¿Conoces todos los perfiles de tus hijos en las redes?
Los perfiles múltiples en Instagram y TikTok son una práctica habitual entre los jóvenes, y entre los expertos no existe acuerdo sobre si es positivo o no
Barcelona"La mayoría tiene al menos dos cuentas en Instagram y en Tiktok", dice Selma, de 17 años. A su lado, Victoria, de la misma edad, cuenta que tiene tres en Instagram y tres en TikTok. Se acabó esto de tener sólo un perfil en las redes sociales. De hecho, en 2021, un estudio de Unicef sobre el impacto de la tecnología en la adolescencia ya revelaba que el 61,5% de los jóvenes tiene varias cuentas o perfiles en una misma red social, mientras que el 83,5% tiene presencia en tres o más plataformas. ¿Pero por qué quieren tantos perfiles y cómo los utilizan?
"La gente suele tener una cuenta pública, con todos los seguidores, y otra privada, en la que aceptan sólo gente que conocen: familiares y amigos. Luego hay gente que tiene tres: el público, el privado y el privadísimo, en la que sólo aceptan gente de mucha confianza. Luego hay quien tiene una cuenta con una identidad con falsa": Mariona, de 13 años, cumple cinco céntimos del espectro de posibilidades. Ella tiene dos, que diferencia según su privacidad. Es lo que se ha llamado hastatagram, de fake instagram (cuenta falsa), y rinstagram, de real instagram (cuenta real). Mientras que el rinsta se utiliza, paradójicamente, para enseñar el yo ideal que sienten que se espera de ellos, el hasta se usa para mostrar su cara más humana. "Por ejemplo, pongo un vídeo haciendo un baile", explica Selma: "Subo cosas que me daría vergüenza ponerlas al público. Y no utilizo filtros". A veces, también utilizan perfiles para compartir su hobby o vertiente más artística. Es el caso de Andreu, de 17 años, que utiliza la cuenta pública para hablar de filosofía: "Son filtros por los que todos debemos pasar".
Hay que apuntar que con los nuevos cuentas adolescentesque Meta puso en marcha el pasado año, los perfiles son siempre privados y tienen restricciones que deben aceptar las familias. Sin embargo, esto no afecta a las cuentas ya creadas y, además, no es difícil engañar a las máquinas con una edad ficticia.
Los adolescentes quieren privacidad
Bajo la mirada de los adultos, los perfiles múltiples pueden ser una práctica incomprendida y cuestionada, pero no piensan lo mismo en la cooperativa Herramientas, especialistas en pantallas y redes sociales en las aulas."Separar su identidad digital en diferentes parcelas es una práctica que consideramos muy válida. Que un joven valore lo que cuelga y cuál es la audiencia a la que llega quiere decir que hay un proceso de reflexión detrás de dónde van estos contenidos y de qué manera puede protegerlos", afirma Ester Angelats, técnica de prevención en usos de las TRIC y socia . público en el que dejas entrar a todo el mundo".
En este sentido, no es esta la única práctica que ha cambiado en los últimos años. Los adolescentes ya no hacen publicaciones en el feed de Instagram, sino que la mayoría sólo cuelgan historias, publicaciones que tienen una duración de 24 horas. "No quieren que su relato de vida constante sea permanente, y eso para nosotros también es positivo porque hay menos riesgo de que puedan tomar una foto tuya de cuando tenías 14 años", continúa Angelats.
Pero los expertos también discrepan. La psicóloga Júlia Pascual considera que tener hasta dos perfiles bien organizados es síntoma de normalidad, pero que a partir de tres en activo es necesario estar "alerta" porque existe una relación directa entre el uso de las redes sociales y los trastornos de conducta alimentaria (TCA) y de estado de ánimo: "Cuanto menos salud mental, más horas de redes sociales". En casos graves de TCA con ingresos psiquiátricos ha detectado que varias pacientes se crean perfiles para explicar el proceso de recuperación mientras mantienen una cuenta en la que realizan apología de la anorexia. "Las redes alimentan al monstruo del trastorno", alerta Pascual.
