Juegos de mesa

El juego de mesa catalán que se ha colado entre los mejores del mundo

'Isla a la vista' ha sido reconocido con el prestigioso galardón Spiel des Jahres, que le sitúa entre los seis mejores juegos de mesa infantiles

Gerard Ribas con el juego Isla a la vista
12/09/2025
4 min

BarcelonaHace tan sólo unos meses, Gerard Ribas logró colarse en una de las listas más prestigiosas en cuanto a juegos de mesa, la alemana Spiel des Jahres (Juego del Año, en alemán), que anualmente reconoce los mejores juegos de mesa del mundo. En este caso, el galardón le ha reconocido en su categoría infantil. Gracias a su juego Isla a la vista, llegaba a una clasificación en la que ya habían debutado dos juegos más de nuestra casa, Sherlock –cocreado por Martí Lucas y Josep Izquierdo– y Baobab, de Josep Maria Allué.

Juego cooperativo y de memoria

Isla a la vista (Mercurio) es el primer juego de Ribas, que encontró la inspiración en su hija mayor, Pepa, poco antes de que estallara la pandemia de la cóvido. Corría el 2019 y Pepa tenía dos años. Ahora es la mayor de tres hermanas. "El objetivo era intentar crear algo para jugar con ella. No tengo clara la secuencia de si quería hacer un juego de piratas y luego encontré la manera, o si fue a la inversa", explica el autor, quien, en vez de competir, propone que los niños que juegan colaboren para conseguir un hito común: encontrar el tesoro escondido. El pistoletazo de salida tiene lugar cuando un grupo de piratas ven, sólo un momento, el mapa de una isla en la que hay un tesoro escondido y deciden ir a buscarlo.

Ribas apunta que, en general, los juegos de memoria no son muy vivenciales o inmersivos. Isla a la vista, en cambio, tiene unas historias iniciales que sirven para poner a los niños en contexto. Les explican que todos ellos pertenecen a una compañía de piratas pequeños que logran ver durante unos segundos el mapa del tesoro de una compañía de piratas grandes. "El objetivo a partir de entonces es intentar encontrar el tesoro antes de que lo hagan los grandes piratas", señala. La parte inmersiva se consigue gracias a los elementos con los que cuenta el juego: un catalejo con el que los niños intentan visualizar los elementos que han visto en el mapa del tesoro en las islas que los rodean, o un cañón con el que tiran el dado y también atacan el barco de los piratas grandes si se cruzan durante el aven.

Experiencia multinivel

"Los niños pueden jugar solos, pero si hay un adulto que lo dinamiza será mucho más enriquecedor", destaca Gerard Ribas. En Isla a la vista cada uno adopta un rol. Una persona mira por el catalejo y describe lo que ve en las islas, que a veces es más evidente, pero a veces menos. Entre todos deben ponerse de acuerdo para decidir si lo que se está describiendo también aparecía en el mapa de la isla que han conseguido ver al principio, para acercarse o no. Luego se le cede el objeto al siguiente jugador y así hasta que se consigue ver los tres o cinco elementos (dependiendo de la dificultad) que había en la isla del mapa del tesoro.

'¡El juego Isla a la vista!'.

El hecho de tener que desarrollar varios roles a lo largo de la partida también hace que los niños puedan jugar con tres años o con seis. El juego también cuenta con tres niveles de dificultad que, tal y como puntualiza Ribas, "en realidad son seis, porque cada nivel tiene dos tipos de mapa a elegir, uno ilustrado, tal y como se ve con la gafa, y uno cartografiado". Así, los niños más pequeños sólo tendrán que identificar tres elementos de la isla del tesoro y los mayores, cinco. En el nivel más avanzado hay siete u ocho elementos dibujados, pero sólo hay que elegir cinco, "los otros son por despistar".

La versatilidad que ofrece el juego permite encontrar el equilibrio entre las personas que juegan con él. A la idea de los diferentes niveles, contribuyó la Asociación Ludo, una asociación sin ánimo de lucro que aglutina a los creadores de juegos de mesa de Cataluña y España. "Una vez creado el juego, pude probarlo en uno de sus encuentros y allí me sugirieron crear varios niveles de dificultad para alargar la edad del público", recuerda el autor, que actualmente reconoce que su labor creativa debe llevarla "de forma clandestina, por las noches, mientras el resto de la familia duerme".

Presente y futuro del sector

Hoy Isla a la vista –que ha vendido 7.000 unidades en dos años en toda Europa– no puede encontrarse en catalán, pero sí en alemán, inglés, francés, ruso y, pronto, en coreano. Antes de conocer la editorial Mercurio, que finalmente lo publicó, Ribas contactó con la gente de El Pot Petit para ver si querían editarlo en catalán, pero se encontraban en pleno proceso de cambio de identidad visual y no pudo ser. "Quizá cuando Mercurio deje la licencia nuevamente en mis manos lo intentaré de nuevo con ellos o con alguna otra editorial", apunta.

El mercado de los juegos de mesa ha ido creciendo sobre todo desde la pandemia, lo que Ribas asocia a dos tendencias clave: la de no hacer uso de pantallas durante la infancia y la de pasar tiempo de calidad en familia. Ribas también opina que, "por lo general, los juegos de mesa son económicos: con un gasto de 15 euros puedes jugar 25 o 50 veces". Como familia, prosigue, "es muy agradecido estar todos alrededor de la mesa pasando un buen rato" y celebra que haya editoriales que estén potenciando el juego de mesa infantil y que estén importando juegos que están muy bien. "Hay autores catalanes, como Ferran Renalias, Dani Garcia, Guillem Coll o Eugeni Castaño, entre otros, que publican mucho, y hay una cultura del juego de mesa bastante consolidada que todavía irá a más", pronostica el autor deIsla a la vista, que destaca que, en la parte de creación, el sector se encuentra bastante masculinizado y las mujeres tan sólo rozan el 20% de los autores. "Es necesario que haya más mujeres creadoras", concluye Gerard Ribas.

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