Alumnos de un instituto traducen al bretón el cómic infantil más vendido en Francia
El popular cómic francés 'La terrible Adèle', un fenómeno editorial con más de 20 millones de libros vendidos, podía leerse en catalán pero no en bretón, y ahora estudiantes de un instituto de Bretaña han traducido sus dos primeros volúmenes
ParísEs difícil encontrar a un niño en Francia que no conozca La terrible Adèle. El cómic creado por Mr Tan –seudónimo del francés Antoine Dole– e ilustrado por Miss Prickly y Diane Le Feyer es un fenómeno editorial, con más de 20 millones de libros vendidos desde el 2012 en Francia. En Catalunya, cada vez hay más niños y niñas que siguen también la vida de esta heroína rebelde que no tiene pelos en la lengua.
Ya hace algunos años que los cómics del Adèle se pueden leer en catalán, pero hasta hace poco no se habían traducido a otra de las lenguas que también se habla en Francia, el bretón. Los dos primeros volúmenes del cómic ya están disponibles en esta lengua céltica gracias a la iniciativa de un editor, Arnaud Elégoët, y al trabajo de jóvenes de 12 y 14 años de un instituto Diwan, el nombre que reciben los centros educativos de la red de inmersión lingüística bretona.
Alumnos de cuarto y sexto (el equivalente a 6º de primaria y segundo de la ESO en Cataluña) del instituto Jakez Riou de Kemper, una ciudad de Bretaña, han trabajado durante un trimestre entero en la traducción de los dos volúmenes del cómic al bretón, una lengua que hablan poco más de 0.000. a principios de año por el gobierno de Bretaña. Ha estado durante las clases de lengua bretona y con la supervisión de la profesora de bretón, Marine Gloaguen.
Alumnos motivados
"La gran mayoría de mis alumnos conocen La terrible Adèle, le han leído y les encanta. Estaban muy motivados por el proyecto", explica Gloaguen en una conversación con el Criaturas. "Estoy encantada de cómo fue todo y muy orgullosa de ellos", asegura. La traducción tuvo que hacerse en poco tiempo, siempre en clase y en pequeños grupos que trabajaban página por página.
Su hijo de 12 años, Erwen, es uno de los alumnos que han participado en el proyecto. "Nos lo hemos pasado muy bien. Era la primera vez que yo traducía un libro y fue una buena experiencia", afirma. El chico reconoce que "a veces no era fácil", sobre todo si la frase no podía traducirse literalmente y había que buscar expresiones en bretón para encontrar el mismo sentido que la frase en francés.
En bretón, Adèle se llama Aelez, su gato Ajax se llama Jaks, Geoffroy es Jafrez, Jennifer aparece como Gwenivar y Jade se llama Jadenn. "Se me extraña leer los nombres de los personajes en bretón", afirma Erwen, que está habituado a leer los cómics de La terrible Adèle en francés.
Editorial en bretón
Otros cómics, como los de Tintín, sí los ha leído en bretón. Los publica una pequeña editorial de Kemper, Bannoù-Heol, creada y dirigida por Arnaud Elégoët. En un país como Francia, que arrincona a las lenguas consideradas regionales, que se puedan leer libros en bretón es casi un milagro. Elégoët es el impulsor de la traducción de La terrible Adèle en el bretón. El editor hace habitualmente charlas en escuelas e institutos bretones para explicar su trabajo y un día preguntó a los alumnos qué libro les gustaría leer en bretón. La respuesta fue, asegura, unánime. del cómic. Ella aceptó sin pensárselo dos veces., se sorprendió al ver que en la biblioteca del centro había pocos libros en bretón y llamó a la editorial de Boleta y Bill, una serie de cómic creada por el dibujante belga Jean Roba que tuvo mucho éxito en Francia a partir de los años 60, para preguntar si podía traducirlo al bretón. "Sorprendentemente me dijeron que sí. Un año después salió el primero Boleta y Bill en bretón. Si ese día no me hubieran dicho que sí, nunca habría creado la editorial".
El bretón, cada vez menos hablado
Desde entonces, Elégoët ha publicado en bretón otros muchos cómics como Titeuf o Tintín, libros para niños, clásicos como El Pequeño Príncipe e incluso juegos de mesa. "El bretón se habla cada vez menos, es una realidad. Pero al mismo tiempo cada vez hay más niños que lo aprenden en la escuela. Si los niños no leen en bretón, será difícil que dominen y encuentren natural hablar una lengua que es ultraminoritaria", apunta el editor. donde estudian en total casi 4.000 alumnos. Son gratuitas y subvencionadas por el Estado pero sólo estudian los alumnos que eligen hacer la enseñanza en bretón. durante décadas se consideró inferior y se marginó de la vida pública y de la enseñanza.
El maltrato institucional de la lengua bretona ha tenido sus consecuencias. En Bretaña, en muchos hogares donde los abuelos o bisabuelos habían hablado siempre en bretón los hijos y los nietos hablan en francés. "Cuando yo era pequeño y se hacían comidas familiares, la lengua que se utilizaba era el bretón. Pero sin embargo, entonces era una lengua que no me interesaba nada. Había oído muchas veces que para ser moderno había que hablar francés. Y esa era la idea que había calado en mi cerebro. La idea era que había lenguas que se tenían," Elégoët.
Pese a que el bretón era la lengua materna de los cuatro abuelos de Elégoët, sus padres siempre le han hablado en francés. "Lo sorprendente era que mi padre era profesor de historia y de lengua bretona", explica el editor. Cuando era joven, Arnaud Elégoët empezó a interesarse por el bretón y lo aprendió bien hasta el punto de convertirse en propietario de una editorial en bretón y ser un firme defensor de la lengua. En casa de Marine Gloaguen, sin embargo, ocurre lo mismo que ocurría en casa de Elégoët: es profesora de bretón, pero habla a sus hijos en francés.