"¡No hable con desconocidos!"
Estos perfiles secundarios pueden ser también una forma de alejar a los padres y madres. "Entraría dentro de la normalidad de un proceso de intimidad adolescente decidir qué es lo que quiero mostrarte y qué es lo que no", afirma Angelats. Por su parte, Pascual dice que "no sólo debemos vigilar las redes sociales para ver con quién se está relacionando a nuestro hijo, sino que debemos vigilar con qué identidades se está mostrando". Cómo ocurre en la serie Adolescencia (Netflix) de la que tanto se ha hablado, "si no tenemos información, creemos que no lo están haciendo".
En el caso de las cuentas con identidad falsa, a menudo las comparten con otras amistades. Berta, de 17 años, tiene uno con amigas para observar publicaciones ajenas sin sufrir para que se les escape un like, explica. También hablan a veces con personas que no conocen, pero "sólo para bromear". En este sentido, Angelats considera que los mensajes de los adultos deben evolucionar. "Siempre se les ha dicho que no hablaran con desconocidos. Este mensaje está obsoleto. te lo dirá. No tendrá herramientas para identificar una relación abusiva o un engaño", explica. Y reformula el discurso: "Lo mejor es no hablar con desconocidos, pero si algún día lo haces ten en cuenta que uno groomer [acosador sexual a través de internet] es una persona que se hará pasar por alguien de tu edad y que hablará de tus intereses. Cuando te soliciten datos personales o fotos lo harán después de una relación de confianza".
Una personalidad fragmentada
Si en un perfil se muestran haciendopostureoen sitios hancias, en otro se graban expresándose libremente, en un tercero comparten fotografías artísticas y aún quizá tienen un cuarto perfil con un nombre falso y un quinto compartido con un amigo, ¿saben quiénes son realmente? Según Pascual, crearse múltiples cuentas responde a la necesidad de probar: "Es el disfraz de la primera prueba de ego a través de su avatar digital". Hasta aquí todo bien porque "se permite descubrir con qué personalidad se sienten mejor". El problema es que lo hacen "a través de una validación externa controlada por algoritmos y factor suerte". "Construyen una identidad sin bases muy manipulable e influenciable. Construir la identidad solo desde el reconocimiento hace que puedan tener muchos problemas de salud mental", añade Pascual.
Xavier Bruguer, psicólogo especializado en niños y jóvenes, también encuentra que el consumo de redes complica la construcción identitaria, independientemente del número de perfiles que se tengan. "Durante la adolescencia nos desvinculamos de los padres y nos enganchamos a un grupo de amigos. A través de las redes, los adolescentes no sólo están inmersos en el grupo de iguales de la clase o del esparcimiento sino que, de repente, se suman grupos de iguales. Por ejemplo, un grupo de fans de la Taylor Swi swifty, o formas parte de un grupo de lectura de fantasía. Tantas opciones no ayudan. El bufete se ha ampliado". En la conversación, Bruguer recuerda la exclamación de un paciente: "¡Esto es tan 2017!"
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Hacer al menos una comida diaria juntos sin pantallas y hablarla a través de relatos de otras personas porque a menudo les es más fácil hablar en tercera persona.
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Tener los dispositivos en zonas comunes y tener acceso a ellos para familiarizarnos con su lenguaje.
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Hacer prevención sobre la adolescencia desde la primaria: "Te encontrarás en estas situaciones, acuérdalo".
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No tener miedo a poner límites reduciendo el tiempo o retirando dispositivos. Considera que estamos pasando de un modelo autoritario extremo a otro demasiado permisivo.
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Predicar con el ejemplo. Anima a las familias a mirar el tiempo de uso en sus dispositivos. "Si supera las cuatro horas el móvil, póngase límites porque no sois buenos referentes", afirma.