Una portuguesa y un brasileño defienden la quema catalana en el Born de Barcelona

BarcelonaEstamos cerca de Santa Maria del Mar (Canvis Vells, 2, Barcelona) para descubrir el pequeño establecimiento especializado en crema catalana. Se llama Sucre Cremat y ofrecen la tarrina de 150 ml del dulce cremoso con la fina capa de azúcar crujiente por encima a un precio de cinco euros. El establecimiento tiene un subtítulo: "Autèntica crema catalana". ¿Quién es que ha tenido la genial idea de hacer una tienda monográfica de los postres más representativos de nuestra tierra? ¿Quién ha sabido ver el potencial y la alegría gastronómica que supone la crema catalana? Un brasileño y una portuguesa.

Mario Quintero y Sofía Fortuna hacen tándem en la vida y en el negocio. La bisabuela y el abuelo de Quintero provenían del barrio del Born, por eso es donde se han establecido. Es "una manera, también, de rendir homenaje a la abuela catalana", subrayan. Fortuna llegó a Catalunya en el 2008 y se enamoró. Afirma que querían abrir en el barrio del Born porque no había productos catalanes. Explica orgullosa que todos los ingredientes que utilizan son de aquí. Como el carquinyoli que corona la crema catalana, que es de Tarragona. Aparte de la crema catalana para llevar, también encontrará cafés de La Finca, como un café con leche de crema catalana, o helado de DelaCrem de... lo ha adivinado: crema catalana.

El local es lindo, esquinero y reivindica desacomplejadamente un producto nuestro, que ya aparece (en una versión que no es exactamente como la que hacemos ahora) en el Libro de Sent Soví. "Igual que cuando vayamos a Lisboa siempre queremos comprar un Pastel de Belém, nos gustaría que todos los que vengan a Barcelona no se vayan sin probar una crema catalana de Sucre Cremat", pone la guinda –o deberíamos decir el carquinyoli?– Sofía Fortuna.