La última oportunidad para degustar los platos más especiales (y festivos) del Restaurant Moments
El restaurante de Raül Balam y Carme Ruscalleda celebra 15 años con una retrospectiva de sus mejores creaciones que se puede degustar hasta febrero
BarcelonaEn la vida hay momentos que celebrar. Para detenerte, mirar atrás, dejarse acunar un rato por la nostalgia y después, con las pilas cargadas, seguir adelante. Y exactamente esto es el menú que ha parido el restaurante Moments dirigido por Raül Balam con el apoyo de su madre, la gran cocinera Carme Ruscalleda. Estoy segura de que será un éxito. La idea es que para celebrar el 15 aniversario del restaurante han elegido platos de entre los más de 120 que han hecho. Es una comida homenaje al Moments y al legado del Sant Pau. Se puede ver con los aperitivos, que llevan el nombre de paleta de colores naturales y gastronómicos. Sirven el verde, el fucsia y el violeta. Tres manjares que se servían en Sant Pol de Mar, y que nos preparan para lo que vendrá.
El Moments siguió la estela de los menús temáticos, que tan bien han funcionado. Ha hecho memorables, como el dedicado al cine, o el más reciente, a la vuelta ciclista. Ahora nos reencontramos con lo mejor de esas propuestas, como el representante del menú de Maravillas del mundo, dedicado al Machu Picchu, un plato que cocinó Dalí en Gala o el inspirado en la ópera Carmen, que según Balam, no podía faltar.
La parada del menú Felicidad era un plato con historia. Primero porque Carme Ruscalleda y su marido Toni Balam sudaron para crear el molde que les permitiera plasmar con pulcritud lo que pretendían. Sólo así podrían mostrar al mundo esa invención que no es otra que la representación de un cuadro de Mondrian. Una delicia hecha de bacalao, pimientos y aceitunas. Este plato, por cierto, fue el que sirvieron en el 80 aniversario de Paul Bocuse, donde habían invitado a cocinar en el maresme. El chef francés, al verlo, dijo: "¡Ciertamente la cocina es un arte!". No fue el único impresionado por la creación. Alain Ducasse fue desvelado en la cocina, quería saber cómo lo hacían, y si podían hacerlo viajar "montado". Pues no, es muy delicado y debe prepararse al momento. Ya ven, historia de la cocina. Y se podrá volver a probar hasta febrero en el restaurante ubicado en el hotel Mandarin Oriental. Sin embargo, no se puede descartar que, como ha ocurrido con algunos menús temáticos que han tenido mucho éxito, lo prorroguen unas semanas. Asimismo, como ocurre con las mejores funciones teatrales.
Una parada a medio camino
También me gustaría destacar el plato que queda justo en medio de la comida. Se llama Sant Pol-Tokyo-Barcelona. ¿Por qué? Pues porque es lo único que se ha servido en los tres restaurantes que ha tenido su familia. Y es un excelso arroz de gambas a la manera del Maresme. Un plato que calienta el alma. Que te hace sentir en casa. Un recordatorio de que el arte, las maravillas y la felicidad a menudo las tenemos más cerca de lo que pensamos.
En el menú hay espacio para el juego. Lo encontrará en la propuesta inspirada en el mágico de Oz (impagable ver a los demás comensales luciendo unas gafas verdes) o lo que está inspirado en la película Buscando a Nemo. Un filme por el que tengo debilidad, pero que incluso la persona más discreta de la sala perdía la compostura cuando veía llegar el pececillo presentado con tanta gracia. Otro divertimento del restaurante Moments es la cocina. Existe un gran cristal que te permite verlos trabajar. Poder fijarse en la coreografía de los cocineros de un restaurante de dos estrellas Michelin es una distracción impagable. Eso sí que es una pecera magnífica.
El menú se puede hacer más corto (175 euros) o más largo (215) en función de las preferencias de cada uno. En un mundo acelerado en el que todo se hace viejo al instante, es bonito reencontrarse con platos conocidos, o sentir que has tenido una maravillosa segunda oportunidad en forma de retrospectiva. Incluso en los quesos, donde hay uno de un elaborador que hace sólo uno al día. Artesanía pura. Pregunten cuál es.
Y cuando hayan pasado estos meses y se acabe este homenaje, dejarán de hacer menús temáticos, ya que el restaurante Moments ha alcanzado una cima. Y ha aprovechado una vez arriba para poner el hito y mirar el paisaje. Entonces bajará por la cresta y dejará atrás sus primeros quince años, adentrándose en otros frondosos bosques para perseguir nuevos horizontes.