Cómo era de pequeña...

Míriam Bonastre, la autora catalana más vendida en EEUU: "La mayor parte de las tardes las pasaba mirando la tele, como de cinco a ocho de la tarde"

La autora de 'Hooky' era una lectora precoz, a los siete años ya había leído el primer libro de Harry Potter, pero también pasó muchas horas mirando la tele

Míriam Bonastre Tur (Pineda de Mar, 1994) es la creadora del cómic infantil y juvenil Hooky, que acumula más de cien millones de lecturas en Webtoon y ha sido bestseller en la lista del New York Times. Ahora publica el tercer volumen de Hooky en catalán y también el cómic La princesa i Sant Jordi (EntreDos).

Míriam fue a la escuela Jaume I de Pineda de Mar y desde muy pequeña era la dibujante de la clase, “la que se presentaba en los concursos, la que siempre dibujaba en libretas...”. Lo que más le gustaba era la hora del comedor, “tenía dos horas para jugar con los amigos, a pica-pared, al escondite y nos gustaba mucho interpretar a los personajes de las series que veíamos, Arale, Sailor moon...”.

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¿Y qué hacía al salir de la escuela? “Hice baile moderno. También brevemente atletismo, algo de piscina, de teatro... En la mayoría de cosas duré un año, excepto a baile. Probé muchas cosas, pero la mayor parte de las tardes las pasaba mirando la tele, como de cinco a ocho de la tarde. Veía mucho Anime en el Club Super3”.

Lectora precoz

También le gustaba mucho leer. “Fui lectora precoz. A los siete años leí el primer libro de Harry Potter. Y no paré hasta los catorce, que acabó la saga. Leía muchas novelas de fantasía y también mucho cómic. Empecé con los que encontraba por casa como Ester y su mundo, Zipi Zape, Astérix y Obélix. Y cuando empecé a comprarlos, eran de manga”.

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Tiene una hermana pequeña. “Nos llevamos dos años y nueve meses y de pequeña imitaba lo que yo hacía y, por tanto, también dibujaba, pero enseguida tiró hacia otras cosas. Ella era más sociable que yo. Por las tardes, cuando íbamos a la ESO, le gustaba salir con amigos. Y yo prefería quedarme en casa leyendo o dibujando”. Le pregunto si hubiera querido tener un hermano gemelo, como en Hooky. Confiesa que no. “En mi clase había dos pares de gemelos. Y los veía muy unidos, pero a mí ahora me sería extraño”.

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Míriam es la única artista de la familia. “Todos somos autónomos, eso sí. Mi padre tiene una empresa de construcción, que era de mi abuelo y cuando se jubiló la cogió él. Mi madre, al separarse de mi padre, montó una agencia de viajes para mujeres. Ahora mi hermana trabaja con ella".

Nunca pensó que podría vivir de dibujar. “Estuve muchos años diciendo que quería ser fotógrafa de delfines para National Geographic. Crear historias y dibujar siempre me ha gustado y lo he hecho desde que tengo cinco años. Pero plantearme que podría trabajar y vivir de esto, no. De alguna manera, veía más realista ser fotógrafa de delfines que dibujar cómics”.

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Por suerte cambió de opinión. “Cuando iba a cuarto de ESO y me planteaba qué estudiar para vivir de la escritura, pensé en periodismo. Pero mi madre y la profesora de latín me convencieron para que hiciera el bachillerato artístico. Cuando ya lo cursaba, pensaba en hacer bellas artes o diseño gráfico, pero dibujé un cómic de 120 páginas estilo manga que se llama El huérfano y lo autopubliqué para venderlo en el salón del manga. Se vendió muy bien y me di cuenta de cómo me gustaba hacer cómics. Y decidí estudiar en la escuela JOSO”.

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Le pedimos un consejo para los niños. “Lo que me ha servido es dibujar mucho, practicar mucho pero siempre lo he hecho desde la diversión. Los niños cuando empiezan a dibujar todos tienen esa pasión y es importante no perderla. Mucha gente cuando quiere dedicarse se ofusca, sobre todo cuando se compara con los demás. Es normal frustrarse, pero no pierdas la pasión en lo que haces, que la frustración no sea un obstáculo, sino una oportunidad para mejorar”.