla o manteca. Actualmente, los cruasanes se han convertido en los dulces más creativos, a los que se les ha aplicado ingredientes adscritos tradicionalmente a pasteles, como el mascarpone, o se han mezclado directamente con pasteles, como los cruasanes Sacher. También han adaptado formas que les hacen parecer cucuruchos, como los con-croissants, que tienen en su interior los gustos: crema catalana, chocolate, frambuesa, limón o galleta María. Más aún, en verano los con-croissants tienen encima una bola de helado. Y, para colmo, también hay cruasanes grandes, muy grandes, de talla XXL, que pesan un kilo, pensados para compartir entre seis personas. A toda esta revolución hay que añadir un dato práctico: han dejado de ser el lujo dulce asequible, pudiendo costar entre 2 € y 30 €.
Hacemos ruta por algunas de las mejores pastelerías del país donde probar..
Confitería Padreny
Hechos con mantequilla, con cuernos, blandos, los cruasanes de la confitería Padreny, un establecimiento clásico de Reus, son el orgullo de la ciudad, y los recomiendan como los mejores.
Confitería Poy
Crujientes, con cuernos, los cruasanes de la confitería Roy también se alzan como los mejores de la población de Reus. A la hora de decantarse por una u otra confitería, todo se trata de gustos. Si te gustan más crujientes, claramente los de Poy.
Pan de Antes
Al estilo francés, alargados, tal y como deben ser los croissants para los franceses Pierre Houspie y Remi Martinazzo, que están al frente del horno Pan de Antes después de haberse conocido en el lujoso Hotel Ritz de Dubai.
Pastelería Juhé
La pastelería Juhé, inaugurada en 2007 por el pastelero Agustí Gardella, es referente en L'Escala. Además, Juhé también destaca por haber ganado el premio al mejor chucho del mundo.
La Puntual
Aseguran que la clave del éxito de sus cruasanes no son las harinas ecológicas ni las largas fermentaciones, sino el equipo que los elabora. Y no sólo los croissants, sino también los panes y la bollería. La Puntual es referente en Girona por todo esto.
Pastelería Hofmann
Un cruasán de un kilo. Así de contundente. La pastelería Hofmann, que cuenta con Miquel Guarro como pastelero, prepara (sólo por encargo) junto con muchas otras creaciones diarias, hechas con gustos diferentes.
El Atelier
Los pasteleros Èric Ortuño y Ximena Pastor no paran de innovar con los cruasanes. En verano ponen una bola de helado encima, porque la base la han convertido en un cono. En invierno, los rellenan de mil y un gustos, que rompen los límites con los pasteles tradicionales. Los cruasanes han dejado de ser un dulce clásico para convertirse en explosión de sabores y formas en L'Atelier de Barcelona.
La Espiga de Oro
El panadero Jordi Morera es un apasionado de su oficio, y al cruasán le ha dedicado horas y esfuerzo para conseguir lo mejor. El de harina integral con semillas se ha convertido en un reclamo de la Espiga de Oro junto con otros muchos dulces que prepara.
Pastelería Conde
Tienen reconocimiento en toda la ciudad, y la pastelería es lugar de encuentro de los tarraconenses todos los días, especialmente.