Mi sentimiento de culpa como padre

La gente que no tiene sentimiento de culpa con la paternidad dudo mucho de que sean los padres perfectos, sino que simplemente no hacen este ejercicio de autoevaluación

Mi sentimiento de culpa como padre
12/03/2025
3 min
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BarcelonaBien mirado, tener sentimiento de culpa como padre no es tan malo como puede parecer. Quiere decir que reflexiones sobre lo que haces y dejas de hacer, y evalúas tus acciones y omisiones. La gente que no tiene sentimiento de culpa con la paternidad dudo mucho de que sean los padres perfectos, sino que simplemente no realizan este ejercicio de autoevaluación. Por menfotismo o por supervivencia, no lo sé.

Me considero del primer equipo e intento llevar ese sentimiento de no siempre ser el padre perfecto como puedo. Soy de la generación de padres que sólo tuvimos 15 días de permiso de paternidad. De los últimos antes del cambio de la ley (mis hijos nacieron en 2009 y 2012). Y suplí el sentimiento de culpa de no poder ayudar más a mi pareja en los primeros meses de vida de Oriol y Jan sumando los 30 días de vacaciones y estar un mes y medio a su lado. ¡Viva!

Cuando nació el del 2009 trabajaba de periodista deportivo en un diario de papel. Esto significa trabajar casi todos los fines de semana y con horarios de tarde/noche/noche. Llevaba a Oriol a la guardería cada día, sí, pero cuando llegaba a casa alrededor de las 23 horas ya estaba bañado, cenado y haciendo nonas desde hacía horas, y mi pareja durmiendo en el sofá de puro agotamiento. Esto me fue torturando hasta que nació el del 2012 y tuve claro que no podía seguir de la misma forma. No quería perderme con Jan los momentos que me había perdido de Oriol. Los horarios de un diario de papel son los que son, pero pedí dejar de realizar deportes para no tener que trabajar todos los fines de semana. Renunciaba al sueño que me impulsó a estudiar periodismo por el sentimiento de culpa, pero lo hacía convencido.

Pero llegó un día en que esto ya no fue suficiente. Quería poder pasar más tiempo con mis hijos. Ya no trabajaba todos los fines de semana y podía hacer planes con sus hijos, amigos y familia. Sin embargo, de lunes a viernes seguía plegando tardísimo y no existía para mi mujer y los hijos, salvo quitarlos y llevarlos a la escuela, eso sí. Vibraba en el trabajo, pero quería estar más tiempo con ellos… Maldito sentimiento de culpa.

La comparación constante

Después de diecisiete años trabajando con los horarios de un diario de papel dije lo suficiente. Algunos cambios de trabajo fueron voluntarios, otros no, pero finalmente lo he logrado. Hace ya unos años que tengo un trabajo de periodista con un horario "de persona" que permite la famosa conciliación. Pero a veces, sólo a veces, cuando el trabajo actual se realiza una montaña, devuelve el sentimiento de culpa, pero en sentido contrario. Haber renunciado a unos trabajos que me hacían temblar profesionalmente para poder estar más tiempo con mis hijos. No me arrepiento. Nada. Sin embargo, el sentimiento de culpa es malchinado. Siempre está ahí, preparado para asomarse.

Pero este sentimiento no sólo aparece por el hecho de estar o no estar. Los humanos siempre estamos comparando con los demás y cuando nos reunimos un grupo de padres y madres siempre estudias si tu método de crianza es mejor o peor que el de los demás. ¿Pones suficientes límites? ¿El menú de casa es suficientemente equilibrado nutricionalmente? Y cuando llega el paso a la ESO… ¿No debería haberles comprado un móvil? ¿No debería dejarles tener redes sociales? ¿Sirve de nada el Family Link? ¿Me lo hackean los hijos? Siempre pienso que quizás no lo hago tan bien como los demás. Sentimiento de culpa constante. Pero bendito sentimiento porque significa que me preocupa la crianza y trabajo y me esfuerzo por hacerlo mejor cada día.

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