Así hace de padre

Dani Gómez: "Inventar un juego es sencillo, lo difícil es hacer que funcione"

Creador de juegos y padre de Eric y Martí, de 10 y 6 años. Cofundador y codirector con Josep Maria Allué de la empresa Idealúdica que desde hace 15 años se dedica a la creación de juegos de mesa. En las tiendas encontrará juegos suyos como 'El monstruo de colores', editado por Devir; 'Fast words', por Cayro, 'Riiing!', por Educa y 'Lava house', por Inoua.

Dani Gómez
29/12/2025
3 min

BarcelonaHay varias formas de inventar un juego. Algunos comienzan por elegir una temática, como un hecho histórico, hacer batidos de frutas o cazar brujas. Otros parten de la mecánica del juego: tales como tentar la suerte, coleccionar elementos, lanzar dados y elegir los mejores resultados.

¿Cuál es la tuya?

— El punto de partida son las sensaciones y emociones que quiero que sientan los jugadores. Por ejemplo, quiero que estallen a reír, o que haya tensión, o que tengan que esforzarse en inventar. Inventar un juego es sencillo. Lo difícil es hacer que funcione y que la gente se lo pase bien jugando.

¿Te llevas el trabajo a casa?

— Mis hijos siempre están dispuestos a probar juegos que estoy creando. Les gusta darme consejos y son bastante críticos. En alguna ocasión me han mirado fijamente y me han dicho: "Papá, lo siento, este juego no funciona". Hay ocasiones en que organizamos meriendas en el despacho de Idealúdica y venden los hijos con los amigos y pasamos la tarde probando juegos y juguetes. Son momentos muy especiales. Saben que son los primeros en manipular y probar el juego y que sus opiniones se tendrán en cuenta.

¿Qué pasa en su casa con las pantallas?

— A mí me gusta jugar a juegos multiusuario online. Supongo que es mi forma de hacer algo diferente del trabajo y soltarme. Mis hijos me ven jugar ya veces incluso me riñen un poco porque dicen que estoy demasiado pendiente del móvil. Supongo que esto acabaré pagando cuando sean adolescentes.

¿Qué juegos digitales les gustan?

— El mayor juega en Roblox y el pequeño comienza ahora con el Minecraft. En casa intentamos que los juegos online no nos quiten nuestro rato para jugar juntos, leer un cuento, hacer manualidades o sentarse en el sofá a mirar dibujos. Con mi mujer hablamos a menudo de cómo integrar la parte digital y la analógica de forma compensada.

¿Le funciona alguna norma?

— Sí. Tenemos una: si has pasado un rato haciendo una actividad, toca hacer otra. Como padres, nos toca garantizar la máxima diversidad de experiencias posibles.

¿Por qué son valiosos los juegos de mesa?

— En los juegos de mesa se desdibujan las relaciones de poder. Todos debemos seguir las mismas reglas y partimos de una situación de igualdad. Es un gran momento para buscar complicidades de igual a igual, para emocionarnos, para expresar y gestionar multitud de emociones, y también para que nuestros hijos puedan ganarnos.

¿Cuáles son los juegos de mesa habituales?

— Cuando decimos jugar, ambos corren en su habitación y salen con un montón de cuatro o cinco juegos cada uno. Prefieren jugar partidas rápidas que hacer una larga. Son fans de los juegos modernos, sencillos, rápidos y que tienen mucha interacción entre quienes juegan.

¿Cómo ahora?

La polilla tramposa, El castillo del terror, Virus, Pelusas, Co-co pio, Claim, ¡Riing!, Zampa monstruos, Taco gato cabra queso pizza, Sushi go, Trío... Algunas veces salen con alguno que he hecho yo y dicen: "Ahora jugamos a éste, que lo ha hecho papá". Y es un momento único.

Hay juegos que enojan.

— Los juegos de nuestra infancia normalmente se basaban en ganar al otro sacándole sus cosas. Atrapar la bandera en el Stratego, hundir barcos, llevarte todo el dinero de los demás al Monopoly. Ahora hay un montón de juegos más modernos que son más una competición para ver quién hace mejor las cosas, quién elige las mejores opciones, quién lo hace más rápido. Esto hace que durante la partida no haya aquellos berrinches.

Los juegos pueden generar conflictos entre hermanos.

— Cuando ocurre les explicamos que, si tú te quedas para ti solo un juguete y tu hermano hace lo mismo, cada uno tiene sólo un juguete. Pero, si las comparte, de repente tiene el doble de juguetes.

¿Qué otras frases te funcionan?

— Esto lo debemos hacer, es obligatorio. Lo único que podemos elegir es hacerlo contentos o enojados. ¿Qué elige? Siempre ponen mala cara, pero acaban eligiendo hacerlo contentos.

Un recuerdo.

— En casa siempre vamos a buscar el tió a Viladrau. Hace tres años, además del tió grande encontramos uno pequeño. Los niños corrieron a coger a ambos y, con la mejor sonrisa que he visto nunca, nos dijeron que eran hermanos y que tendrían dos tions. Cada uno tenía cogido un tió con tanta fuerza y ​​felicidad que esta imagen nunca se me va a borrar.

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