Así hace de madre

Esther Pérez-Ferrer: "Mi hijo quiere ir a la escuela para decirle a todos los profesores que le dijeron que no sería nada en la vida que se habían equivocado"

Actriz y madre de Pol y Nil, de 21 y 15 años. Es miembro de la compañía de teatro infantil La Trepa, que presenta el espectáculo 'Figaro(ck)' para público a partir de 10 años, en cartelera en el Jove Teatre Regina hasta el 16 de noviembre. Un musical que pone al día al personaje de Fígaro, el héroe popular, ingenioso y divertido, que cuestiona el orden establecido, y convertido ahora en 'influencer'.

Esther Pérez Ferrer
Así hace de madre
21/10/2025
3 min

BarcelonaNilo ha visto Figaro(rk) y le gustó descubrir el personaje de Fígaro, la evolución del Fígaro influencer hasta llegar al descubrimiento de cómo ser un revolucionario hoy. También le gustaron las canciones y que aparecieran en el espectáculo las piezas musicales más conocidas de las tres óperas protagonizadas por Fígaro. Y la escenografía, el vestuario y que el protagonista fuese un actor joven y que lo hiciera tan bien. La obra habla de la importancia de las pequeñas revoluciones que cada uno puede realizar.

Es un mensaje importante.

— Hay un momento en que Fígaro dice: "Chicos, no todo está hecho, debemos seguir levantándonos de la silla si queremos que las cosas cambien". Y la letra de una canción dice: "La revolución no se hace sólo haciendo Me gusta, no es un cambio de verdad". Esta frase puede ser útil a jóvenes. Les hace pensar en la influencia de las redes en sus vidas. Si realmente alguien quiere hacer algún cambio, por pequeño que sea, ésta no es la vía correcta. Es necesario moverse y pasar a la acción.

Y tu hijo mayor realmente ha pasado a la acción.

— Pol, mientras hacía bachillerato, trabajaba en un call center a media jornada. Su jefe le propuso que le acompañara a Argentina porque abrían una nueva oficina y estaban muy contentos con él. Tras terminar el bachillerato se fue tres meses y le propusieron que también fuera a abrir oficinas en Venezuela, con mayor responsabilidad. Después de tres meses más en Venezuela, volvió y nos dijo: "Ya no vuelvo para comerme un pedazo de pastel. Quiero comerlo entero. Mañana tengo hora en el notario para hacer una SL, ya tengo una oficina para empezar mi negocio".

Increíble.

— Hoy su empresa tiene doce trabajadores. Es una empresa dedicada a ampliar la cartera de clientes de grandes empresas. Tristemente, su máxima es triunfar y un día ir a la escuela para decir a todos los profesores que le dijeron que no sería nada en la vida que se habían equivocado. Quiere ir a escuelas a dar charlas a chicos y chicas para que sean valientes y que una nota en un examen no es indicativo de éxito en la vida.

Por qué dices tristemente?

— Porque me sabe mal que tenga que demostrar su valía a antiguos profesores y profesoras. Me sabe mal que tenga una herida abierta de su etapa de estudiante. Lo siento que no haya sido una etapa feliz y que, para cerrarla, necesite hacer esto.

Se marchó a trabajar al extranjero. Háblame de ese alejamiento.

— A sus 21 años, el alejamiento se está convirtiendo en acercamiento. Su madurez está haciendo que vuelva de nuevo y comparta muchas inquietudes. Esto me tranquiliza porque veo que tiene suficiente confianza en nosotros para contarnos las cosas. En cambio, el Nilo sólo empieza a pedirnos más libertad para construir su camino.

El mayor se acerca y el pequeño se aleja.

— Ambos hijos tienen altas capacidades. El pequeño, como va un curso avanzado, sus compañeros y compañeras son mayores y tienen más libertad que él. Por tanto, estamos en un punto de no saber si es bueno que le demos cierto margen extra para equiparse a los compañeros de clase para no quedar excluido del grupo. Intentamos equilibrar la balanza. Le damos el espacio que necesita e intentamos vigilar, en la medida de lo posible. De todas formas, este proceso de alejamiento de los hijos es parte de su crecimiento y soy una espectadora feliz de ver cómo esto ocurre. Lo único que puedo hacer es estar ahí para cuando ellos me necesiten.

¿Qué reflexión sueles hacer a los hijos?

— Unas veces se gana y otras se aprende.

¿Cómo ayudas al pequeño a hacer cómo ha hecho el mayor, que ya ha encontrado su vocación?

— Le digo que el esfuerzo es importante. El bachillerato requiere implicación y perseverancia. Le digo que las cosas cuestan, que no son fáciles. Pero tampoco quiero que lo viva con ansiedad. Le digo que puede ser lo que él quiera, que visualice lo que le gustaría hacer cuando sea mayor. Que no mire la parte económica o las salidas laborales, sino lo que la llene y le apasione. Le pongo mi ejemplo. Yo estudiaba por ser abogada, pero decidí seguir mi vocación y ha sido la mejor decisión de mi vida. Si hubiera terminado de pie seguramente sí habría sido mejor económicamente, pero no habría sido tan feliz y llena como lo estoy en un escenario.

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