Cómic

Míriam Bonastre, la autora catalana más vendida en Estados Unidos, tiene 29 años y es dibujante

La creadora del cartel del Manga Barcelona ha vendido más de 450.000 ejemplares del cómic 'Hooky'

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Retrato en Míriam Bonastre, autora de cómic.

BarcelonaElla misma no era consciente de ello. "¿Soy la autora catalana más vendida? ¡Ostras!" Pero las cifras son elocuentes: en sólo dos años, Míriam Bonastre (Pineda de Mar, 1994) ha vendido 450.000 ejemplares de los dos volúmenes de su cómic Hooky, la mayoría en Estados Unidos. Y esta cifra no incluye las ventas del último semestre de 2023, cuando se ha publicado en el mercado estadounidense el tercer volumen de la serie con una tirada inicial de 190.000 ejemplares. El mes del lanzamiento se situó en el número 1 de la lista de bestsellers de libros ilustrados y manga del New York Times. "Me cuesta un poco de asimilarlo –admite Bonastre–. Me estoy todo el día en casa, haciendo cómics con el iPad. Solo soy consciente de ello cuando voy a las firmas y veo que a los lectores les gusta mucho la historia".

En el éxito de Bonastre ha influido mucho el boom actual del cómic infantil y del manga y, sobre todo, la aparición de plataformas online de cómic como WebToons, que la autora descubrió mientras estudiaba en la Escuela Joso de cómic de Barcelona. "Mi mejor amiga, que era muy fan de la cultura coreana y el K-pop, me habló de una plataforma coreana donde colgaban cómics pensados para los smartphones: en vez de la página tradicional, son una tira larga que se lee haciendo scroll". Bonastre se aficionó y, cuando WebToons convocó un concurso internacional para buscar talentos fuera de Corea, se presentó con los primeros episodios de Hooky, una serie de aventuras (en inglés) sobre dos hermanos brujos que colgaba semanalmente en la plataforma. "No gané, pero me lo pasé muy bien y varios lectores se engancharon y esperaban cada semana el episodio –recuerda–. Y, un día, WebToons me contactó y me ofreció un contrato para continuar haciendo Hooky".

Imagen promocional de 'Hooky'

La dibujante estuvo unos meses compaginando la serie y los estudios en Joso; para ganar tiempo, intentaba colar los nuevos episodios de Hooky como trabajos de clase, pero al final dejó la escuela para dedicarse a la serie a tiempo completo hasta el 2020, con una respuesta del público brutal: la versión inglesa del cómic acumula 108 millones de lecturas en WebToons y la versión española 19,5 millones. El éxito no pasó inadvertido en las editoriales estadounidenses y Bonastre recibió la oferta de Harper Collins para publicar Hooky en papel, transformando la retahíla vertical de viñetas en una narrativa más tradicional de cómic. "Ellos hicieron una primera adaptación que fue algo desastre –explica la autora–. Así que lo acabé haciendo yo: durante el confinamiento rediseño todo el cómic, adaptando algunas viñetas y redibujando muchas cosas".

La apuesta de Harper Collins fue fuerte; la tirada inicial del primero Hooky fue de 130.000 ejemplares. Para Bonastre, la clave del éxito de la edición impresa fue conectar con un público que no existía en WebToons: los niños. "El público de la plataforma es muy adolescente y femenino, gente de más de 14 años que tiene smartphone y navega por internet libremente –dice la dibujante–. Pero con los libros llegué a niños de 6 a 12 años". Al contrario de lo que es habitual en autores catalanes, las ediciones en catalán (en EntreDos) y en castellano (en Planeta) llegaron después. Además, Hooky también se ha publicado en Italia, Francia (en la prestigiosa editorial Dupuis), México y Argentina, entre otros países.

Una dibujante de manga del Maresme

Esta semana, Míriam Bonastre será una de las autoras invitadas en el Manga Barcelona que se celebra del 7 al 10 de diciembre. Es la responsable del cartel de esta edición, un encargo que considera "un gran honor" porque empezó a ir a los 11 años, cuando el salón aún se celebraba en la Farga de L'Hospitalet de Llobregat. "Durante mi adolescencia iba religiosamente –explica–. Para mí significa mucho, no solo como lectora. Al principio fui con mis padres, después con mis amigos, después con amigos de internet que veía solo en el salón y, a los 15 o 16 años, salté al otro lado para vender un fanzine que hacíamos un grupo de autores y mi primer cómic largo, El huérfano, que me autopubliqué". La tirada fue, claro, mucho más modesta que las de Hooky: 300 ejemplares. "Hay gente que me sigue desde esa época y todavía firmo algún ejemplar de vez en cuando".

La influencia del manga es "total" en el estilo de dibujo: la importancia de las emociones, el uso de los primeros planos, el tipo de monólogos interiores... "Cuando digo que leo cómics es mentira, leo manga –reconoce–. También leo cómic europeo y estadounidense, pero de autores más o menos de mi edad muy influenciados por el manga". Bonastre reivindica el derecho de utilizar "el lenguaje del manga, toda su expresividad, su ritmo y su sentido del humor", pero en historias o personajes que salgan de sí misma. "No intento hacer historias románticas en un instituto japonés porque no soy japonesa y sería algo fake, ¿no?" Otra influencia clave de Hooky, reconocida por la autora, es Harry Potter: "Es la primera saga de libros sin dibujos que leí, el primer libro con 7 años y el último con 14. Y desde entonces es una influencia muy importante en mi vida".

Bonastre ya está publicando una nueva serie en WebToons, Marionetta. "Transcurre en una especie de circo maldito y también es de fantasía, pero más oscura y adulta que Hooky", dice. A principios del próximo año se publicará el tercer volumen de Hooky en catalán y castellano y también prepara un nuevo cómic corto: "Será mi primer trabajo que se publicará originalmente en catalán, mi lengua materna, y me hace mucha ilusión". No hay ningún proyecto que adaptar Hooky en forma de serie de animación, pero dice que sería un sueño: "Me encantaría ver Hooky doblado en catalán, como los anime que veía de pequeña y con un opening cantado en catalán".

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