- A partir del tercer trimestre, evitar cualquier pieza que presione el abdomen. Por tanto, si queremos llevar 'leggings' o faldas con goma, o deben ser de embarazada –que tienen la goma ancha– o deben ponerse por debajo de la barriga.
- Zapatos más grandes. En verano no es un problema grave porque con chancletas y sandalias ya hacemos, pero la retención de líquidos en los últimos meses de gestación infla, sobre todo los pies. Si tenemos que parir en invierno, es necesario pensar en comprar unos zapatos más grandes para evitar incomodidades en una parte del cuerpo tan importante y que soporta todo nuestro peso y el del bebé.
- Ni poliéster ni látex en la ropa interior. El embarazo es una etapa con mayor tendencia a la candidiasis y este tipo de tejido favorece su aparición. Por ello, es necesario priorizar los tejidos orgánicos y transpirables como el algodón.
Cómo vestirse durante el embarazo: una solución, un imprescindible y un básico
Aunque el cuerpo de una mujer sufre grandes transformaciones durante el embarazo, no es necesario cambiar el armario entero para poder ir con ropa favorecedora, respetuosa y sobre todo, duradera
BarcelonaVestirse durante el embarazo, lucir el estómago, no gastar demasiado y hacerlo con criterios de sostenibilidad y comodidad no es fácil, pero tampoco imposible. Aunque el cuerpo de una mujer sufre grandes transformaciones durante el embarazo, no es necesario cambiar el armario entero para poder ir con ropa favorecedora, respetuosa con la piel y el medio ambiente y sobre todo, duradera. Durante el primer trimestre no hace falta nada adicional y todo se puede ir adquiriendo a medida que crece la barriga y teniendo en cuenta nuestras necesidades. "La barriga empieza a ser considerable a partir de las dieciocho o veinte semanas", alerta la comadrona Meritxell Gómez, "son pocos meses para hacer un gasto alto". Por eso, recomienda evitar comprar ropa "en exceso".
El primer punto a tener en cuenta para cumplir todos estos requisitos es quitarse de la cabeza que es necesario realizar esta renovación de armario. "Hay que mirar lo que tenemos porque es muy posible que tengamos ropa que podemos aprovechar", dice Laia Pajuelo, propietaria de la tienda La Mamavaca, de puericultura y embarazo, que, en un segundo lugar, recomienda buscar ropa evolutiva, es decir, que sirva para el último tramo del embarazo, la lactancia, si después se opta, y se opta. "En general, las madres buscan que las prendas duren lo máximo", apunta Pajuelo, además de conseguir que la ropa "nos haga justicia".
En esta tienda del barrio de Gràcia de Barcelona trabajan con esta idea. Por eso, pese al gran surtido de productos para bebés y ropa de primera infancia, el espacio dedicado a las futuras madres es pequeño. Priorizan la producción local y rehuyen las marcas que fabrican lejos por una cuestión de calidad. "Si vamos lejos, el tejido no es respetuoso ni con la piel ni con el planeta", dice Pajuelo. Además, también valora poder estar en contacto con los fabricantes y compartir las tendencias, pedir cambios y otras gestiones desde una vertiente más cercana. "Es bonito poder tener estos intercambios con las marcas", añade la tendera.
De la lactancia en el último trimestre del embarazo
Lilac es una de esas firmas con las que trabaja Pajuelo. Su fundadora, Gisela Gatuellas, vio la necesidad de dar el pecho y llevar vestido y se planteó diseñar vestidos de lactancia con los que una mujer pudiera sentirse bien. "La filosofía es que la mujer que acaba de parir no se sienta disfrazada para dar el pecho, después de nueve meses de cambios en el cuerpo", explica Gatuellas: "Todas merecemos agradarnos y sentirnos cómodos con la ropa que llevamos".
De estos primeros trajes para mujeres lactantes, que ya empezó a pensar como un 'tres en uno', con traje, top o jersey, Gatuellas completó el proyecto yendo unos meses atrás y todo el tiempo que se quiera en lo sucesivo, es decir, que los mismos trajes que ella quería llevar para dar el pecho para mucho después se pudieran utilizar. Se dirige a las mujeres que apuestan por "una maternidad consciente y crianza respetuosa" que valoren, también, la calidad de las telas. Para Gatuellas es un tema básico y lo cuida mucho para que el lienzo sea bueno para la piel de la madre, pero también para el bebé, que estará muy encima cuando nacerá.
Macropus nació de forma similar, impulsado a raíz de la primera maternidad de Queralt Haro. Es el alma de un proyecto de kilómetro cero en Manresa que distribuye por otros establecimientos de talante similar. Haro vio que sería carne de porteo y necesitaba una chaqueta que pudiera abrocharse con el bebé colgado en el fular o en la mochila. De ahí, empezó a diseñar chaquetas y abrigos que cumplieran estos requisitos y, poco a poco, todas las prendas que echaba de menos en el mercado en sus dos embarazos posteriores.
Después de la chaqueta se dio cuenta de que también necesitaba alguna sudadera con la que no pasar frío cuando diera el pecho y la ingenia con dos cremalleras para poder abrirlas por todas partes. La gracia es que ninguna de las piezas queda obsoleta después de esta etapa. Por eso, en su tienda de Manresa, online y en las casas que distribuye, se pueden encontrar vestidos, leggings de embarazo o petos, mayoritariamente de algodón y con pequeños porcentajes de elastano que facilita esta durabilidad. "Priorizo que sean cómodas para el embarazo y la lactancia, con elasticidad, pero son prendas que se pueden seguir llevando", explica Haro.
Ella es autónoma y se encarga prácticamente sola de todo el negocio, que se desarrolla íntegramente en Cataluña. Éste es uno de los valores que ve que más tiene en cuenta su público. Tanto Gatuellas como Haro son conscientes de que las grandes marcas hacen una competencia feroz, sobre todo por su precio, pero saben que tienen a su público. Ambas llegan a las que valoran productos bien hechos y producidos en el país. "El gasto no es mucho mayor y las piezas son para siempre, no se quedarán en el armario", manifiesta Haro.
Una solución: la extensión de cinturón
La propietaria de La Mamavaca, constata que cuesta mucho más encontrar partes de abajo - pantalón y faldas- que otras prendas, y por eso defiende que una prenda imprescindible para los últimos meses del embarazo es, sin duda, la extensión de cinturón. También lo ve así Gómez, que cree que con esta pequeña inversión te puedes ahorrar bastante gasto. Por poco más de 20 euros, diferentes marcas fabrican una prenda elástica para adaptar los pantalones y las faldas que se abrochen con botón, al crecimiento de la barriga. De esta forma, se puede continuar utilizando la misma ropa hasta el final del embarazo. La prenda da libertad de movimiento y está pensada para que en función de las necesidades se puedan poner más o menos ropa y tapar, así, el espacio abierto de la cremallera.
Un imprescindible: el sujetador
Una de las partes del cuerpo que más cambian son los senos, que pueden llegar a aumentar entre una y dos tallas, tal y como constata Meritxell Gómez, miembro de la Asociación de Comadronas, que además recomienda no llevar anillas, porque se clavan. Por eso, puede que sea una de las prendas con la que haya que mirarse más. Las grandes cadenas de ropa también vienen, pero en su tienda priorizan la calidad. "Hay madres que nos reconocen que en tres lavados se les deforman", explica la propietaria de esta tienda de Gràcia, que tiene stock de sujetadores de algodón y producidos conscientemente que rondan los 34 euros. Para Laia, con dos ejemplares se puede pasar embarazo y lactancia.
Un básico: trajes de dos prendas combinables
Una de las prioridades que detectan en La Mamavaca es que las mujeres embarazadas que ven que necesitan comprarse ropa quieren sacarle el máximo provecho. Las marcas lo saben, y por eso apuestan por diseñar vestidos, tanto de verano como de invierno, de dos prendas por lo que, el vestido con otra camiseta o la parte de encima con otros bajos son prendas totalmente diferentes.